ELECTRICIDAD VEGETAL para iluminar tu casa

El sistema se aplica ya al alumbrado público en pueblos del Perú

Hernán Asto Cabezas, un joven emprendedor de Huanta, en Ayacucho (Perú), ha conseguido crear un acumulador de electricidad que funciona con plantas. Su iniciativa permite a muchas familias que viven en las afueras de las ciudades y el campo acceder a la electricidad. Ahora ofrecen una versión para usarla en el alumbrado público.

Vídeo de presentación de las creaciones de Hernán Asto / ANDINA

Un sistema para llevar luz a los hogares

Hernán Asto es un estudiante universitario de origen ayacuchano, creador de un dispositivo capaz de producir electricidad a base de bacterias que generan las plantas a partir de la luz del sol. A su invento lo ha llamado Alinti, resultado de unir «Ali» -planta en aymara- e «inti» -sol en quechua-.

Alinti, es una tecnología innovadora que produce electricidad de tres fuentes inagotables, una planta de raíz tuberosa, cinco especies de microorganismos y un sistema fotovoltaico.

Cómo funciona Alinti

Hernán nos explica con más precisión: «Durante la fotosíntesis se eliminan residuos, que en contacto con los microorganismos de la tierra generan electrones. Esos electrones son capturados a través de los electrodos que se encuentran en la microcelda de tres niveles que hemos metido en la tierra, y crean un flujo de corriente.

Y ese flujo de corriente es almacenado en una batería conectado a un sistema fotovoltaico que se carga durante el día. La energía producida sirve para iluminación doméstica y para cargar teléfonos móviles, por ejemplo».

La maceta carga una pila que alimenta tomas USB y bombillas de bajo consumo / HERNAN ASTO

El sistema se está fabricando en serie desde 2019 y ya son miles las familias de Ayacucho que lo usan en su vida cotidiana. «Es una corriente biológica que se almacena en una batería de 10 amperios con lo que se puede cargar dos móviles o tener una iluminación, que dure entre 6 y 8 horas».

También luz para las calles

Pero ya han evolucionado y la microempresa Alinti también suministra equipos de mayor capacidad para el alumbrado de las calles y parques públicos. Es la versión Gleam -de destello en inglés-. Incorpora un sensor de movimiento, de modo que la luz se activa sólo cuando alguien camina por la calle, para no derrochar la energía. Y cada ayuntamiento puede regular su nivel de luz. Es una forma de energía sostenible que tiene posibilidades de expandirse al resto del país y a países vecinos.

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Una familia humilde y una vela para estudiar

Hernán Asto no tuvo una infancia fácil, y él mismo describe cómo siguió, bajo la luz de una vela, sus estudios primarios. Era buen estudiante e incluso ganó un concurso de cuentos. Su padre murió pronto y tuvo que ayudar como podía a su madre, Benedicta.

«Un día mi hermana mayor sufrió quemaduras por levantar una olla de agua hirviendo, y me inventé un sistema levantador de ollas, para evitar que otra situación así se repitiese. Yo me pasaba el día recogiendo piezas de cualquier cosa que me sirviese para crear cosas nuevas», comenta Hernán.

El espíritu creativo

Recibió muchos elogios de sus profesores por aquella invención para manipular las pesadas ollas caseras. Estando en secundaria lideraba un equipo de estudiantes y descubrió una planta del campo, que llaman Flor de Mariposa o Leche-Leche que producía una fibra más fina que el algodón.

Del estudio presentaron una propuesta: «Una nueva fibra textil para el Perú y el mundo». Ganaron el primer premio del concurso nacional que convocaba la Feria Nacional de Ciencia y Tecnología FENCYT, y desde ese momento Hernán decidió investigar e inventar.

Alinti está siendo testado para el alumbrado público en las calles de Ayacucho

«Ya en la universidad retomé las investigaciones que realicé en el colegio para descubrir la energía en las plantas», y durante cinco años siguió haciendo pruebas trabajando en cualquier cosa para financiar el experimento. Hasta que presentó Alinti, plantas que dan luz. 

“Quiero presentar una nueva forma de iluminar, más limpia, natural y biológica, tanto para las zonas rurales como urbanas. En estos momentos aprobado ya en San Isidro, en la Costa Verde, funciona un Alinti mejorado para las ciudades. Ya no necesitaremos focos». 

«No puede ser que en pleno siglo XXI, más de tres millones de personas en nuestro país no cuenten con luz en sus casas o en la vía pública. Las autoridades no pueden seguir priorizando el Internet y no la electricidad. Necesitamos ciudades sostenibles”, afirma Hernán a un diario local.

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