PECES CON MANOS, una rareza a proteger

Un proyecto nacional pone tu nombre a un pez para obtener fondos

Caminan por arena y rocas impulsados por aletas… y manos, y han pasado casi inadvertidos durante los últimos 22 años. Por ejemplo, el Brachiopsilus dianthus, el ‘pez con manos rosado’, es una especie en peligro de extinción. Pero un descubrimiento de 2022 ha devuelto la esperanza a los biólogos marinos.

Usan las aletas caudal y dorsal para impulsarse, y las pectorales son auténticas manos, así que éste es un pez que si tiene prisa nada y si no, gatea. Además, no tienen vejiga natatoria, así que lo tienen más complicado para subir y bajar de profundidad. «Pez con manos» es un nombre bastante espantoso, así que seremos amables con la especie y la llamaremos Brachiopsilus dianthus, que es igual de feo pero al menos es preciso.

Vídeo sobre el Pez de Manos Rojo, por la Universidad de Tasmania / IMAS-UNIVERSITY OF TASMANIA

Camina por arena y rocas impulsado por aletas… y manos, y ha pasado casi inadvertido durante los últimos 22 años. El Brachiopsilus dianthus, el ‘pez con manos rosado’, es una especie en peligro de extinción. Pero un descubrimiento de 2022 ha devuelto la esperanza a los biólogos marinos.

Tasmania, otra vez

La isla de Tasmania es de esos lugares en los que la civilización moderna llegó tarde. La población humana era escasa pero un poco depredadora, porque se cargaron al Demonio -de Tasmania- que ahora empiezan a rescatar de la extinción absoluta (vamos a dedicar un artículo a eso). Y también se cargaron a algunas otras especies que molestaban al ganado, como el Tigre de Tasmania al que ya dedicamos un artículo bien didáctico y triste.

Y Tasmania bajo el agua

Bajo el agua no ha habido tanto daño, pero no podemos olvidar que hasta este mismo 2022, el último avistamiento de un pez con manos rosado lo declaró un buceador en 1999, cerca de la capital, en la costa de Hobart. Más de veinte años sin avistamientos había hecho temer por la supervivencia de la especie.

Pero ocurre que el ejemplar visto este año estaba a casi 120 metros de profundidad, en aguas sin luz. Y eso es multiplicar por tres el rango de hábitat del Brachiopsilus dianthus, que antes se pensaba reducido a los 10 a 40 metros aproximadamente.

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Un pez pequeño y tal vez tóxico

Además de ser lento, nuestro amigo mide sólo 10 centímetros, lo que lo hace un bocado fácil para muchos peces de talla media. Aunque ha sido fotografiado es un gran desconocido. Sabemos que tiene 9 subespecies y también sabemos que su rol de presa fácil le ha hecho desarrollar toxinas en su piel, porque algunos peces que lo han comido han muerto.

pez con manos
Pez con Manos Liso del hallazgo de 1802 (hoy Sympterichthys unipennis), extinto en 2020 / CSIRO

La especie se detectó por primera vez en 1802, por el explorador francés François Péron, que, dada la época, no pudo bucear mucho para verlo. Así que imaginamos que la cita fue una captura con redes de pesca.

Un pez torpe y un hábitat estropeado

No es que las aguas de Tasmania sean un ejemplo de contaminación, ni mucho menos, pero variaciones pequeñas de contaminación por vertidos desde la tierra al mar -mucha ganadería y mucho pesticida- dañaron el equilibrio de las algas en las que nuestro pez se protege. El aumento evidente de estrellas de mar del Pacífico norte ha sido una amenaza añadida. Y la lentitud propia de la especie no le ayuda a ser cazador de otra cosa que gusanos y seres vivos del bentos y pequeños crustáceos.

Subespecies de peces con manos

La UICN considera que cuatro especies de peces de mano están en peligro de extinción. Son el pez mano de cacatúa (Pezichthys amplispinus), el pez mano de cuerpo estrecho (Pezichthys compressus), el pez de mano rosa (Brachiopsilus dianthus) y el pez mano de Moulton (Sympterichthys moultoni). Lo tienen peor otras tres subespecies, que llegan al nivel de peligro crítico: el pez de manos manchado (Brachionichthys hirsutus), el pez de manos rojo (Thymichthys politus) y el pez de manos de Ziebell (Brachiopsilus ziebelli).

pez con manos rosa
Un pez con manos mira a la cámara del batiscafo de Gavin Newman / GAVIN NEWMAN

La foto que abre este artículo y ésta sobre estas líneas son de Gavin Newman, especialista en rodajes submarinos con su productora Underworld Productions.

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Una subespecie sí se perdió

El que no se salvó -salvo testimonio en contra- fue el pez de mano liso (Sympterichthys unipennis) que es el primer pez óseo marino que se extingue en los tiempos modernos. La pérdida de su hábitat y por prácticas pesqueras destructivas fueron la causa. Los científicos sólo conocían un ejemplar de pez mano liso, el capturado por Péron, que se convirtió en el holotipo de toda la especie.

Ideas para conocerlos mejor

Para intentar localizar nuevos ejemplares y preservar a los peces con manos se creó en 2014 el National Handfish Recovery Team (NHRT), que convoca desde 2018 el Handfish Conservation Project. Una de sus iniciativas es poder poner nombre a uno de estos peces a cambio de mil dólares para sufragar el proyecto. «Te ofrecemos la oportunidad de ponerle nombre a tu propio pez de manos. No puedes llevártelo a casa, pero cada dólar recaudado se destina directamente a la vigilancia, la concienciación y el trabajo de protección».

Se proponen llevar adelante la cría en cautividad y la conservación activa del hábitat natural, a salvo de injerencias.

El trabajo de Karen Gowlett-Holmes

Karen Gowlett-Holmes es fotógrafa submarina, bióloga marina y educadora. Emigró a Australia desde Inglaterra con su familia en 1965. Su amor por el mar surgió de los viajes de pesca que hacía de niña con su padre.

Empezó a bucear en 1976 y se ha convertido en una fotógrafa submarina galardonada internacionalmente. Bióloga especializada en animales invertebrados bentónicos, su pasión es explorar y documentar la biodiversidad marina de las aguas templadas y divulgar esos conocimientos entre sus colegas y el público en general. Una docena de nuevas especies de invertebrados marinos llevan su nombre.

En 2009, Karen recibió un premio del Instituto Australiano de Fotografía Profesional en reconocimiento a su «Excelencia en fotografía y contribución al sector».

Pablo Ramón con informaciones de Institute for Marine and Antarctic Studies y Tasmania University

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