BOKASHI: Compostaje urbano, sencillo y rápido

El Bokashi es una técnica con la que puedes conseguir tu propio abono a partir de tus residuos orgánicos, y me tiene completamente fascinada. Es un proceso de fermentación que acelera la degradación de la materia orgánica y eleva la temperatura, permitiendo la eliminación de patógenos. Esta variante es mucho más rápida que el compostaje tradicional, ya que solo necesita de 12 a 21 días, permitiéndonos obtener un abono rico y nutritivo en menos tiempo.

Desde hace un tiempo, he estado explorando diferentes métodos para gestionar los residuos orgánicos de mi casa de manera efectiva y sostenible, y desde que descubrí esta técnica estoy impresionada. Imagina transformar los restos de tu cocina en un valioso recurso para tus plantas en tan poco tiempo. Es increíble cómo la naturaleza, con un poco de ayuda de la ciencia, puede hacer maravillas. Cada vez que preparo mi Bokashi, siento que estoy haciendo una pequeña contribución para cuidar nuestro planeta, y además mis plantas lo agradecen con creces. Si aún no lo has probado, te animo a que lo hagas. ¡Te aseguro que te sorprenderás con los resultados! Vamos a descubrir juntos cómo funciona y por qué deberías considerarlo para tu hogar.

¿Qué es el Bokashi?

Este sistema se basa en la fermentación de residuos orgánicos en un ambiente cerrado y sin oxígeno, utilizando microorganismos específicos. A diferencia del vermicompostaje, el Bokashi no depende de las lombrices, lo que lo hace ideal para interiores.

Historia y ventajas

Originario del país del sol naciente, los agricultores de arroz japoneses desarrollaron el Bokashi para potenciar la producción de sus tierras, aprovechando sus propios desechos. Esta técnica tiene varias ventajas frente al compost tradicional:

• Rapidez: mientras que el compost común tarda unos 90 días en estar listo, el Bokashi se prepara en solo dos semanas.
• Sin insectos: no atrae insectos indeseables y, de hecho, ahuyenta a muchos de ellos.
• Microorganismos beneficiosos: fortalece los microorganismos del suelo, proporcionando protección adicional a las plantas.
• Sin olores desagradables: no produce malos olores.
• Rico en nutrientes: enriquece la composición del suelo con materia orgánica y nutrientes esenciales.

¿Cómo funciona el Bokashi?

Para empezar con el Bokashi, necesitarás:

• Un cubo de doble fondo con tapa y grifo.
• Activador de Bokashi (mezcla de salvado de trigo, melaza y microorganismos).
• Un utensilio para compactar los residuos.
• Idealmente, dos cubos para asegurar la rotación continua.

Proceso de compostaje

1. Preparación del cubo: espolvorea una fina capa de activador en el fondo del cubo.
2. Añadir residuos: coloca los restos de comida cortados en trozos pequeños (aproximadamente 5 cm de grosor). Después añade otra fina capa de activador y presiona bien con la pala.
3. Fermentación: cierra el cubo herméticamente para evitar la entrada de oxígeno. Añade todos los residuos juntos una vez al día, para minimizar la apertura del cubo.
4. Recogida del Jugo de Fermentación: cada 2 o 3 días, recoge el jugo de fermentación a través del grifo. Este jugo es un excelente abono líquido, que debe diluirse (10 ml por cada 10 litros de agua) antes de usarlo en la tierra de tus plantas.
5. Digestato: una vez lleno el cubo, añade una dosis final de activador y deja fermentar durante 2 semanas sin abrir el cubo. El digestato resultante puede enterrarse en el jardín, añadirse a un compostador o colocarse bajo una lona para continuar la fermentación.

¿Cómo preparar activador Bokashi casero: paso a paso?

Ingredientes necesarios para crear tu propio activador

• Un recipiente de 5 litros.
• 4 litros de agua.
• 6 kg de estiércol o gallinaza.
• 6 kg de cascarilla de arroz o paja.
• 6 kg de tierra común.
• 1 kg de carbón vegetal.
• 600 gramos de cenizas o cal agrícola.
• 600 gramos de salvado.
• 100 gramos de melaza.
• Un poco de levadura.

Proceso de elaboración

1. Preparar el inóculo: coloca el agua en el recipiente, añade la levadura y la melaza. Mezcla bien, tapa y deja reposar 24 horas.
2. Mezcla Base: en el espacio destinado para el Bokashi, mezcla la tierra común con el carbón en pedazos pequeños. Añade una capa de estiércol o gallinaza, cascarilla de arroz, salvado y cal o cenizas.
3. Añadir el inóculo: vierte el inóculo sobre la mezcla base, repartiéndolo de manera uniforme. Mezcla bien y deja reposar un día completo.
4. Fermentación: remueve la mezcla dos veces al día, preferiblemente por la mañana y la tarde. En unas dos semanas, la mezcla estará lista. Es crucial que no haya olores desagradables; si los hay, algo no está funcionando bien.
5. Uso del Bokashi: pasados 15 días, el Bokashi está listo para enriquecer el suelo. La mezcla será útil durante unos 3 meses.

Cómo usar el compost de Bokashi: consejos prácticos

• Mezcla con la tierra: mezcla el Bokashi con la tierra o sustrato donde vayas a plantar.
• Aplicación en huertos y macetas: úsalo tanto en cultivos de exterior como en macetas o semilleros. En macetas, no agregues más del 20% de Bokashi.
• Frecuencia de uso: en cultivos, aplícalo cada 3 o 4 semanas para dar un aporte extra de energía y protección a las plantas.

Mi opinión personal sobre el Bokashi

Como una entusiasta de la agricultura sostenible, el Bokashi ha sido una revelación para mí. Su capacidad para manejar una amplia variedad de residuos orgánicos sin malos olores ni complicaciones lo convierte en una opción ideal para cualquier hogar.

Es increíble cómo una técnica tan sencilla puede tener un impacto tan positivo en nuestro entorno y en nuestra vida diaria. Si estás buscando una forma de reducir tu huella ecológica y mejorar la salud de tus plantas, te animo a probar el Bokashi. No solo estarás contribuyendo al cuidado del medio ambiente, sino que también disfrutarás de los beneficios de un compostaje limpio y efectivo en tu propio hogar.

¿Te animas a probar el Bokashi? Si te ha gustado este artículo y eres amante de las soluciones sostenibles para mejorar nuestro entorno, no te pierdas nuestra sección BEgreen en donde encontrarás más técnicas y trucos sostenibles y ecológicos.