CENOTE ANGELITA, un espectáculo de agua, en el Yucatán
Una masa de agua salada -haloclina- rompe la transparencia
Hemos estado en varios cenotes de la Península del Yucatán, en plena selva, y hemos aprendido que aquí no hay ríos visibles, sino subterráneos. El Yucatán bebe agua dulce de los cenotes, simas o grutas kársticas con agua dulce transparente incluso cerca del mar, y a cielo abierto. Y entre ellos hay comunicación. El Angelita es un cenote singular. No apareció por hundimiento del terreno, es un tubo vertical y esconde un fenómeno alucinante en profundidad.
Los cenotes que visitas cuando vas a Riviera Maya son muy distintos entre sí. Algunos tienen cientos de metros de galerías y están reservados para buzos experimentados. Incluso en algunos no es una experiencia apta para todos los buzos. Anatoli Beloshchin lo registró en un vídeo espectacular.
Cuando bajas de los 25 metros, el cenote Angelita -y no es el único en la Península de Yucatán con este fenómeno, pero sí el más evidente-, permite ver con buena luz un fenómeno conocido como haloclina.
La haloclina es una masa de agua neblinosa -y salada- que interrumpe la transparencia del agua dulce. Un embalse debajo de otro. Uno es agua potable transparente y el otro tiene sulfato de hidrógeno que sumado a la sal de agua crea esa masa más pesada que le da ese aspecto turbio justo donde ambos caudales de agua se encuentran. El buzo que sube tras haber bajado a zona profunda aparece de forma fantasmal.
Transparente y fantasmal
En el fondo del cenote se acumulan los troncos caídos al agua desde hace siglos. Bucear entre ellos con una lámpara aumenta la sensación fantasmal del lugar.
El cenote Angelita está 16 km al sur de Tulum. El fotógrafo Anatoly Beloshchin hizo una espectacular serie de fotos del fenómeno de haloclina y ha hecho famoso este rincón de la selva en poco tiempo. La nube de haloclina tiene compuestos de azufre, y tras cruzar esa masa lechosa hacia abajo apenas llega la luz del sol. Hay que seguir con lámparas.
Otros cenotes con fenómeno haloclina
El cenote Angelita en particular puede bucearse hasta unos 60, ya en plena oscuridad. Pero si vienes buscando conocer el fenómeno tienes otros cenotes a escoger.
El Taj Mahal es muy abierto, muy luminoso, y podrás ver la nube de haloclina limpiamente.
El Chikin tiene unos quince metros y la haloclina aparece a los diez.
El menos exigente es Casa Cenote, en el que la nube vas a apreciarla ya sin entrar en el agua, porque la base de la poza está a sólo ocho metros de la superficie.
La touroperadora Agua Clara Diving Tulum hace excursiones al cenote Angelita y a otros, todos espectaculares. Eso sí, para Angelita debes tener experiencia: el recorrido alcanza los 40 metros de profundidad y no es para todos los públicos.
Lluís Alamany con informaciones de Scuba Diver Mag y Vix