ALGAS DEL MAR MENOR para cultivar setas
El proyecto Algarikon aprovecha las algas que matan al Mar Menor
Cristina Soler Rivas, bióloga y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, presenta en este artículo el proyecto Algarikon, en el que participan investigadores de Madrid, Murcia y La Rioja. Su objetivo: dar valor a las algas del Mar Menor para cultivar setas a través de un proceso que las transforma en compuestos útiles para la agricultura.
La bióloga y profesora universitaria pasó sus veranos de infancia en Los Urrutias, a orillas del Mar Menor. Y tenía desde hace años una desazón personal por el estado comatoso de este mar interior en el que las algas crecen exageradamente alimentadas por los restos de fertilizantes usados en el Campo de Cartagena. Que acaban llegando a esta casi laguna salada, por acequias y por las lluvias.
Un crecimiento exagerado de la masa vegetal, que consume el oxígeno del agua que necesitan los peces y que da sombra al fondo complicando la fotosíntesis.
Un mar sin oxígeno
El Mar Menor, en Murcia, está sufriendo un proceso de degradación y deterioro por culpa de la mala gestión de la actividad del ser humano en esa zona. El equilibrio biológico de la laguna se ha roto. Y están proliferando de forma descontrolada algas invasivas, que desplazan a la flora autóctona del mar y provocan problemas como la denominada “sopa verde”.
Estas algas, que popularmente llamamos “ova”, proceden de las aguas dulces que se filtran desde los campos de cultivo del Campo de Cartagena. Colonizan la superficie del Mar Menor y bloquean la llegada de luz solar a las algas del fondo, produciendo una reducción de las algas nativas.
Toneladas diarias de algas en la orilla
En los últimos años, debido en parte al crecimiento masivo de la Caulerpa, ha aumentado el volumen de algas acumuladas en las orillas del Mar Menor.
Esto ha provocado que la administración regional deba retirar y desechar hasta siete toneladas de estas algas cada día, lo que supone un importante desembolso económico. Se contrata a cien operarios en esa recogida de cada mañana.
Las algas degradadas impulsan el micelio de los hongos
A finales del verano de 2021, Cristina Soler, profesora-investigadora de la Sección Departamental de Ciencias de la Alimentación de la UAM, tomó una muestra de algas degradadas y la inoculó en micelios de diferentes hongos comestibles.
Los resultados indicaron que los hongos podían crecer sin problema y generar primordios -etapa previa a la producción de setas-.
Investigando desde Murcia, La Rioja y Madrid
Junto a otras investigadoras e investigadores de la UAM, del CTICH (Centro tecnológico y de investigación del champiñón) de La Rioja, del CIEMAT (Centro de investigaciones energéticas, medioambientales y tecnológicas) y del equipo de horticultura del IMIDA (Instituto murciano de investigación y desarrollo agrario y medioambiental) diseñaron un proyecto de investigación para tratar de darle otra aplicación a estas algas recogidas diariamente por la administración murciana y descartadas en vertederos autorizados.
Cómo obtener productos útiles a partir de algas desechadas
La idea propuesta fue desarrollar un método secuencial en el que el residuo generado por un paso de valorización se utiliza para el siguiente paso. La finalidad es obtener productos útiles hasta su completa utilización.
El proyecto fue financiando por el programa TED (Proyectos de Transición Ecológica y Transición Digital) con medio millón de euros y recibió el nombre de Algarikon.
El proyecto Algarikon
Algarikon resulta de combinar las palabras “alga” y “agarikon”.
El prefijo “alga” hace referencia a las algas invasoras del Mar Menor. Y el objetivo del proyecto es utilizar los hongos comestibles como ‘remedio’ para reducir el impacto negativo medioambiental que tienen las algas de esta zona al acumularse en su orilla como resultado de su eutrofización.
Y el final del nombre proviene del griego, de la tribu escita de los Agari, experta en el uso de plantas medicinales y que con frecuencia incluía en sus remedios un hongo llamado ‘agaricum’. Probablemente de él deriva el nombre científico del champiñón común (Agaricus bisporus).
Algas desechadas son sustrato para setas comestibles…
En diciembre de 2022 se comenzó a recoger muestras de algas del Mar Menor que están siendo probadas como sustrato para cultivar setas comestibles.
Los residuos de algas antes y después del crecimiento de los hongos se están sometiendo a extracciones para obtener compuestos con aplicaciones alimentarias (PUFAs, polisacáridos, enzimas y saborizantes) utilizando tecnologías respetuosas con el medio ambiente. Además, se evaluarán sus propiedades biológicas.
En otras ocasiones hemos hablado en Be OnLoop del cultivo de setas.
… y sustrato universal para invernaderos
Los extractos obtenidos de los residuos derivados de las algas se están probando como bioestimuladores y biofertilizantes de plantas y enmiendas orgánicas para suelos contaminados. También se está investigando el potencial del residuo como sustrato de plantas en invernaderos usando lechugas como modelo. Esto nos recuerda al sustrato de posidonia tratada, Posigreen.
… y gas metano
Finalmente, se están realizando pruebas para conseguir su transformación en metano, mediante digestión anaeróbica, y calcular su eficiencia energética. Y con ello se cerraría un círculo virtuoso de aprovechamiento total de las algas desechadas del Mar Menor.
Edición BE OnLoop sobre artículo íntegro de la profesora Cristina Soler en la web de la Universidad Autónoma de Madrid