E-EXTREME, el gran rallye eléctrico
Todos los equipos trabajan por minimizar su impacto ambiental
En 2021 los deportes de motor añadían a un hermano a la familia, el Extreme-E. Esta disciplina se resume en carreras de grandes coches 4×4 eléctricos, un paso más en el combate del deporte contra los problemas del medio ambiente. Carlos Sainz, Sébastian Loeb y Jenson Button son algunos de los grandes pilotos que ya participan en estas competiciones.
El deporte comprometido con el medio ambiente empieza a parecerse a un verdadero ecosistema. Cada vez más disciplinas -incluido el todopoderoso fútbol- buscan las maneras de reducir la huella de carbono de su actividad.
Y entre los deportes, uno de los más agresivos, por el consumo de combustible, por el ruido y el impacto ambiental directo que tiene en los paisajes por los que circula, es el automovilismo en todas sus manifestaciones.
El nuevo rugido del motor
Carreras en espacios abiertos, como los rallies y mucho más los rallies extremos campo a través han sido históricamente una referencia clara de ese impacto. Pero tanto la Fórmula E como la Extreme-E de la que hablamos aquí están consiguiendo que los grandes del volante se adapten a los nuevos tiempos más deprisa de lo que se pensó. Ya son menos los que dicen eso de que «no es lo mismo sin el rugir del motor», y es que a su manera, también los motores eléctricos transmiten emoción al subir revoluciones. Todo es acostumbrar al oído.
Acciones por el entorno
Los escenarios de las carreras están siendo espectaculares. Comenzó en el desierto de Arabia Saudí en 2021 y ha seguido por el Lago Rosa en Dakar, en Senegal, luego los campos helados de Groenlandia, la Amazonia de Brasil y los glaciares del sur argentino.
La Extreme E se desarrolla en dos días entre clasificaciones, semifinales y finales entre nueve equipos. Los equipos están formados por dos pilotos hombre y mujer que se intercambian el volante tras una vuelta en la «Switch Zone». Pero no hay copiloto.
En cada ronda se pone en marcha una acción por el medio ambiente, simbólica, para dar a conocer las tendencias que exige la situación global.
Deporte y protección del entorno
En Arabia Saudí, los propios equipos limpiaron una playa de residuos marinos, en colaboración con una asociación que protege a las tortugas verdes en el Mar Rojo. En Senegal se plantaron manglares, y árboles en la zona de Amazonía en la carrera de Brasil. Todos los gestos suman.
En cuanto al funcionamiento de la carrera, la Extreme-E se desarrolla en dos días entre clasificaciones, semifinales y finales entre nueve equipos. Los equipos están formados por dos pilotos hombre y mujer que se intercambian el volante tras dar una vuelta en la llamada «Switch Zone». Pero no hay copiloto.
Caras conocidas
Lewis Hamilton, multicampeón de la Fórmula 1 no se ha contentado con participarf en la Extreme-E, sino que ha creado su propio equipo. Lo mismo han hecho Jenson Button y Nico Rosberg. Y Carlos Sainz forma pareja con la campeona mundial de trial española Laia Sanz, que es también habitual en el Dakar.
El francés Sébastien Loeb, que se mostró encantado de participar en esta disciplina, comentó a Ouest-France: «El hecho de transmitir una imagen, de abrir los ojos a la gente sobre el cambio climático, es algo bueno. Hoy en día, el deporte del motor lo necesita, es una buena iniciativa, y a todos nos concierne».
Minimizar aún más la huella en el entorno
Y si la buena fe de eliminar la huella de carbono del combustible de los vehículos de Extreme-E es clara, muchos piden esfuerzos para que el resto del impacto ambiental que supone un gran raid de estas características sea también el mínimo posible, sobre las personas que viven en los escenarios por los que circulan y sobre el equilibrio de los ecosistemas que durante más de una semana ven llegar y circular a nuevos visitantes de dos patas y cuatro ruedas.
Edición BE OnLoop