ENZIMA COME-PLÁSTICO lo degrada en horas
Puede aplicarse a residuos de las fábricas y en espacios naturales
FAST-PETase es una enzima de laboratorio que descompone el plástico PET en horas, cuando su tiempo de degradación natural sería de milenios. Seguimos consumiendo más de 6 millones de barriles de petróleo diarios para producir bolsas de plástico, botellas de agua y mil cosas más. Desde la Universidad de Texas un equipo de investigadores aporta esta solución que publica ahora la revista NATURE.
Una solución in situ para las fábricas
Hal Arper dirige ese equipo y es muy optimista con las aplicaciones que tendría la variante enzimática que han desarrollado a partir de una enzima natural -diremos enzima a secas para simplificar-. Para empezar, la enzima ayudaría a muchas empresas a reciclar sus residuos plásticos in situ, sin tener que pagar un transporte al vertedero y sin producir contaminación al quemarlos ni otra energía al reciclarlos.
«Podríamos usar la enzima para limpiar todo tipo de lugares desfigurados por la acumulación de plásticos», dice el investigador a NATURE.
Entre un día y una semana
Los ensayos en laboratorio y en exteriores demuestran que la enzima descompone los objetos fabricados en PET (Tereftalato de Polietileno) en una semana, y según su formato puede degradar incluso en 24 horas. Cuando el PET abandonado en naturaleza tardará miles de años en disolverse, y contaminando el ecosistema.
Una solución ideal
El uso generalizado de la FAST-PETase podría ser una enorme ayuda para el medio ambiente, por ser un producto «relativamente barato» -no sabemos qué precio y rendimiento tendrá-, portátil allí donde se requiera aplicar y adaptable a distintos formatos industriales.
Hoy eliminar el plástico quiere decir transportarlo y olvidarlo en un vertedero, para que se degrade a lo largo de siglos, o bien quemarlo, que es una opción muy perjudicial para el medio ambiente. Necesitamos ideas nuevas y la enzima de Texas tiene muchas posibilidades de triunfar.
El proceso de la variante enzimática
El nombre de FAST-PETase sale del inglés PET, activa, estable y tolerante. Se ha desarrollado a partir de una enzima natural que degrada el plástico PET pero modificada mediante machine learning para identificar cinco mutaciones que le permiten devorar el plástico más deprisa para diferentes condiciones ambientales.
Eficaz con varios plásticos y fibras
La investigación se aplicó a 51 envases de plástico distintos, tejidos hechos con PET, cinco fibras de poliéster y botellas de agua mineral. Y la enzima fue eficaz contra ellos a temperaturas por debajo de 50 grados centígrados.
Hal Arper explica que «Si pensamos en soluciones de limpieza medioambiental, necesitamos una enzima capaz de funcionar a temperatura ambiente». Y añade: «Esta tecnología tiene una ventaja muy significativa sobre las demás».
El PET, un rey temible
El PET es el plástico rey, presente en todo tipo de envases, prendas textiles y especialmente asociado a las botellas de agua mineral. Supone un 10% de los residuos dispersos en el planeta. Seguiremos atentos a cómo evoluciona la aplicación de esta nueva enzima en sus dos vertientes, la de borrar del mapa los plásticos acumulados en espacios urbanos y naturales y la de evitar su salida de las industrias por aplicación en el mismo lugar de producción a todos los retales y desechos que generan las fábricas.
Edición BE OnLoop con información de NATURE