ARTE EN LA PLAYA, los mosaicos land art de Jon Foreman
Los cantos rodados marinos son su materia prima
El artista galés Jon Foreman lleva años creado hipnotizantes obras de land art efímero. Sus obras están hechas de piedras de colores dispuestas en intrincados patrones, y se suelen exponer en pintorescos paisajes de playa. Aunque todas sus creaciones de arte en la playa acaban destruidas por la marea o los elementos, Foreman -y nosotros- encuentra una gran belleza en su naturaleza fugaz.
Cantos rodados y palitos traídos por la marea
La habilidad de Foreman es disponer las piedras y otros materiales naturales, como ramas y hojas, en coloridos diseños geométricos sobre la arena, con creaciones que van de dos palmos a 50 metros en el caso de sus dibujos rayados con rastrillo sobre la arena de la marea baja.
Son creaciones efímeras, borradas del mapa por los elementos en minutos o unas horas, pero cuya corta vida es parte integrante de su proceso creativo. “Las obras duran muy poco tiempo, pero en ese rato son mágicas”, dice el autor.
Cada obra requiere una selección de guijarros, según tamaños, formas y colores. Luego serán laberintos, pétalos de una inmensa flor blanca o delirios simétricos, casi caleidoscópicos.
La marea y los curiosos borran cada composición
La mayoría de las veces sus obras son arrastradas por la marea, y en ocasiones es son personas quienes interfieren y alteran el diseño, porque lo pisan para hacer un selfie, niños que modifican lo que encuentran en el suelo. Pero también eso forma parte del proceso creativo, es parte de la historia breve de cada creación.
Como un pintor que dibuja en piedra
Su land art va desde espirales hasta laberintos o medias lunas y diseños florales que crean composiciones hipnóticas sobre la arena. La precisión geométrica es fascinante y no parece que haya movimiento de cada piedra más que el de colocarla en el dibujo. Es como el pincel de un pintor que tiene en la cabeza las proporciones exactas. Realiza la pieza de un tirón.
Y todo su material se lo dan las playas salvajes de su comarca, en Pembrokeshire. Cada obra requiere una laboriosa selección de guijarros, según tamaños, formas y colores. Luego serán laberintos en dos o tres tonos, pétalos de una inmensa flor blanca o delirios simétricos, casi caleidoscópicos.
El enfoque único de Foreman sobre el land art le ha valido el reconocimiento internacional, y compran sus piezas y reproducciones impresas de arte en la playa galeristas de todo el mundo.
Redacción BE OnLoop