Daniel ROLLERI, fundador de Ambiente Europeo, contra las basuras marinas
Educando a las nuevas generaciones porque "tenemos el deber de la esperanza"
Argentino y abogado, este luchador inagotable contra las basuras marinas trabajó para Ocean Conservancy en Washington y recaló luego en Murcia, colaboró con Mar Viva y creó finalmente Ambiente Europeo, para llevar adelante su etapa más personal. Hoy sueña con que los ocho mil millones de humanos del planeta conozcan el mar tanto como conocen la superficie terrestre a la que todos quieren salvar. Desde 2010 Ambiente Europeo tiene por misión «informar, inspirar, empoderar y movilizar a la gente hacia una nueva cultura de sostenibilidad» afirma Rolleri, que ha centrado su labor en el combate por mejorar las condiciones de los entornos marinos.
Entrevista a Daniel Rolleri
–¿Por qué decide fundar Ambiente Europeo?
Bueno, cuando me mudé de Estados Unidos a España mi intención era traer proyectos que yo conocía ya en Estados Unidos e intentar implementarlos aquí en España, por supuesto primero en Murcia que es a la región autonómica donde me mudé. Esos proyectos tenían que ver con el tema del mar por varios motivos. Primero porque el mar es lo que más me gusta. Luego porque era el tipo de proyectos sobre el que tenía un poco más de experiencia, por mi trabajo, de haber trabajado en Washington con Ocean Conservancy. Y tercero porque también me di cuenta de que había como un nicho que llenar en mi visión de cuando llegué aquí a España, relacionado con el tema de trabajar con la gente: llegar a la gente con el mensaje de nuestra relación con el mar, la sostenibilidad marina, nuestra idea esta de trabajar para recuperar nuestro vínculo perdido con el mar. Básicamente eso era lo que me motivó.
Me di cuenta de que había un nicho que llenar: llegar a la gente con el mensaje de nuestra relación con el mar. No conocemos el mar, hemos explorado menos del cinco por ciento y cuando uno no conoce algo no lo aprecia
Creo que hay organizaciones muy potentes, muy buenas, que trabajan con mucha trayectoria en el tema marino, en España y en el mundo. Algunas están centradas en la investigación, en la ciencia, otras más en la incidencia política o en la denuncia… nosotros no somos ni investigadores ni científicos, simplemente nuestra intención es trabajar con la gente, que le llegue a la gente el mensaje de la sostenibilidad marina, nuestra relación con el mar, y empezamos de a poco, con poquitos proyectos, y ahí fuimos incluyendo más y más líneas de acción.
–¿Qué es Ambiente Europeo?
Ambiente Europeo es una organización sin fines de lucro que está dedicada a la protección del medio ambiente y lo hace mediante proyectos basados en la creación de conciencia social sobre problemas ambientales, y en la capacidad de la gente, de los ciudadanos, para contribuir a su solución. Creemos que todos podemos aportar esa solución y, como dije en la pregunta anterior, nosotros queremos trabajar con la gente, llegar con ese mensaje a la gente de mar sana, de recuperar nuestros vínculos perdidos con el mar, y creemos que la gente puede hacer mucho para contribuir a la solución de estos problemas.
¿Cuál es nuestra misión? Nuestra misión es informar, inspirar, empoderar y movilizar a la gente hacia una nueva cultura de sostenibilidad. En este caso hemos elegido el tema de las basuras marinas, que es nuestro tema principal, relacionado con la sostenibilidad marina, por varios motivos. Primero yo venía con una trayectoria en este tema desde Estados Unidos por mi trabajo con Ocean Conservancy. Segundo cuando llegué aquí a España este tema todavía no se tocaba, no estaba en la agenda pública, no estaba en los medios de comunicación, de hecho me miraban con un poco de cara rara, y me di cuenta de que había mucho por hacer en este tema, y de hecho hay mucho por hacer no sólo en España sino que en todo el mundo. Hay tanto por hacer que nuestro trabajo hoy en día está enfocado yo te diría que casi al cien por cien en el tema de las basuras marinas.
–¿Cómo se comienza una organización desde cero?
Habrá muchas formas de comenzarlas. Depende de quiénes quieren comenzar esa organización, qué poder de convocatoria, de convicción, de llegar a obtener financiación… Depende de la situación de cada uno. En el caso mío fue complicado porque ya la comencé desde cero solo. Llegando de otro país, es verdad que con contactos internacionales, etcétera, pero no conocía a nadie aquí en España ni en Murcia. Por supuesto que me ayudó a comenzar con el tema de las basuras marinas, de poder tener el respaldo institucional -sólo institucional, no económico- Ocean Conservancy, y empecé con el tema de la conciencia ciudadana, de la limpieza de playas con la obtención de datos. Bueno, lo he comenzado de cero, a pulmón, me he tirado años intentando armar esto, empecé solo y se fue sumando gente.
Nos hemos posicionado fuera del medio ambiente, no nos sentimos parte de ese engranaje perfecto, que está equilibrado, que no necesita ni un tiburón más ni uno menos de los que tiene
De todas maneras somos una organización un poco atípica, no tenemos oficinas, no tenemos la típica estructura de oficinas con empleados, somos un grupo de trabajo de gente muy diversa y eso es muy bueno, diversidad de todo tipo, de edad, gente de veintipocos y gente de sesenta y pico, de nacionalidades, somos varias nacionalidades, no sólo españoles, también americanos, alemanes, mexicanos, británicos… casi nunca nos vemos todos juntos, trabajamos de forma telemática, online, nuestras reuniones, nuestros proyectos y sí, fue duro el principio, es duro siempre llevar adelante una organización, es duro conseguir fondos, conseguir llevar a cabo proyectos, hay muchas ideas, muchos proyectos, pero es muy complicado ponerlo en funcionamiento. Pero en el caso mío sí, empecé de cero y no conociendo a nadie y se hizo muy cuesta arriba, un trabajo de años hasta empezar a tener algo de visibilidad.
-¿Cómo ve nuestra relación con el medioambiente?
Actualmente nuestra relación con el medio ambiente es muy mala, y lo ha sido especialmente desde la Revolución Industrial, cuando empezamos a necesitar de forma masiva recursos naturales, lo hemos hecho sin ningún cuidado, hemos arrasado nuestros recursos naturales y ahora estamos pagando las consecuencias. Nos hemos posicionado fuera del medio ambiente, no nos sentimos parte de ese engranaje perfecto, equilibrado, y no sólo no nos sentimos parte sino que nos dedicamos a destruir ese mecanismo de relojería perfecto que es el medio ambiente, que está equilibrado, que no necesita ni un tiburón más ni uno menos de los que tiene, pero luego llegamos nosotros y empezamos ese desequilibrio, y nuestra relación con el medio ambiente deja mucho que desear porque nos hemos posicionado fuera de él, no nos sentimos parte de ese mecanismo.
–¿Y con el mar?
Nuestra relación como especie con el mar es mala, es muy deficiente en la actualidad, no conocemos el mar. Los 8.000 millones de habitantes que actualmente habitamos este planeta no conocemos el mar, hemos explorado menos del cinco por ciento y cuando uno no conoce algo no lo aprecia y si no lo aprecia no lo protege, no lo cuida, no lo valora. Entonces no existe ese valor del mar. El mar es visto en general como algo poco más que un lugar para ir de vacaciones para aquel que tiene la suerte y la posibilidad y de hacerlo, o un lugar donde obtener proteínas de pescado, pero poco más, no conocemos sus funciones, no sabemos que realmente es tan productor de oxígeno, siempre que hablamos del oxígeno del planeta hablamos de los bosques, de los grandes pulmones, pero no sabemos que el mar también cumple esas funciones, y entonces al desconocerlo no lo cuidamos, no nos interesa, algunas sociedades viven de espaldas al mar, hay países que son islas rodeados de mar y tres cuartas partes de su población no saben nadar, por ejemplo.
No es nuestro medio, el mar, no nos sentimos cómodos con el mar. Nos gusta, el que puede ir a la playa y se da el bañito hasta el metro de profundidad, pero no es nuestro medio, no lo conocemos y por tanto no lo valoramos y no lo cuidamos.
–¿Hay tanto plástico en las playas?
Pues sí, el tema de las costas y del mar es que las costas y el mar terminan siendo adonde llega todo lo que dejamos abandonado por ahí. Sobre todo en ciertos lugares como toda la cuenca mediterránea, sobre todo aquí en el Mediterráneo español, Murcia, Almería, Levante, que es semidesértico, las ramblas son verdaderas autovías o cuando llueve -que aquí llueve poco pero llueve a lo bestia- el agua arrastra todo lo que dejamos tirado por ahí. Todo termina en la costa y por ende en el mar. Ya Naciones Unidas, y hace unos años que se habrán quedado desfasados esos números, nos dice que más de 12 millones de toneladas llegan anualmente al mar, que ocho millones de objetos lo hacen por día, es posible que estas cifras estén un poco desfasadas.
Siempre que hablamos del oxígeno del planeta hablamos de los bosques, de los grandes pulmones, pero no sabemos que el mar también cumple esas funciones
Y eso de los objetos que vemos, pero luego están los objetos que no son perceptibles a simple vista, que son microscópicos, como las fibras sintéticas, por ejemplo. Por eso en las costas de nuestro planeta, salvo en las playas a las que vamos de vacaciones o que se preparan -e incluso en esas que se preparan y se limpian encontramos que hay basuras marinas-, las basuras marinas hoy están presentes en absolutamente todas las costas del planeta, sobre todo los microplásticos, que son más fáciles de llevar y traer por las corrientes, están presentes en todas las costas por más remotas que se encuentren de las zonas habitadas. Sí, hay mucho plástico que llega a las costas, a las playas y que luego termina también en los fondos marinos.
–¿Y en los fondos marinos?
Por supuesto, porque parte de ese plástico entra en las aguas del mar, en los ecosistemas marinos, las basuras marinas y sobre todo el plástico una de sus características es que flota y que viaja, tiene la capacidad de viajar empujado por las corrientes, hay plásticos que nunca se hunden pero otros que sí y entonces tienen la capacidad de desplazarse, y las corrientes luego los juntan en distintas partes, los famosos vórtex, acumulaciones de basura marina en distintas partes de los océanos de nuestro planeta-. Y en los fondos marinos hay mucha de toda esa basura que generamos en tierra.
Calcula que de las basuras marinas un 80% se genera en tierra y un 20% en las actividades que desarrollamos en el mar, y mucha de esa basura termina en los fondos, de hecho la mayoría de la basura que existe hoy y que no ha sido controlada, que ha sido abandonada en los entornos costeros y marinos, está ya hundida.
–Hay quienes dicen que el plástico mata. ¿Es tan malo el plástico?
Aquí hay que saber discriminar. El plástico como material nos ha dado y nos da unas prestaciones muy importantes, ventajosas e incluso sostenibles. No me puedo imaginar la aviación sin plástico, por ejemplo. Los aviones serían mucho más contaminantes, por el peso. No me imagino la medicina sin plástico, por ejemplo. La industria automotriz sin plástico, por lo menos con los materiales que tenemos disponibles hoy en día. El problema no es el plástico en sí, porque de hecho si no fuera por el plástico seguiríamos matando elefantes para hacer bolas de billar y teclados de piano con sus colmillos. Pero no es tanto el material en sí sino qué hemos hecho a lo largo de las últimas décadas con el plástico. Hemos abusado de él creando necesidades innecesarias. Repito, algunos usos del plástico tienen su lado de sostenibilidad, su lado de conveniencia, por supuesto, pero hemos abusado de ese plástico sobre todo creando esta sociedad de usar y tirar que es la que hace más numerosa en cantidad por unidades el plástico que consumimos. Y éste es realmente el lado malo del plástico que tenemos que intentar revertir, eso es fundamental.
–¿Estamos reciclando bien el plástico, se cumplen las famosas tres erres del Reducir, Reutilizar, Reciclar?
Es la gran pregunta, porque ahora se está hablando mucho de reciclaje, reciclaje y reciclaje, y estamos descuidando la reducción. Y el reciclaje lo tenemos que hacer, sobre todo en un país como España, que tiene las infraestructuras para hacerlo, pero si nos quedamos sólo en el reciclaje, no es una solución. De hecho el orden de las tres erres… las tres erres tienen un orden, que es reducir, reutilizar y por último reciclar, como último recurso, pero ahora parece que hemos invertido esto y que todo es reciclar, reciclar y reciclar, pero esa no es la solución, la reducción es fundamental en la solución a la ecuación del problema.
El problema no es el plástico en sí, si no fuera por él seguiríamos matando elefantes para hacer bolas de billar y teclas de piano. No es el material sino qué hemos hecho en las últimas décadas con él
Sin reducción, primero que es imposible reciclar todo, segundo que dependiendo de la legislación, del país, etc no nos engañemos con decir «ah, no, no, total yo consumo indiscriminadamente plásticos de un solo uso, total, se recicla». Pero hay que ver si se recicla. En España se recicla en el contenedor amarillo packaging y envases, pero no se reciclan hoy por hoy bolis, ni cepillos de dientes, ni gafas ni una serie interminable de cosas que utilizamos en el día a día. Entonces la reducción es muy importante, es fundamental. Y es como digo, clave en la ecuación de la resolución de este problema.
Y también tenemos que pensar que el reciclaje es el último recurso porque el reciclaje también tiene sus huellas, necesita transporte, necesita energía para el reciclado, etc, etc. Entonces tenemos que empezar a hablar más de reducción. Yo no diría menos de reciclaje, pero más de reducción. No estamos en contra del reciclaje, por supuesto, y lo apoyamos, pero lo que no apoyamos es hablar solamente de reciclar, porque, insisto, hay muchas cosas que no tienen salida en el reciclaje, y de hecho sabemos que no ha funcionado a lo largo de la historia porque desde que empezamos a producir a principios del siglo XX, las primeras décadas del XX, los primeros objetos de plástico, hasta hoy en día, de toda esa masa se ha reciclado solamente el 9%, hay un 91% de todo eso que se ha producido que o se le ha incinerado o está en vertederos desde hace décadas o ha terminado en los ambientes costeros y marinos.
-¿Qué es la ciencia ciudadana?
El término Ciencia Ciudadana era inconcebible hace unos años por la comunidad científica sobre todo, pero ahora es un término aceptado, yo creo que bien, esa es mi visión del hecho de que los científicos no pueden llegar a todos lados, físicamente hablando, digo, hay una cantidad limitada de científicos y muchos lugares donde intentar obtener información. Pero los ciudadanos sí, somos muchos más y de ahí yo creo que debe surgir la idea de la Ciencia Ciudadana, que es una manera de hacer avanzar el conocimiento científico más allá de un laboratorio, o de un trabajo de campo tradicional hecho por científicos. Los protagonistas de la ciencia ciudadana, como lo dice el término, son los ciudadanos. Ciudadanos implicados que de forma activa participan en actividades, en este caso de obtención de datos, de información que luego es utilizada por la ciencia. Pero la obtención de esos datos está en manos de los ciudadanos.
Esto empezó hace varios años con el tema de la posidonia. Hay una cantidad limitada de científicos para estudiar la posidonia pero hay muchos kilómetros cuadrados de posidonia para ir a mirar e investigar, y hay muchos buzos, entonces los buzos empezaron a hacer este aporte a la investigación, pudiendo tomar datos, guiados por protocolos, y también se ha trasladado al tema de las basuras marinas. Es muy interesante, nuestro proyecto de ciencia ciudadana con Ocean Conservancy, nuestro proyecto internacional, nosotros lo coordinamos aquí en España, es ciencia ciudadana. Son ciudadanos obteniendo información a través de un protocolo sobre el tipo y la cantidad de basura que encontramos en los entornos costeros, en los fondos marinos o también en entornos como ríos, ramblas e incluso acequias. Aquí en la región de Murcia hemos hecho limpieza en acequias por aquello de que lo que está en la acequia pasa al río y de ahí al mar.
–¿Cuáles son los objetos más extraños que han encontrado en las limpiezas de costas?
En realidad encuentras de todo, cosas que incluso están incluidas en las tarjetas de datos como ruedas de coches o de camiones, eso por supuesto, pero hemos encontrado motos -dos vespino por ejemplo- bibicletas, colchones varios, unos en costa, otros en río, otros hundidos, carros de la compra, carros de bebé, llaves de coche, en un puente en un río de la Comunidad de Madrid abajo del puente pero sumergida en el río encontramos una rockola, una de estas máquinas de música de los bares. En el mar una urna funeraria que no nos dimos cuenta y adentro sus cenizas y que luego devolvimos inmediatamente al mar, por supuesto. Alijos, una bomba de humo de uso militar… de todo.
–¿Qué relación hay entre el plástico y el cambio climático? De este tema no se habló mucho hasta hace pocos años. El 2018, el CIEL (Center for International Environmental Law) publicó un informe en el que hacía una conexión entre la producción de plástico, el uso de plástico, la mala gestión del plástico y el cambio climático. Sabemos que las principales emisiones que contribuyen al cambio climático vienen del transporte, la ganadería, la agricultura, la producción industrial etc, pero llama la atención ver cómo también la producción de plástico contribuye a la crisis climática. Hoy en día supone aproximadamente el 4% de las emisiones de carbono y se calcula que para 2050 -porque la producción de plástico está creciendo de manera importante- va a ser responsable del 13% de las emisiones, lo cual es muy llamativo. La producción de plástico sigue en aumento cada año.
En la limpieza de costas encuentras de todo, ruedas de coches, motos, bibicletas, colchones, carros de la compra o una rockola, una de estas máquinas de música de los bares
Está previsto que la producción de plástico se duplique en 2035 e incluso se cuadruplique para 2050. Hay miles y miles de millones que se están invirtiendo en este momento en la construcción de nuevas plantas de producción de plástico. El plástico mayormente o se entierra, el plástico usado, o se recicla o se incinera. Todo esto tiene también su huella, la incineración, más gases para contribuir al efecto invernadero, el reciclaje por supuesto que es mucho más efectivo, menos pero también necesita energía, transporte etc. De todo el plástico que se haya producido jamás sólo se ha reciclado un 9%. El resto del plástico, desde las primeras décadas del siglo XX, el 91 % restante está en vertederos, o ha sido enterrado o ha sido incinerado. Además, el plástico que está mal gestionado y abandonado en los ecosistemas terrestres o marinos, también esos plásticos liberan sustancias químicas y tienen un impacto negativo en organismos y ecosistemas, porque cuando los plásticos son expuestos a la radiación solar emiten al descomponerse dos potentes gases de efecto invernadero como son el metano y el etileno.
–¿Es usted optimista?
Para responder esta pregunta voy a utilizar palabras de Bárbara Ward, que fue una de las gestoras de la primera cumbre sobre medio ambiente a nivel global, que se hizo en Estocolmo en 1972. Va a hacer 50 años este verano. Ella dijo «Tenemos el deber de la esperanza». Y yo me suscribo a eso, porque por más que veamos la cosa de forma negativa, por más cuesta arriba que sea, y largo, el camino que tenemos que recorrer, creo que no nos queda otra alternativa que el tener deber de la esperanza y seguir luchando por cambiar las cosas.
–¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros?
Creo que éste es un problema, una situación, un desafío, que tenemos enfrentar como especie, complicado, porque es complicado el problema y también complicado porque quienes lo tenemos que resolver somos 8.000 millones de personas de distintas culturas, que pensamos de distinta manera, con distintos tipos de desarrollo, con distintas posibilidades, y eso lo hace muy complicado. Yo veo a los implicados en la resolución de este problema como una mesa de tres patas, en la que una son las administraciones creando políticas públicas necesarias, apoyando investigación, desarrollo, innovación, la otra es la industria, desarrollando alternativas, materiales alternativos, ecodiseño, innovación, desarrollo, investigación. Y la tercera somos todos, los consumidores.
En vez de elegir en el supermercado 6 plátanos en una bandeja de poliespán envueltos en película de plástico puedo elegir 6 plátanos desnudos
Hay una relación muy importante en el desafío ambiental en general pero de las basuras marinas en particular entre nuestra actitud como consumidores y el problema en sí. Yo creo que en este tema de las basuras marinas los consumidores, podemos usar ese poder que tenemos que no usamos porque no sabemos que lo tenemos, realmente cuando compramos podemos elegir entre un producto A y otro B. Siempre nos hemos guiado por el precio, por supuesto, como es lógico, luego cuando podemos hemos incluido la variable de la calidad en la medida en la que nos la podemos permitir, y creo que hay una tercera variable que tenemos que empezar a incluir que es la sostenibilidad.
Es verdad que la sostenibilidad hay que pagarla, más cara, pero con el tiempo, a medida que muchos de sus usos se vayan extendiendo, esos precios bajarán, y de hecho ya hoy en día podemos ejercer la variable de la sostenibilidad sin que ello influya en el precio. Pongo un ejemplo. Si yo voy a comprar jamón york, y ahora en la mayoría de las charcuterías o supermercados me lo ponen en una caja de plástico dura con tapa puedo pedir papel como toda la vida. En vez de comprar un botellín de agua en plástico todos los días para ir al trabajo o para ir a la escuela, puedo utilizar botellas de metal reutilizables que me pueden durar años y años. En vez de elegir en el supermercado 6 plátanos en una bandeja de poliespán envueltos en el film puedo elegir 6 plátanos desnudos. Hay una serie de cosas que podemos ir haciendo incluso si no nos podemos permitir económicamente optar por opciones sostenibles que puedan tener un precio más caro.
Creo que todos además necesitamos tener conocimientos, informarnos sobre esta situación y qué podemos hacer, de qué manera podemos contribuir, podemos ser activos, creo que todos podemos ser lo que llamamos nosotros agentes de cambio en nuestro grupo de pertenencia como llaman los sociólogos, que son nuestra familia, nuestro entorno, nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, de escuela, de deportes, y la gente tiende a copiar nuestros hábitos y nosotros cambiamos hábitos, y esos hábitos digamos se pueden extender a otras personas. Entonces cada uno de nosotros sí podemos ejercer esa función de agentes de cambio, pero primero de todo es la información, poder tener conciencia, y luego la voluntad, una vez informados y concienciados, de poder hacer esos cambios en nuestra vida del día a día.
–¿Conocemos o somos conscientes del rol que llevan a cabo las ONG en nuestro país y en el mundo?
Yo creo que en general no, la sociedad no es consciente de la importancia del papel que juegan las organizaciones, tanto en España como en el resto del mundo. En algunos lugares habrá un poco mas de conciencia, en otros menos, pero todavía tenemos una falsa imagen de ese concepto del «sin fines de lucro», por un lado, que pareciera que las organizaciones están ahí esperando a que las llamen para hacer cosas gratis, y no es así. Por supuesto que parte del trabajo lo hacen de manera voluntaria pero también son necesarios los fondos para mover proyectos, contratar gente etcétera, etcétera. Creo que todavía está esta idea un poco ya antigua, que por desconocimiento siempre se manejó, que las ONG son un poco antisistema, que están muy pegadas a cierta ideología política, y yo creo que hay un desconocimiento de todo lo que las organizaciones han movido, y no estoy hablando de temas ambientales solamente, sino de temas de cualquier tipo, sociales, culturales. Creo que hay un poco de desinformación, creo que muchos temas en este país y en el mundo no se hubieran movido si no los hubiesen empezado a mover las organizaciones.
Voy a poner un ejemplo, el Mar Menor, en la región de Murcia. Quiénes son los que dan la voz de alerta, quiénes son los que comienzan a hacer ruido, quienes son los que llevan el tema a la sociedad, lo ponen en la agenda pública, mediática… pues son las organizaciones. Y yo creo que es muy importante la labor que desarrollan. Muchas veces eso o no se entiende o no llega la comunicación o hay falta de conocimiento, pero quiero de alguna manera rescatar esa labor en todos los aspectos, no sólo el ambiental sino en otros como acabo de mencionar.
Lluís Alamany