APRENDER DE LOS ANIMALES para prever fenómenos naturales
Los científicos tratan de interpretar las formas en que los animales perciben cosas que los humanos no consiguen sentir. Aprender de los animales y estudiar la capacidad de ciertas especies, como ratones, vacas o elefantes, para detectar catástrofes naturales se ha documentado recientemente y ahora buscamos otras especies que puedan poseer algún tipo de superpoderes que nos enseñen a reaccionar a tiempo.
La doctora Monica Narang, del University College de Londres, afirma que hay que observar cómo reaccionan algunos mamíferos antes de que se produzcan los terremotos: «Algunas especies animales emiten señales a bajas frecuencias que son detectadas por sus vecinos pero que pasan desapercibidas para nosotros… consiguen predecir lo que empieza a ocurrir antes de que sea tarde». Esto podría ayudarnos a diseñar métodos para salvar vidas y bienes, mediante avisos de evacuación e intervenciones físicas, y también a ayudar a los investigadores a determinar cuándo es seguro volver a casa después de un desastre.
Perros en India y terremotos
Un relato de la India muestra que los perros suelen actuar de forma extraña antes de un terremoto. Antes de que la gente empezara a sentir las primeras sacudidas del terremoto de Gujarat en 2001, los perros de la calle empezaron a ladrar descontroladamente y a correr sin rumbo fijo, entre otros comportamientos inexplicables. También se sabe que los tiburones cambian sus patrones de natación justo antes de iniciarse un evento ambiental, como un huracán o un ciclón.
Vacas con GPS
En una granja cercana a Roma, Martin Wikelski, del Institut Max-Planck (Alemania), equipó a 18 animales con dispositivos GPS para seguir sus movimientos y aceleraciones. Las vacas actuaban con movimientos anómalos incluso 12 horas antes de que se detectó cada uno de los terremotos ocurridos entre octubre de 2016 y enero de 2017 a unos 5 km de distancia.
Elefantes asiáticos y gatos ante movimientos de tierra
Un informe de ingenieros agrónomos en China meridional habla de elefantes que pierden la cabeza ante la inminencia de un desprendimiento de tierra, mientras que en las redes sociales se han difundido muchas anécdotas sobre gatos que perciben los fenómenos que se avecinan mostrando comportamientos de ansiedad, como el aumento de frecuencia de los maullidos o gemidos, o una mayor actividad destructora, especialmente por la noche tal vez debido al silencio y la ausencia de vibraciones de la actividad humana, que hacen más identificables esos signos que los humanos no alcanzamos a detectar. Es evidente que esos animales perciben algún tipo de señal de advertencia que nos alerta de que algo malo se cierne.
Las vacas actuaban con movimientos anómalos incluso 12 horas antes de cada terremoto
Los etólogos han documentado que algunas especies migratorias también utilizan los campos electromagnéticos como navegadores en sus desplazamientos. De hecho, el simple fenómeno de la proximidad de tormenta altera la conducta de insectos como las abejas, que no siendo tan aficionadas a picarnos como las avispas, lo hacen con más facilidad en esas circunstancias de estrés y bajas presiones, aún sabiendo que picarnos les llevará a la muerte al perder el aguijón.
Insectos y reptiles con buen oído
También las hormigas saben cuándo va a producirse un terremoto. Se estudia que los gatos perciban los terremotos con antelación porque tienen un rango de audición más amplio que los humanos. Las abejas en esos casos dejan de volar y van a la colmena. Incluso las serpientes pueden percibir los terremotos a 120 km de distancia. De hecho hay científicos desarrollando formas de predecir los terremotos mediante la observación del comportamiento errático de las serpientes.
Las vibraciones infrasónicas
En declaraciones a un diario indio, la doctora Narang explica: “Hay científicos que han concluido que las vibraciones infrasónicas que generan el inicio de las catástrofes naturales son de frecuencia extremadamente baja, y que animales como las vacas, los caballos y los elefantes pueden detectarlas como señal de peligro, y es por ello que corren para ponerse a salvo”. Otro signo más para aprender de los animales.
La presión en aire y agua
Otro hallazgo es que “los cambios de presión biométrica (en el aire) e hidrostática (en el agua) son más perceptibles para los animales que para el ser humano. Cuando la presión hidrostática baja, como ocurre antes de un huracán u otras grandes tormentas, los tiburones se desplazan a aguas más profundas para evitar riesgos”.
Reconociendo estos signos de alerta, los humanos debemos aprender de los animales y así podremos aminorar las consecuencias de las catástrofes naturales. El objetivo es comprender esos mensajes de la naturaleza y aplicar mecanismos de aviso.
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María Denia