ANFIBIOS VENENOSOS y sus colores de aviso

Primero el color les delató en el entorno, y fueron comida fácil

Los anfibios con colores vivos quieren advertir a sus eventuales depredadores de que son venenosos o de sabor desagradable. Pero suelen ser una evolución de especies que sólo muestran sus colores cuando huyen -para que no los persigan- o cuando quieren exhibirlos intencionadamente, como el tritón del vídeo y su vientre naranja.

Cuenta Michael Le Page en New Scientist que el misterio de cómo los animales desarrollan colores vivos para advertir a sus depredadores de que son venenosos o tienen un sabor desagradable parece haberse resuelto, al menos en el caso de los anfibios.

No es un sapo, como dice el titular, sino una rana toro. Pero se muere igual al tragar un tritón / NATIONAL GEOGRAPHIC

Algunos animales tienen colores y dibujos llamativos para advertir a sus depredadores de que saben mal o son venenosos. Este método protege a la mayoría de ellos porque los depredadores inexpertos aprenden por las malas lo que significan esos colores de advertencia y dejan de atacarles, dice Le Page. Hasta ahí nos sabíamos la lección. Vamos, que rojos, amarillos, azules y negros brillantes pintan mal como aperitivo.

El tiempo de asociar color chillón a veneno

Pero es que el uso de colores brillantes para advertir a los depredadores de la presencia de presas tóxicas -se denomina aposematismo- plantea un dilema evolutivo: ¿Cómo sobreviven los animales de colores brillantes el tiempo suficiente necesario -siglos- para advertir a los depredadores, cuando con tantos colores son más fáciles de depredar, por visibles, que sus congéneres de coloraciones más sosas?

A ver… con experiencia o sin ella no te comas a esta rana enigmática / PEXELS – Diego Madrigal

Karl Loeffler-Henry et al, de la Universidad Carleton de Ottawa (Canadá), utilizaron una amplia variedad de anfibios con coloración de advertencia bien conocida para evaluar cómo evolucionan esas exhibiciones.

Primero fueron chillones sólo en algunas partes

Tras comparar una serie de modelos, determinaron que el aposematismo probablemente aparece a través de pasos intermedios en los que la coloración sólo es visible cuando un animal huye o muestra intencionadamente un rasgo colorido oculto, por ejemplo en el vientre. Este trabajo demuestra cómo peligro de ser comido por ser escandalosamente visible en el campo se puede reducir cuando tu fenotipo -tu estructura física- tiene modos de color intermedios, y no descarados.

Tal vez te interese:  LA BERREA: el salvaje bramido del ciervo en otoño

Una posibilidad es que el aposematismo permanente evolucionara primero en las especies que utilizan señales de advertencia ocultas, que sólo se exponen a los posibles depredadores en el momento del encuentro.

En su largo trabajo científico presentan un análisis a gran escala de las transiciones evolutivas en la coloración antidepredadora de los anfibios y demuestran que la transición evolutiva del camuflaje hasta el aposematismo casi nunca es directa, sino que tiende a implicar una etapa intermedia, a saber, especies de colores sosos que revelan, cuando les hace falta, una coloración agresiva. Tener en cuenta este paso intermedio puede resolver la paradoja y, por tanto, avanzar en nuestra comprensión de la evolución del aposematismo.

La evolución inicial de las señales de advertencia en presas venenosas suele considerarse una paradoja porque cualquier nuevo mutante chillón sería más fácil de detectar que sus congéneres sosos.

Karl Loeffler-Henry razona: “Para que los depredadores sepan que la coloración brillante está asociada a una defensa química, tienen que tomar “muestras” de un individuo. O sea, comerle una pata, por ejemplo. Pero al morder a ese individuo lo matan, y eso impide la propagación de esa adaptación”, explica .

Los animales de caparazón duro, como los escarabajos, tienen más posibilidades de sobrevivir a los ataques si los depredadores los escupen con asco, lo que podría explicar la evolución de los colores de advertencia en los insectos. Pero esto no ocurre con los anfibios de cuerpo blando.

Sin embargo, hay anfibios, como los sapos de vientre de fuego, que sólo tienen colores vivos en las partes del cuerpo que normalmente están ocultas. Estos animales permanecen camuflados la mayor parte del tiempo, y sólo desvelan lo venenosos que son cuando se ven ante una situación comprometida para su salud. Como el encuentro del tritón con la culebra en el vídeo del principio, más lista que la pobre rana toro que hasta cambia de color antes de morir.

Tal vez te interese:  ARDILLA VOLADORA Japonesa, de tronco en tronco

Redacción BE OnLoop con informaciones de Karl Loeffler-Henry y Michael Le Page

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba