LAS ABEJAS… ¿Dónde se meten en invierno?

Hibernan y se agrupan en melé para no perder calor

No ves abejas en invierno. Eso es porque en otoño, casi todas de las abejas obreras, que nacieron a principios del verano, mueren tras dos meses de duro trabajo y unos 600 kilómetros volando en busca de polen. Han tenido que construir el nido y mantenerlo, han alimentado a la reina con jalea real, criado a las larvas, llevado a la colmena polen, agua y miel. Y han alimentado a los zánganos aunque no trabajen…

Juan Francisco García, apicultor gallego, en sus colmenas en invierno / ALEJANDRO MACHADO

Obreras unidas

Una vez que la reina queda fecundada, las abejas echan de la colmena a los zánganos a principios de agosto, aunque al no poder alimentarse fácilmente, mueren en pocos días. Y las abejas de invierno, que nacen en otoño, viven de 7 u 8 meses, hasta el verano, y pasan el invierno protegidas en la colmena, alimentadas con las reservas. Nos habla de ello en el vídeo de Alejandro Machado un apicultor de Galicia.

El calor vital de la colmena

Las abejas necesitan tener la colmena a unos 20 grados y para evitar las temperaturas del invierno hibernan y se juntan en la zona central de la colmena para formar una protección térmica y mantenerse con vida. Aletean con frecuencia y liban de las reservas de miel acumuladas para resistir al frío.

Los apicultores las ayudan haciendo aportes de azúcares y miel a las colmenas durante ese periodo por si las reservas naturales no fuesen suficientes para resistir hasta la primavera, cuando salen a volar a la vez que se produce la floración.

Pero, la abeja ¿hiberna o pasa el invierno?

El ingeniero forestal Vianney de la Brosse, desde Francia, afirma que todo depende, de hecho, de qué abeja estemos hablando. La hibernación implica que el insecto reduce su temperatura corporal a niveles muy bajos. Para ello reducen el número de latidos del corazón y su frecuencia respiratoria, con lo que el gasto energético se reduce por ejemplo 30 veces.

Un apicultor controla el movimiento de abejas sus colmenas tras una nevada / i-STOCK

Insectos, abejorros y abejas solitarias hibernan entre mediados de octubre y el primer calor de primavera. Son animales que encuentran un refugio, aunque sea un simple agujero en el suelo, en la cavidad de un árbol o bajo las hojas muertas. Así ralentizan mucho su metabolismo confiando en tener suficientes reservas para sobrevivir esos seis meses del frío. Pero la abeja melífera no se comporta de esa misma manera. Y decimos que pasa el invierno.

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La abeja melífera se mantiene activa en invierno

La abeja de colmena, la que produce miel, es un insecto que se mantiene activo en el invierno. Para que aguanten el frío, explica De La Brosse, es importante que la colmena esté bien protegida del viento y la nieve. Y deben guardar un mínimo de reserva de miel que poder consumir para evitar que el enjambre muera.

Las crías de invierno

Al inicio del invierno, la abeja reina da a luz a las abejas de invierno, que no tienen las mismas funciones que las de verano. Mientras que las abejas de verano están destinadas a recoger el néctar de las flores, las abejas de invierno apenas van a volar fuera de la colmena. Porque su función es asegurar la supervivencia del enjambre, y especialmente la vida de la reina. Si la abeja de verano vive de 45 a 60 días, la de invierno vive entre 150 y 200. Y la reina sobrevive hasta los 5 años.

A pesar de batir alas y estar muy juntas para mantener el calor suficiente, no todas las abejas sobreviven al invierno. Y en la mayoría de los casos mueren de hambre, no de frío. Por ello, como decíamos antes, es vital que el apicultor les asegure un suplemento de comida.

Amenazas y ayudas para el progreso de la especie

El cambio climático está alterando un poco estos patrones, con picos de frío en inviernos más suaves que dos décadas atrás en el caso de la Península Ibérica. Es más grave el impacto de la contaminación del aire por elementos químicos volátiles y de las plantas por pesticidas agrícolas. Por ello son importantes todas las iniciativas para proteger su evolución vital. Como se hace en la reserva de bosque del Ayuntamiento de Madrid en la Casa de Campo o en los campos de golf en Francia, en un artículo que publicábamos recientemente en esta misma sección.

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Redacción BE OnLoop

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