ENSALADA DE CALABAZA con rúcula y queso feta

Una combinación deliciosa con ingredientes frescos que se adapta a tu estilo de vida

El otoño es sinónimo de calabazas, y esta receta es la excusa perfecta para disfrutar de este ingrediente tan versátil. Hoy te proponemos una ensalada templada de calabaza con rúcula y queso feta: rápida de preparar, rica en nutrientes y con una combinación de sabores que sorprende en cada bocado. Ideal como cena ligera o entrante en una comida especial, esta receta permite múltiples adaptaciones.

¿Por qué elegir esta receta?

Además de su sabor y presentación, esta ensalada destaca por su equilibrio nutricional y su versatilidad. Se adapta a dietas vegetarianas y puede transformarse fácilmente en una opción vegana. El contraste entre la dulzura de la calabaza asada, el frescor de la rúcula y el punto salado del queso feta crea una experiencia culinaria sencilla pero inolvidable.

Ingredientes de temporada como la calabaza asada y el queso feta realzan esta ensalada llena de contrastes./ Imagen: Beonloop
Ingredientes de temporada como la calabaza asada y el queso feta realzan esta ensalada llena de contrastes./ Imagen: Beonloop

Ingredientes para la receta de ensalada de calabaza

  • 400 g de calabaza (pelada y cortada en cubos medianos)
  • 80 g de rúcula fresca
  • 100 g de queso feta desmenuzado
  • 30 g de nueces troceadas (opcional, pero muy recomendable)
  • 1 cucharada de miel o sirope de agave (para opción vegana)
  • 1 cucharadita de mostaza de Dijon
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharada de vinagre balsámico
  • Sal y pimienta al gusto
  • Extras opcionales: semillas de calabaza, escamas de sal, granada fresca

Paso a paso: así se prepara

1. Asa la calabaza

Precalienta el horno a 200 °C. Coloca los cubos de calabaza sobre una bandeja con papel vegetal, añade un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta. Hornea durante 20-25 minutos, hasta que estén dorados y tiernos. La calabaza debe quedar ligeramente caramelizada en los bordes.

2. Prepara la vinagreta

En un cuenco pequeño, mezcla la miel, la mostaza, el vinagre balsámico y el aceite de oliva. Bate bien hasta que la mezcla emulsione y obtengas una vinagreta brillante.

3. Monta la ensalada

En una fuente amplia o platos individuales, coloca una base de rúcula. Añade la calabaza templada, el queso feta desmenuzado y las nueces.

4. Aliña y decora

Justo antes de servir, incorpora la vinagreta por encima. Si lo deseas, añade semillas de calabaza, granos de granada o escamas de sal para realzar la presentación y el sabor.

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Variaciones para personalizar tu ensalada de calabaza

  • Sustituye el queso feta por queso de cabra o tofu firme salteado (opción vegana).
  • Añade frutas frescas como granada, manzana o pera.
  • Cambia la rúcula por espinacas baby, canónigos o mezcla de hojas verdes.
  • Si no tienes nueces, usa almendras, pipas de girasol o anacardos.
  • Prueba otras vinagretas: tahini con limón, yogur con menta, o sésamo con soja.

Aporte nutricional estimado por ración

NutrienteCantidad aproximada
Calorías280 kcal
Proteínas8 g
Grasas saludables18 g
Hidratos de carbono18 g
Fibra alimentaria5 g
Vitamina A180% CDR
Vitamina C35% CDR
Calcio20% CDR
Potasio540 mg

Una receta naturalmente sin gluten, rica en antioxidantes, fibra y grasas buenas. Perfecta para quienes buscan cuidar su alimentación sin renunciar al sabor.

Una ensalada perfecta para cenas que combina con multitud de ingredientes./ Imagen: Beonloop
Una ensalada perfecta para cenas que combina con multitud de ingredientes./ Imagen: Beonloop

Beneficios de la calabaza

La calabaza tiene un perfil nutricional que la convierte en una excelente aliada para mantener una alimentación equilibrada, especialmente en temporadas de cambio estacional. A continuación, te contamos algunos de sus beneficios más destacados:

Hidratante natural: por su alto contenido en agua (más del 90 %), contribuye a una correcta hidratación del organismo.

Alta en antioxidantes: contiene betacarotenos, precursores de la vitamina A, que ayudan a mantener una piel saludable y a proteger la vista.

Fuente natural de fibra: favorece la digestión y ayuda a regular el tránsito intestinal.

Baja en calorías: solo aporta unas 28 kcal por cada 100 gramos, ideal para quienes buscan recetas ligeras sin renunciar al sabor.

Rica en minerales esenciales: como el potasio, que contribuye al equilibrio de líquidos, y el magnesio, importante para el sistema nervioso y muscular.

Refuerza el sistema inmune: gracias a su contenido en vitamina C y otros compuestos antiinflamatorios naturales.

Elige calabazas firmes, pesadas y sin golpes para asegurar textura suave y sabor óptimo en tus platos
Elige calabazas firmes, pesadas y sin golpes para asegurar textura suave y sabor óptimo en tus platos./ Imagen: Beonloop

Trucos para elegir y conservar tus calabazas

  • Elige piezas firmes, pesadas y sin golpes visibles.
  • Almacénalas enteras en un lugar fresco y seco: aguantan semanas sin problema.
  • Una vez cortada, la pulpa puede conservarse en la nevera durante 4-5 días, o congelarse ya cocinada.

Descubre más recetas con ingredientes de temporada y cocina responsable en nuestra sección BEchef.

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