LUZ DE DISEÑO para descubrir una joya barroca

La obra, efímera, fue un imán de público hacia el templo, en Tortosa

En este tiempo de desapego, para hacer descubrir la preciosidad de los templos hay que emborronar sin mala intención un fresco en un templo de Borja o recurrir al arte ecléctico. En Cuenca, en Alarcón o en este sencillo y precioso Monestir de la Purissima Concepció Victoria de Tortosa (Tarragona). Barroco del XVII, que gracias a una monumental instalación y a su luz de diseño que ilumina el patio principal provocó un reguero diario de visitantes… efímero, como el certamen que lo acogió.

Lucerna es una instalación urbana temporal que podría haber sido eterna si lo hubiesen aceptado todas las partes. Encajada con poderío en el patio principal del monasterio fue diseñada por Manuel Bouzas y Santiago del Águila.

La estructura, fijada a la apertura superior del cielo del patio de la iglesia / MANUEL BOUZAS

Bouzas.del Aguila es un estudio de arquitectura experimental establecido en Madrid por ambos creadores, y esta instalación es una lámpara monumental que transforma radicalmente, con su diseño de día y su luz de noche, este edificio barroco.

Luz y oscuridad han ido de la mano desde que el primer humano entró a pintar en una cueva, y desde que los templos son espacios de recogimiento y pensamiento

La lámpara monumental

Con 55 metros cuadrados de superficie y seis metros de altura, la instalación en este patio principal se hace protagonista y lanza una luz azulada, rojiza o blanca que desborda los límites del edificio, saltando al cielo abierto e iluminando las nubes cuando están bajas, y hasta saliendo a la calle por el portón principal.

El patio de la iglesia bajo la luz del día / MANUEL BOUZAS

Artes y religiones

Las artes y las religiones siempre han ido de la mano. Por eso algunos sin moral destruyen budas gigantes con misiles. Y otros sólo ignorantes profundos queman retablos irreemplazables aprovechando las guerras. Templos como éste, que se presenta como una de las mejores muestras de iglesia barroca del siglo XVII en Cataluña. En él encontramos elementos artísticos de mucho nivel, algunos traídos de Italia en su tiempo. Y aunque en la Guerra Civil la iglesia fue quemada y destrozada, todavía conserva piezas importantes.

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Historia de la luz y los templos

Sofía Lekka entrevistaba a Bouzas y Del Aguila en el blog Designboom, al hilo de esta obra: «El origen conceptual del proyecto -dicen sus autores- parte de la doble interpretación de la palabra lucerna. Hoy este término define las aberturas superiores que sirven para introducir luz natural en un espacio interior. Pero también fue utilizado por los romanos para nombrar las antiguas lámparas de aceite de cerámica que generaban luz en la oscuridad. O sea, las primeras lámparas de la historia».

Un poyete de ladrillos permite al visitante -de una altura adulta- introducirse en la estructura / MANUEL BOUZAS

Luz y oscuridad han ido de la mano desde que el primer humano entró a pintar en una cueva, y desde que los templos son espacios de recogimiento y pensamiento, las lucernas son parte necesaria de los templos, de las ermitas más austeras y de Santa Sofía o San Pedro de Roma. Y esta lámpara mágica de Tortosa -y no hay que entender de arte ni de religiones para ello- es una reinterpretación contemporánea de todas las lámparas que han llamado a compartir espacios sagrados.

Obra efímera… o no

Bouzas. del Aguila creó Lucerna para el Festival de Arquitectura A Cel Obert 2021 (A Cielo Abierto), que tuvo lugar en Tortosa. Para promover el valor patrimonial del centro histórico, el festival acoge en patios y claustros una serie de instalaciones temporales para que artistas presenten sus ideas.

Ingeniería de la lámpara encastrada

En esta instalación con luz de diseño contaron con la participación de Ana Barbier, especialista en iluminación. La estructura que soporta la obra tiene seis anillos en madera, con una tira de luz led en sus bordes. Y la lámpara se apoya en un cruce de cables de acero colgando de la abertura superior del patio. Una superficie de fibra de vidrio traslúcida y ondulada forma las paredes de los anillos dejando pasar la luz -la natural y la de sus led- hacia el suelo del patio. Un poyete de ladrillos bajo el hueco de la lámpara nos permite sumergirnos en su interior y ver ese cielo abierto que bautiza al certamen.

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Viva el indulto

Lucerna podría haber sido un ninot indultat, que quedase como elemento permanente del edificio. No es que la lámpara salvase al monasterio, que tiene público y fieles fieles. Pero salvando las distancias, desmontarla ha sido un poco volver a pintar correctamente el Ecce Homo de Borja. Tal vez un lapsus táctico o una pena.

Pablo Ramón

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