¿TENDREMOS BACTERIAS para acabar con los fertilizantes químicos?
Urge eliminar los daños de la fertilización química
La salud de las tierras de cultivo y de las cosechas a largo plazo preocupa mucho a los investigadores desde hace décadas. Los fertilizantes químicos usados en la agricultura son culpables directos de la contaminación del suelo y los acuíferos. E incluso de su paso a la atmósfera. En busca de sustitutos menos dañinos aparecen propuestas para trabajar con bacterias, capaces de dar a las raíces los niveles de nitrógeno que necesitan.
La agricultura extensiva no puede seguir siendo una amenaza para el futuro del ecosistema global. Y en este momento caminamos por esa senda. Los fertilizantes químicos acidifican el suelo, y en contacto con el agua disparan la generación de algas que devoran el oxígeno y matan a los animales que dependen de él.
Entre muchos otros efectos empezamos a sufrir los efectos de la falta de insectos en los paisajes agrícolas. Y por ejemplo la polinización de muchos cultivos está en riesgo. Incluso en riesgo de no ser rentables si hay que pagar a jornaleros no previstos para hacer el trabajo que no hacen las abejas, sin ir más lejos.
Cepas mutantes de Azotobacter vinelandii
¿Con qué sustituir el efecto deseado de los fertilizantes en la cosecha para mejorarla sin perjudicar al entorno? Un estudio en laboratorio ha modificado cepas mutantes de bacterias Azotobacter vinelandii que proporcionan a las raíces del arroz la cantidad de nitrógeno que necesitan.
Y se ha trabajado con bacterias no modificadas genéticamente. Para estar seguros de que lo que salga de la investigación sea una solución aplicable en todo el mundo. Sin impedimentos en países con restricciones a la manipulación genética.
Las bacterias, a las que se les hace una pequeña intervención genética inocua, tienen la capacidad de actuar como fertilizantes biológicos. Evitando así el uso de compuestos químicos que acaban siendo arrastrados a los ríos y al mar, con graves alteraciones en el ecosistema.
La bactería ya vive en muchos suelos
En la revista de la Sociedad Americana de Microbiología y en la revista Frontiers of Microbiology, Florence Mas, una de las autoras del estudio, insiste mucho en que los genes no son modificados y metidos en el genoma de la bacteria, sino propios de ella.
En realidad, las Azotobacter vinelandii viven en el suelo de cultivos muy populares como la soja, entre sus raíces, y actúan como un fertilizante natural, fijando el nitrógeno del suelo aunque sólo sea de forma discreta. Y si no encuentran nitrógeno en ese suelo tienen la opción de fijar gas nitrógeno.
Puedes saber más en detalle en este artículo de Frontiers in Macrobiology.
Edición BE OnLoop con datos de Frontiers in Macrobiology y ASM Journal