EL HOMBRE DEL AGUA del Rajastán, Rajendra Singh
"Un río limpio es un derecho humano", dice el médico más famoso de India
La sequía que estaba provocando la huída de la población en zonas del Rajastán impresionó a Rajendra Singh, este médico que iba a abrir centros de salud por la región. Se dio cuenta de que el origen de este desastre estaba en los cientos de pozos abiertos a lo largo del río y retomó una antigua técnica llamada johads, diques de tierra que acumulan el agua cuando es excedente y elevan el nivel de las aguas subterráneas. Hoy, el paisaje rural ha cambiado gracias a su premiado trabajo.
La segunda vida del doctor Singh
En 1984, el Dr. Rajendra Singh visitaba lugares adecuados para abrir clínicas de salud primaria en las aldeas rurales del Rajastán, una regíon árida del noroeste de la India. Y llegó a Gopalpura. «Aquella zona estaba devastada y la gente en edad de trabajar huía, dejando atrás a sus familiares», recuerda el médico. «Cuando pregunté, un anciano me dijo que no necesitaban ni medicinas ni comida. Que lo único que necesitaban era agua». Y ese día empezó la segunda vida del doctor Singh.
37 años de esfuerzo y resultados
Entre 1985 y 2015 -cuando el médico indio fue galardonado con el Stockholm Water Prize- Singh recuperó la antigua tecnología tradicional de las represas en los ríos. Trabajando con la población local, había devuelto el agua en treinta años a más de mil pueblos. Hoy el paisaje y el clima se han transformado. Cinco ríos principales, secos desde hacía tiempo, han vuelto a fluir, se han llenado los pozos y los campos han vuelto a dar cosecha.
Aquella Semana del Agua de Estocolmo, Singh declaró que las comunidades rurales que se enfrentan a las crisis de agua tienen que resistirse al dinero y a las soluciones tecnológicas que les ofrecen las empresas. «En su lugar -declaró al diario The Guardian- deben encontrar formas de ayudarse a sí mismas».
El origen de la sequía
El infierno de Gopalpura y buena parte del Rajastán, empezó cuando los aldeanos dejaron de cuidar las formas tradicionales de mantener el agua con represas junto a los ríos, los johads. Aparecieron las máquinas perforadoras y todos los que pudieron abrieron un pozo en su parcela. El río desapareció, el agua se encontraba cada vez más profunda, los árboles se secaron y cada vez era más caro hacer más profundas las perforaciones. Y los hombres jóvenes comenzaron a huir.
En once años de trabajo el pueblo tenía nueve johads y el nivel de las aguas subterráneas había subido 6,7 metros
Pozos secos, bosques secos y erosión disparada tras cada tormenta esporádica. Las mujeres y los niños destinaban la mitad del día a buscar agua y leña, y todo aquello fue un bucle hacia el desastre.
Subiendo el nivel del agua subterránea
Singh y sus seguidores recuperaron y agrandaron un antiguo embalse de johad en Gopalpura. Medio año después acumulaba metro y medio de agua. Y en la época de lluvias se llenó y pozos cercanos recuperaron el agua. La capa freática estaba subiendo alimentada por el pequeño embalse. Un año después los vecinos reconstruyeron una segunda presa, y para 1996 el pueblo tenía nueve johads. El nivel de las aguas subterráneas había subido a 6,7 m cuando diez años antes llegaba a estar a 20 metros de distancia los pozos que no estaban secos.
El regreso de los cultivos
«La primera fase del plan duró cuatro años en Gopalpura, la zona se volvió verde. La gente volvió a cultivar y el impacto visual fue tan potente que otras zonas vecinas nos pidieron ayuda», cuenta el doctor a The Guardian.
El Hombre de la Lluvia
Singh es ahora conocido como El Hombre de la Lluvia del Rajastán. Con su experiencia se han construido casi 9.000 johads y otras instalaciones para recoger agua para las estaciones secas. El bosque ha aumentado en un tercio su superficie gracias a la subida del nivel freático, y los antílopes y leopardos vuelven a verse en la zona.
Su modelo, en toda India y en África
Cada vez es más evidente que las sequías son más prolongadas y las lluvias importantes menos frecuentes en todo el mundo con los cambios meteorológicos, y las prácticas de Singh en el Rajastán se aplican ahora también en toda la India y en varios países de África.
El agua limpia es un derecho humano
Rajendra Singh en los últimos años lleva adelante una campaña para que la ONU reconozca los derechos humanos al agua de los ríos y el acceso a la naturaleza. «La naturaleza no puede satisfacer la codicia», dijo en Estocolmo.
En 2017, Singh visitó la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra: «Sobre el papel se ha declarado que el agua es un derecho humano. Pero el agua como derecho humano sólo es posible después de los derechos al río y a la naturaleza. Sin el flujo limpio del río no se puede garantizar el derecho humano», dijo el médico.
Edición BE OnLoop