EGBERT, EL PULPO amigo de Elora
Una muestra más de la inteligencia sorprendente de los pulpos
La inteligencia del pulpo está más que demostrada, y también su capacidad de entablar una relación con un ser humano en el tiempo. Elora conoció a Edberg, y nos lo cuenta en un vídeo. En una escena en la que ella empuja un tronco para que él se esconda es luego él quien empuja el tronco, imitándola. ¡Es genial!
No hemos vuelto a comer pulpo
En el verano de 2021 pedí la carta en el “Rincón del Pollo”, un restaurante popular en Ciutadella de Menorca. Eligiendo platos el camarero sugirió: “Y tenemos un pulpo muy rico”. Mis hijos y yo nos cruzamos las miradas sin decir nada y el camarero añadió “Otros que han visto Lo que el pulpo me enseñó“. Y nos reímos, pero era cierto, tras ver la película ganadora de Oscar a Mejor Documental manifestamos nuestra absoluta admiración por aquel animal racional. Cómo si no calificar a un ser con tal capacidad de recursos para sobrevivir. Desde la película no hemos vuelto a comer el pulpo a feira por el que antes éramos capaces de matar.
Defendiendo su trozo de pescado
En este vídeo casero conocemos a Elora, una bañista aficionada al snorkel, que vive en el Caribe holandés y que se encuentra una mañana con un pequeño pulpo con el que empieza a jugar. Al día siguiente le lleva un pedazo de pescado, y se van sucediendo los encuentros. Una risa ver al pulpito dando puñetazos a los peces que se acercan al olor de su pescado, escondido entre sus tentáculos.
Levantando un tronco
Una escena que impresiona es la ya comentada del tronco. Ella lo empuja con un dedo para levantarlo y que él se meta debajo, a inspeccionar dos almejas, y la siguiente escena es el pulpo agarrando con cuatro tentáculos el lateral del tronco y empujando con los otros cuatro apoyados en el suelo del mar para hacer fuerza y repetir la escena, moviendo el tronco.
La propia Elora queda fascinada “No pude imaginar un gesto de inteligencia como ése” declara a los lectores que responden a su vídeo. “En realidad comprendí que le estaba ayudando a cazar”. De hecho tras mover el tronco, el pulpo se acerca a Elora, como diciendo “¡choca esos cinco!”, y vuelve al tronco y a su caza.
Respetad a los pulpitos
Es fantástico ver de nuevo un testimonio como éste. Chicas, chicos, si hacéis snorkel o pesca submarina, por favor, respetad a los pequeños pulpos de nuestras costas, porque cada vez vemos menos. Tienen que llegar a la edad adulta y desovar. O dejaremos de compartir momentos como estos de Elora y Egbert.
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Pau Sevillano