HUGO SFHIR: El arte urbano que transforma espacios y despierta conciencias

La obra de Hugo Lomas, conocido en el arte urbano como Hugo Sfhir, ha redefinido los límites del muralismo. Su trabajo trasciende la estética y se convierte en un poderoso grito de compromiso social.

Desde sus inicios pintando grafitis en las calles de Madrid, su ciudad natal, hasta convertirse en un referente del Street art, Hugo Sfhir ha demostrado que el arte urbano es mucho más que simple decoración. Sus murales no solo embellecen espacios, sino que se convierten en plataformas para reflexionar sobre temas sociales y ambientales. Por eso, hablamos con él para conocer cómo empezó en este mundo y cómo usa su arte como herramienta para influir en la percepción pública y el entorno urbano.

Los primeros trazos de Hugo Lomas, un artista adolescente

A los 13 años, durante unas vacaciones, Hugo descubrió el grafiti y quedó fascinado por su carácter libre y rebelde. En los años 90, ya en el instituto, un profesor de fotografía le regaló un libro sobre el grafiti neoyorquino de los 70 y 80.

-Ese libro cambió mi forma de ver el arte urbano -recuerda Hugo -nunca había visto algo así; fue una revelación que me hizo sentir profundamente identificado. A partir de entonces, comencé a visitar el Museo del Prado para empaparme de la historia del arte y desarrollar mi propia visión -añade.

Ese espíritu inquieto y su afán por explorar nuevas técnicas lo llevaron a probar diferentes formas de arte siendo invitado como artista a la Gala RAC en el Museo Reina Sofía en 2013.

-Creo que los grafiteros tenemos una gran responsabilidad, -explica Hugo Sfhir -porque pintar un mural en la calle es el arte más público que existe. Es un canal de difusión enorme, expuesto a todas las miradas.

La violonchelista, mejor Mural del Mundo 2023

Uno de los ejemplos más destacados de su habilidad para transformar espacios es su obra ‘La violonchelista’, que cubre un edificio de nueve pisos en Fene, A Coruña. Al anochecer, las luces del edificio se mezclan con el mural, dando a la figura de la violonchelista y su instrumento un halo casi mágico. Esta fusión de luz y pintura ha capturado la imaginación tanto de la comunidad local como del público internacional, lo que le valió el prestigioso título de Mejor Mural del Mundo 2023.

-Este mural lo creé para un festival en su primera edición, donde me dieron total libertad creativa. No esperaba ganar, ya que, por filosofía, no suelo participar en concursos. El arte es un mundo muy competitivo; en este concurso había gente que son verdaderos ídolos y leyendas para mí. Fue una sorpresa y una alegría ganar este reconocimiento. -Admite Hugo

Sfhir es muy consciente del poder reflexivo de sus murales sobre temas sociales y ambientales. Su reciente éxito con ‘La violonchelista’ es un testimonio del poder del arte para unir a las comunidades.

-Para esta obra, me pidieron que pintara algo relacionado con la música. El festival pretendía homenajear a una sala de conciertos y centro social emblemática de la zona. Este espacio ya cerrado, había dejado huella en las habitantes de Fene y me contaron que fue muy duro para la gente cuando cerró, porque sintieron que se cerraba un símbolo de la ciudad. Así que estuve pensando y decidí que el mural debía jugar con la arquitectura del edificio. Usé el patio de luces para crear el mástil del instrumento, aunque en realidad no hay nada pintado ahí -recuerda.

Arte urbano a escala global

Pero más allá de sus éxitos en España, Hugo Sfhir ha llevado su arte más allá participando en numerosos proyectos y festivales internacionales que han enriquecido su visión artística, permitiéndole colaborar con muralistas de renombre mundial. Su estilo único ha brillado en eventos de arte urbano en Europa y en otras partes del mundo, donde ha compartido experiencias con artistas y muralistas influentes.

-Más que competir, prefiero colaborar; el apoyo mutuo y el aprendizaje que obtenemos unos de otros tienen un valor incalculable -comenta Hugo.

Esta filosofía colaborativa ha sido clave para que Sfhir siga ampliando los límites del arte urbano, promoviendo un ambiente de apoyo entre artistas y llevando su mensaje de sostenibilidad, justicia social y libertad creativa a nuevas audiencias.

Arte urbano con propósito medioambiental

Sus murales han abordado temas como la contaminación de los océanos, la crisis medioambiental y la libertad de expresión. Uno de los ejemplos más impactantes de su compromiso es ‘La Mirada del Niño’, creada durante el Festival Mucho Más Mayo en Cartagena.

-El tema de los océanos es muy grave -comenta Hugo. Para él, la creación de este mural fue una oportunidad para reivindicar el problema de la contaminación.

– Quería mostrar el problema de la contaminación oceánica, tenemos que darnos cuenta que en España tenemos dos grandes problemas: por un lado el Mar Menor que es un espacio natural único en Europa y que no lo estamos cuidando como se merece. Por otro lado, el Mar Mediterráneo es uno de los más contaminados del mundo. Esta obra es una metáfora, intentaba plasmar que al final lo que vamos a pescar ya no serán peces, sino plásticos. Este mural fue creado en colaboración con la Asociación Ambiente Europeo, y se complementó con charlas y actividades de concienciación con escolares para recoger basura en las playas -señala.

Arte, sostenibilidad y medio ambiente en el trabajo de Hugo Sfhir

Para Hugo, la creación de un mural es mucho más que pintar una pared; es un proceso que requiere inspiración, planificación detallada y una profunda preocupación por el medio ambiente. Hugo es consciente del impacto de sus materiales y métodos.

-Cuando trabajo en mis obras trato de no tirar absolutamente nada y gastar lo menos posible – afirma. En su estudio, reutiliza todo lo que puede. Además, ha optado por pinturas al agua, que son menos contaminantes y más seguras para su salud.

Su proceso creativo es un equilibrio entre la inspiración, la técnica y la responsabilidad medioambiental.

-Recojo botellas de plástico vacías de la basura o embalajes de televisores. Los uso en mis esculturas para darles forma. Para mí, el arte es como un juego, y me gusta divertirme. La inspiración me surge justo antes de dormir, así que siempre tengo una libreta cerca. Una vez tengo la idea, la adapto a la superficie donde voy a trabajar. Jugar con lo que ofrece el espacio es esencial, y creo que el secreto de un buen mural está en cómo te adaptas al entorno y comunicas tu obra.

Tradición y vanguardia como proceso creativo

El proceso creativo de Hugo combina inspiración con técnicas variadas que le permiten dar vida a sus complejas visiones artísticas. Una de sus técnicas favoritas, que él llama “Frankenstein”, consiste en crear collages digitales de cuerpos humanos y otros elementos visuales antes de plasmarlos en los muros.

-Es como armar un puzzle, donde cada pieza debe encajar perfectamente para contar la historia que quiero transmitir -explica Hugo.

Su constante exploración entre lo tradicional y lo innovador se debe a una frase que leyó en un tren neoyorquino hace años: “Solo sé que no puedo parar”. Este mantra refleja su dedicación al arte y su búsqueda incesante de nuevas maneras de conectar con el público y desafiar sus habilidades.

Nuevos proyectos: 95 Gallery

Uno de sus proyectos más recientes y ambiciosos es la apertura de la 95 Gallery en Carabanchel, Madrid. La galería, ubicada en un espacio de casi mil metros cuadrados, es una manifestación de su deseo de hacer que el arte sea accesible para todos.

-Estoy muy involucrado con la galería. Es un proyecto muy ambicioso -comenta Hugo con entusiasmo. -Mi objetivo es crear un espacio donde la gente pueda experimentar el arte con libertad. De momento, hemos abierto sin coste de entrada. No sé cuánto tiempo podremos mantenerlo así, pero por ahora el acceso es gratuito. Pretendo que la galería sea un lugar para dialogar entre el público y los artistas, derribando los clichés sobre el arte urbano. Para mí, el arte solo puede ser libre, accesible y comprometido con la comunidad.

Libertad de expresión y el arte de Hugo Sfhir

Para Hugo, el arte es mucho más que decoración; es una herramienta de protesta y de reivindicación de derechos.

-Creo que es vital defender la libertad de expresión. Si todo se limita a lo que agrada a una parte de la sociedad, generamos un arte descafeinado, más cercano a la propaganda que al verdadero arte. Me gusta la pluralidad, que podamos expresarnos con mensajes diversos, aunque no agraden a ciertos sectores. No busco gustar a todos, sino fomentar una reflexión profunda sobre sostenibilidad, justicia social, censura y libertad. Con cada nuevo mural o proyecto pretendo empujar los límites del arte urbano – Concluye.

En definitiva, Hugo Sfhir es un artista comprometido con la idea de que el arte puede ser una poderosa fuerza de cambio social y una plataforma que amplifica las voces de quienes suelen permanecer silenciados. Su arte es un recordatorio constante de que el espacio público no es solo para ser visto, sino para ser sentido y experimentado.

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