CUEVAS DE URDAX y el Camino de las Brujas, en Navarra
Las cuevas son un yacimiento Paleolítico y refugio de contrabandistas
Las cuevas de Urdax, en el Pirineo navarro, tienen más formaciones calcáreas, estalactitas y estalagmitas, y sobre todo dan menos miedo que su vecina de Zugarramurdi.
Las Cuevas de Urdax o de Ikaburu son una maravilla natural que se formó hace varios cientos de miles de años gracias a la persistente erosión del río Urtxume. Enclavadas entre frondosos prados de la Navarra pirenaica, Urdazubi Urdax, estamos cerca de la frontera con Francia en Dantxarinea, y también cerca del Cantábrico.
Una cueva con muchas historias
Aunque puedes recorrerlas por tu cuenta siguiendo un itinerario, te recomendamos que pidas la visita guiada porque esto no es sólo un universo subterráneo de formaciones de calcita. Aquí viven muchas historias de personajes legendarios, guerrilleros y contrabandistas que las aprovecharon para huir o para atacar desde hace siglos. Las tierras de frontera tienen estas cosas.
Los restos del Paleolítico Superior
Estamos en uno de los yacimientos del Paleolítico Superior más importantes de Navarra. Se data en unos 20.000 años cuando los humanos comenzaron a habitar estas montañas del Pirineo occidental. Una época oscura en la que una cueva suponía tener seguridad y refugio. Aún no se conocían herramientas metálicas de cobre, bronce o hierro. Las armas para caza o para defenderse de agresiones eran de piedra.
La visita a las cuevas de Urdax puede complementarse con el Camino de las Brujas o el Sendero de los contrabandistas, entre bosque, prados y caserones.
Han sido muchas las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en Urdax. De ellas, en 6 kilómetros de galerías y salas, hemos recuperado utensilios como buriles y arpones en sílex o una aguja de coser fabricada en hueso. También apareció un enterramiento humano. Estos hallazgos nos confirman que el hombre paleolítico vivió en estas tierras, pero no se puede ser más preciso con los datos que se conocen.
Se tuvo conocimiento de la cueva en 1808, cuando fue usada como refugio por gente de la comarca que huía de las razias de la Guerra de la Independencia, y en las guerras carlistas, cuando muchos buscaban cualquier aprisco en las montañas. Luego no volvió a ser nombrada hasta 1965, cuando se explora y se abre al turismo.
Hoy es propiedad del Ayuntamiento de Urdax y se ha acondicionado con senderos luminosos, carteles sobre flora, fauna e historia… Y junto a la cueva, un restaurante te invita a probar platos típicos de la zona envuelto en un paisaje precioso.
La visita dura unos 40 minutos y es un precioso recorrido por la Sala de los Tres Reyes, el Salón de Recepciones y la Sala de las Columnas, escuchando el murmullo del río Urtxume, cuyas aguas han perforado este paisaje.
El pueblo de Urdax-Urdazubi
El pueblo de Urdax -en euskera Urdazubi- tiene unos 400 habitantes. Es un caserío con puentes de piedra salvando el río Ugarana, que lo cruza. Y a un paso tenemos Zugarramurdi -otra cueva famosa-, Ainhoa y Sara, que componen la comarca de Xareta.
Y ya que estás en el pueblo, pues hazte el Camino de las Brujas, un sendero que va de Urdax a Zugarramurdi y que también se conoce como Camino de los Contrabandistas. Te esperan doce kilómetros tranquilos señalizados con caballitos azules -los pottokas vascos, especie de pony- y el Museo de las Brujas.
Zugarramurdi debe mucha fama a la Santa Inquisición, que hizo aquí las burradas propias de su estirpe y a falta de cátaros que quemar en Francia se puso a matar a pobres mujeres del campo navarro en 1610, acusadas de brujería vete a saber por qué. Y debe muchísima fama a Alex de la Iglesia, claro, que ha puesto a Zugarramurdi en el mundo con su película irreverente, irrepetible y genial.
Ramón Ortega con información de Turismo de Navarra y Cueva de Urdax