CAMÍ DE CAVALLS, vuelta a Menorca
El Camí es una ruta genial para conocer toda la costa menorquina
Parece mentira cuánto da de sí Menorca, que es Reserva de la Biosfera. Vuelves y vuelves y vuelves a volver, y siempre quedan cosas que descubrir. Hoy te animamos a que hagas el Camí de Cavalls, la senda costera que los vigías usaban cuando era conveniente avisar de que llegaban piratas o invasores. La puedes hacer a pie, a caballo o en bici. Suma 185 kilómetros.
El Camí de Cavalls es una de las rutas más bonitas que puedes hacer, lo hagas completo o por tramos, porque ni en bici ni a caballo ni a pie es posible hacerlo ni en un día ni en tres.
Ciento ochenta y cinco kilómetros dan para dos semanas de camino tranquilo a pie, diez días a caballo o una semana en bici. Y si no estás en muy plena forma, elige cualquier tramo y coge tus bastones de marcha nórdica, porque vas a disfrutar empieces donde empieces.
Un viaje marino a pie
Varias agencias de turismo activo ofrecen programas para recorrer el Camí de Cavalls o algunos tramos. Camí de Cavalls 360º da la posibilidad de elegir entre numerosas posibilidades e incluso hacer un plan adaptado a lo que te interese y según lo que puedas hacer por tu forma física o según cuántos días quieres pasar.
Y si te gusta montar, Menorca a Cavall es una agencia especializada.
La costa sur
La costa sur comienza en Ciutadella y termina en la bocana del puerto natural de Mahón. Es una costa más boscosa que la norte, con más playas y calas de arena. Entre mayo y octubre esta mitad del Camí te dará más sombra, y la senda está bien visible incluso en zonas de bosque.
Encontrarás bastantes cavidades en los acantilados y en las salidas de los barrancos al mar. Está prohibido poner tienda de campaña, pero si vas con tu saco de dormir y te apetece puedes dormir en puntos preciosos como la cavidad que encontrarás en el extremo izquierdo de Cala Trebalúger, al este de la muy urbanizada Cala Galdana. Y entre esas dos, junto al antiguo parking de Cala Mitjana -para muchos la playa más elegante de la isla-. Y por supuesto, aún más cuevas en Calescoves, como su nombre indica.
La costa norte
La costa norte es más pelada, la piedra domina los paisajes y los árboles crecen tumbados por la fuerza del viento. La tramuntana condiciona el entorno, hay menos playas de arena aunque las que hay son divinas, como Pregonda y Binimel.là en la zona de Mercadal, la arcillosa Cala del Pilar o Es Bot y Algaiarens –La Vall-, cerca de Ciutadella. Es genial hacer tramos de la senda norte en cualquier época del año.
Muchas fincas privadas de la isla cortaron el Camí de Cavalls, hasta que el Parlamento de Baleares sentenció en 2000 que la senda era de uso general, libre y gratuito
Nuestro tramo favorito del norte es el paisaje lunar del cabo Faváritx, entre suelos rojos de arcilla y negros de pizarra. También la Reserva Natural de Es Grau, con su laguna costera. Y el tramo de Pregonda con tierras ocres y blanquecinas. Cerca de Ciutadella, Punta Nati es una planicie de piedra tortuosa, pura soledad.
La historia del Camí
El rey Jaime II ordenó a los caballeros de aquel tiempo mantener un caballo armado como vigía, recorriendo toda la costa, para la defensa de la isla ante la llegada de piratas.
Durante la primera dominación inglesa ejemplo, en el siglo previo al Tratado de Utrecht, que nos devolvió Menorca y nos quitó Gibraltar, el gobernador Richard Kane, 1736, lo consideró como un «camino real» y ordenó mantenerlo «limpio y transitable como se hizo tiempo atrás», o sea, un camino público.
El gobernador francés, el Conde de Lannion, ordenó su conservación y ensanchamiento. Y en 1780 se hizo el primer mapa de la isla que se conoce, obra del cartógrafo Louis Stokes de Arco de la Rochette, que marca el Camí de Cavalls. Y luego el Conde de Cifuentes, gobernador español de la isla, ordenaba «que los caminos de caballos estén abiertos y del todo libres de poderse libremente transitar».
Tiempo después las fincas privadas de la isla cortaron el Camí de Cavalls en muchos puntos, hasta que el Parlamento de Baleares sentenció en el año 2000 que la senda era de uso general, libre y gratuito. Y así sigue la senda. Disfrútala.
Ramón Ortega