TÉCNICA DEL TÉ, y quedarás muy zen

Seamos sinceros: entre el té que nos hacemos en casa y un té de cualquier casa en Japón hay un abismo. Pero con un poco de técnica del té salvaremos distancias y estilo.

La receta del té y la de la paella

Sang-Ik, un amigo coreano casado con una azafata de la JAL, lloró al comer mi paella, en Alicante. Confesó que en Kyoto a veces hacía una paella en la que metía chorizo y pulpo. Y casi lloró también cuando les puse un té tras el postre, pero no de emoción, sino de espanto. Llegamos a una conclusión: «yo te cuento lo de la paella y tú me cuentas lo del té».

Las normas del té… de verdad

Como sabrás si has visto unas cuantas películas, preparar té en media Asia es un arte, y a veces incluso un ceremonial diario. En estas líneas no nos cabe el ritual, así que vamos al grano y repasamos los apuntes de mi amigo. Todo se limita a cuatro elementos: las hojas de té, el agua utilizada, la temperatura de infusionado y el tiempo de infusionado.

Té, pero sin aluminio. Ten cuidado.
No compres té barato. Y te explicamos por qué. Como nos gusta la vida sana empezamos por decirte esto porque generalmente los que compras de marca blanca en grandes superficies proceden de hojas grandes del té, y no de los brotes jóvenes. El motivo es que la planta del té tiene dos recolecciones. Las grandes marcas del té compran las hojas jóvenes y frescas.

El problema del resto de hojas es que las hojas maduras, más grandes y oscuras, van acumulando dosis no recomendables de aluminio que retienen del suelo. Hasta el punto de que una tesis doctoral presentada en la Universidad Nacional Autónoma de México se titula «Contenido de aluminio en infusiones de hojas de té comercial con y sin azúcar y con y sin limón a dos tiempos de infusión», de Diego Armando Bárcena Padilla. Por tanto, haz caso al Doctor y escoge un té de calidad, que apenas será un poco más caro.

El té, que sea orgánico, ecológico

Y no compres té en bolsitas salvo que sean biodegradables. Las hay en bolsitas de material plástico. Nunca bebas cosas calientes que han pasado por plástico. Y compra té orgánico, ecológico, sin pesticidas. Así que te recomendamos compres el té en caja -habitualmente metálica o de cartón-, y que eches las hojas en la taza sin mojarlas antes, que es una mala costumbre. Y ¿cuánto té pongo por taza? Pues entre 2,5 gramos para una taza de 20 cl. Una cucharadita.

El agua
Olvídate del agua del grifo salvo que tengas un agua pública excepcional, como las del entorno de Sierra Nevada, la Sierra del Guadarrama y similares. El menor tufo de cloro arruinará tu infusión -de té y cualquier otra-. Utiliza agua mineral, o mejor aún, filtrada con un filtro natural de calidad como la Lata Filtrante de Dropson, que retiene metales, microplásticos, y el cloro.

Que el agua no hierva

Qué manía tenemos de echar agua hirviendo en las infusiones. El té no debe hacerse con agua hirviendo. Lo suyo es que el agua no supere los 90°C en el caso del té negro. Ni los 80 si tenemos té verde, porque si no le vamos a achicharrar las hojas y puede amarguear. A veces la temperatura exacta recomendada para el té que has comprado figura en el envase. Si no tienes termómetro de líquidos en la cocina, un truco mediocre es retirar el agua del fuego un momento antes de empezar a romper. Lo que no vale es hacerla hervir y tenerla enfriando cinco minutos antes de echarla al té, porque al hervir el agua pierde oxígeno, y las propiedades del agua habrán cambiado para la infusión.

Tiempo de infusión
El paso final de un té ideal es el tiempo de infusión. Pero eso va a variar según el tipo de té que elijas. El té verde, de sabor más fuerte, quedará bien a los 2-3 minutos. El té negro prefiere los 3 minutos largos. Y el té rojo, como el Pu-Her, se va a los cinco.

Con estas pautas, tienes algún amigo asiático puedes arriesgarte con el té en la próxima ocasión.

Lluís Alamany