GARGANTA DE LOS INFIERNOS, y de los placeres
De lunes a jueves puedes encontrar la paz en este Valle del Jerte
Pero a quién -demonios- se le pudo ocurrir poner semejante nombre a uno de los rincones más preciosos del centro peninsular. Suele decirse, y es cierto, que Extremadura es una de las regiones menos conocidas. A quienes nos gusta disfrutarla nos parece estupendo que siga siendo así, pero somos buenos y de vez en cuando hablamos bien sitios como la garganta de los infiernos, en el que, por favor, ¡que no vaya nadie a molestarnos!
En el fondo, llamar garganta de los infiernos, al paraíso, tiene truco. Seguro que le pusieron ese nombre para conseguir lo mismo que queremos nosotros: llegar y estar solos. Pues va a ser que no, porque para estar solos en la Garganta de los Infiernos hay que acercarse un martes de febrero. Porque en fin de semana o cuando hace bueno… pobres mirlos acuáticos. Los veo bajar al Jerte y no vuelven a subir el arroyo hasta la tarde.
La zona norte de Cáceres al poniente de la Sierra de Gredos es una de las comarcas más bonitas de la Península, y aquí encontramos el Valle del Jerte, el que sale en los Telediarios cada abril por la floración de los cerezos.
La Garganta de los infiernos no es el río Jerte
Pero la Garganta de los Infiernos no está para nada esculpida por el río Jerte, como dicen muchos portales web de viajes, sino por la suma del Arroyo de los Tres Cerros y el Arroyo Collado de las Yeguas que se juntan en el Molino Sacristán. Digamos pues que el Arroyo Garganta de los Infiernos es afluente del Jerte, que dibuja el valle y baja hacia Plasencia desde el Puerto de Tornavacas.
Sugerimos no ir directamente a Los Pilones, así a capón, que están cerca de la carretera, sino ir llegando al clímax con ese tiempo que requiere lo más deseado para ser disfrutado en condiciones. Mejor comenzar una senda casi circular, y Los Pilones para el final, la guinda del día.
Si lo del clímax te ha convencido, empezamos por el pueblo de Jerte para seguir una ruta que sube a la parte alta de la Garganta de los Infiernos para bajar de nuevo al río Jerte por Los Pilones, que es el tramo más fotogénico de la excursión.
Una montaña privilegiada
La garganta es una sucesión de arroyos, cascadas y piscinas naturales, que bajan hacia el río Jerte, que da nombre al valle. El agua, pues, es la principal protagonista, y el entorno está protegido como Reserva Natural con 6.800 hectáreas que incluyen un buen pedazo del paisaje del cerezo, que tanta fama ha dado al valle. Y es que aquí llega gente de toda Europa a principios de abril con el objetivo principal de caminar bajo la cúpula blanca de los cerezos en flor.
Una excursión de día completo
Está claro que una excursión como ésta es ideal cuando pega el sol y podemos darnos chapuzones hasta aburrirnos. El problema es que millones de personas opinan lo mismo. Es por eso que si eliges días de calor te recomendamos agendar la escapada de lunes a jueves, porque el viernes ya hay más gente adelantando el fin de semana.
Y si el baño no es tu objetivo principal, la primavera y el otoño son periodos ideales, con menos gente haciendo la ruta.
Si a pesar de nuestra recomendación del clímax sólo quieres visitar Los Pilones, tu camino, desde la carretera del valle, es de una hora y tres kilómetros en ligero ascenso.
Y si quieres comprender el paisaje, sigue la ruta circular que te proponemos, desde el pueblo de Jerte. Harás un total de 16 kilómetros, que sin prisa y parando para comer te ocuparán unas ocho horas de disfrute campero. Esto no es montaña-montaña, y apenas habrás sumado 500 metros de desniveles. Zapatos de trekking son ideales para estas sendas y una gorra siempre viene bien si hace sol, porque no vas a tener mucho bosque de sombra durante la caminata.
Mucho roble y sus familiares de hoja pinchuda -encinas y carrascas sobre todo-, y algunos castaños -y algún nogal- nos acompañan durante la altura media. En otoño la mezcla de marrones, ocres y verdes es una maravilla. Y así vamos por sendas cómodas, hasta el Collado de Tierra Blanca. Son 850 metros de altura y es el techo de la excursión.
Bajando al encuentro de los dos arroyos
Desde Tierra Blanca todo es cuesta abajo, mirando al valle. Y el hito próximo es el Puente de Carlos V o Puente Nuevo, elegante y sencillo, de suelo plano, sin protecciones. Justo unos metros antes se han juntado los dos arroyos que alimentan la Garganta de los Infiernos. Porque hasta aquí eran Garganta de los Tres Cerros y Arroyo del Collado de las Yeguas cada uno por su lado.
Nos quedan tres kilómetros de bajada hasta Los Pilones, y en este tramo el sonido principal es el del agua. De hecho y según haya llovido en días anteriores, pasar de un lado a otro del cauce tiene su complicación y muchas veces acabas prefiriendo mojarte los pies.
El Centro de Interpretación
Entre Los Pilones y el pueblo, junto al río Jerte, verás el Centro de Interpretación de la Reserva Natural. Merece la pena dedicarle una visita, para comprender mejor el paisaje y su historia. Y de vuelta al pueblo… pues mejor si disfrutas de la cocina popular y no eres radical de los vegetales, porque te vamos a recomendar embutidos, carnes de caza y platos de cuchara. Si has venido en verano, deja el postre para unas cerezas king-size en alguna de las cooperativas o fincas que te las venden recién cogidas del árbol. Las hay de calibre pelota de ping-pong. Bueno, casi.
Pau Sevillano