DIABLO NEGRO: curiosidades del pez más famoso de las profundidades

Pero ¿cómo sobrevive en el entorno más hostil del planeta?

Cuando pensamos en criaturas terroríficas, es fácil imaginar monstruos de ciencia ficción o bestias mitológicas. Sin embargo, la naturaleza ha creado su propio «monstruo» real en las profundidades del océano: el diablo negro (Melanocetus johnsonii). Este enigmático habitante del abismo esconde secretos sorprendentes: una boca descomunal, dientes como agujas, un señuelo luminoso para atraer a sus presas y una estrategia reproductiva tan extrema que los machos terminan fusionándose con las hembras.

Un habitante de las profundidades extremas

El diablo negro vive entre los 200 y 2.000 metros de profundidad, en la llamada zona abisal, donde la luz del sol no llega y la presión es varias veces superior a la de la superficie. En este mundo oscuro y helado, solo las especies más adaptadas pueden prosperar.

Su cuerpo gelatinoso y flexible le permite resistir la presión extrema sin dañarse. Además, tiene un metabolismo lento y puede pasar semanas sin comer, aprovechando al máximo cada presa que captura. Su piel negra como el carbón actúa como camuflaje absoluto, absorbiendo la poca luz que pudiera haber y volviéndolo prácticamente invisible en la penumbra de su hábitat.

Bioluminiscencia: su arma secreta

Uno de los rasgos más fascinantes del diablo negro es su esca, un pequeño apéndice luminoso que sobresale de su cabeza y que funciona como un cebo mortal. En un entorno donde casi no hay luz, esta brillante trampa atrae la atención de pequeños peces y crustáceos, que confunden el resplandor con comida.

Pero el truco no es suyo, sino de las bacterias bioluminiscentes que viven en su esca en una relación simbiótica. A diferencia de otros organismos que generan su propia luz, el diablo negro depende de estos microorganismos, que obtiene directamente del agua y que han adaptado su genética para vivir dentro de él​. Esta relación le otorga una ventaja crucial en su mundo sin sol.

Adaptaciones letales para cazar en la oscuridad

El diablo negro es un depredador paciente. Flota inmóvil en las sombras, esperando que una presa se acerque lo suficiente a su esca luminosa. Cuando esto sucede, ataca en un abrir y cerrar de ojos.

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Su boca descomunal y su mandíbula flexible le permiten engullir presas de su mismo tamaño o incluso más grandes. Sus dientes afilados y curvados hacia adentro aseguran que una vez que algo entra en su boca, no pueda escapar. Además, su estómago puede expandirse para digerir grandes comidas, ya que en las profundidades del océano nunca se sabe cuándo volverá a encontrar alimento.

pez rape abismal
Su aspecto aterrador ha inspirado criaturas de ciencia ficción y terror./ Imagen: Noaa – courtesy of Edith Widder/HBOI

El extraño caso del macho parásito

Si hay algo más raro que el aspecto del diablo negro, es su método de reproducción. En esta especie, las hembras son las protagonistas absolutas, con cuerpos grandes y adaptados a la caza. En cambio, los machos son diminutos, midiendo solo unos pocos centímetros, y su única misión en la vida es encontrar una hembra para fecundar sus huevos.

Cuando un macho encuentra a una hembra, se adhiere a su cuerpo con sus dientes. Con el tiempo, sus tejidos se fusionan y su sistema circulatorio se conecta con el de ella. El macho deja de ser un pez independiente y se convierte en un simple apéndice reproductivo, obteniendo nutrientes de la hembra a cambio de estar siempre disponible para fecundar sus huevos.

En algunos casos, una sola hembra puede llevar varios machos pegados a su cuerpo. Un sacrificio extremo en nombre de la reproducción.

Un ser que rara vez se deja ver

El diablo negro es tan esquivo que los encuentros con él son extremadamente raros. Sin embargo, en enero de 2025, se ha producido un hallazgo sorprendente en las costas de Tenerife. Un ejemplar fue avistado en aguas superficiales, algo inusual para una especie que habita en las profundidades.

Este evento ha generado un gran revuelo entre científicos y curiosos, ya que ofrecía una oportunidad única para estudiar a este pez en condiciones distintas a las habituales​. Aunque estos avistamientos son excepcionales, cada uno aporta una valiosa pieza al rompecabezas de esta misteriosa criatura.

Un depredador de otro mundo

A medida que la tecnología avanza, los científicos esperan descubrir más sobre este y otras especies en el delicado equilibrio de la vida en el fondo del mar.

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El diablo negro es una prueba viviente de la extraordinaria capacidad de la naturaleza para adaptarse a condiciones extremas. Desde su bioluminiscencia hasta su método de reproducción único, cada aspecto de su biología desafía nuestra comprensión de la vida Aunque rara vez lo vemos, su existencia nos recuerda que, en las profundidades del océano, aún hay especies esperando ser descubiertas.

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