HUMBERTO RÍOS: el científico que escucha a los agricultores
Desde Cuba este investigador (y músico) ha revolucionado la agroecología
Humberto Ríos Labrada es un científico y músico folclórico cubano que ha jugado un papel fundamental en la evolución de la agricultura en Cuba y otros países. Sus proyectos trabajan para poner en marcha prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, poniendo en valor la sabiduría de los campesinos.
La revolución de las semillas de Humberto Ríos
Humberto Ríos defiende un cambio de paradigma para la ciencia que le ha permitido aumentar la diversidad de cultivos y reducir la dependencia de insumos químicos en la agricultura cubana. Gracias a este trabajo, ganó el Premio Ambiental Goldman en 2010.
El impacto del trabajo de Humberto Ríos Labrada es vasto y profundo. Uno de sus logros más destacados es la creación del programa de Innovación Agrícola Local (PIAL).
Durante la aguda crisis económica de los años 90 en Cuba y tras el desplome del bloque soviético, este país enfrentaba a una realidad preocupante. Su agricultura era dependiente de químicos y tecnología soviética, que ya no estaban disponibles, ni eran sostenibles. Este colapso económico y la escasez de insumos agrícolas forzaron a Cuba a reconsiderar sus prácticas de cultivo. En este contexto, Humberto Ríos vio una oportunidad crucial para liderar un cambio hacia un modelo agrícola más orgánico y ecológicamente sostenible.
El programa de Innovación Agrícola Local ha empoderado a los pequeños agricultores gracias a prácticas de cultivo ecológico.
-El PIAL comenzó como una respuesta -comienza a relatarnos – a la necesidad de diversificar los cultivos en Cuba. La economía rural estaba basada en el monocultivo de la caña de azúcar.. Las voces de los agricultores y consumidores eran totalmente ignoradas en un sistema centralizado. Empezamos con un pequeño grupo de 25 agricultores que estaban dispuestos a experimentar con una amplia diversidad de semillas de maíz, arroz y alubias. La idea era simple: los campesinos serían los protagonistas en la selección y reproducción de semillas, utilizando sus propios criterios de selección de variedades de cultivos y su conocimiento tradicional -nos explica.
-Rápidamente pude descubrir que la solución de la agricultura en Cuba no estaba en la universidad, sino en esos pequeños productores que tenían la urgencia de mejorar sus explotaciones agrícolas. Ellos tenían un conocimiento profundo de sus tierras y cultivos, conocimientos que habían sido transmitidos de generación en generación y que desafortunadamente había sido ignorado por la ciencia convencional. Nuestra tarea fue combinar ese saber tradicional con la ciencia moderna para crear un enfoque más sostenible y resiliente -concluye Humberto.
Humberto y su equipo introdujeron el concepto de “Feria de Semillas”, promoviendo así la biodiversidad y la resiliencia agrícola.
La colaboración directa con los agricultores permitió a Humberto y su equipo aprender de las técnicas tradicionales. Al mismo tiempo, comenzaron a introducir enfoques innovadores que respetaban el equilibrio ecológico y potenciaban la biodiversidad. Estas prácticas eran una solución a largo plazo para los desafíos ambientales y de producción alimentaria que enfrentaba Cuba.
– La clave fue siempre la participación activa de los agricultores, su entusiasmo y disposición para experimentar y compartir sus conocimientos. Organizamos talleres y ferias de semillas, lo que permitió no solo la diversificación de cultivos, sino también la creación de una comunidad sólida y resiliente. Aumentamos la biodiversidad en los campos y fortalecimos a las comunidades rurales, mejorando la respuesta frente a las adversidades climáticas -nos explica Humberto.
– A medida que el PIAL creció, también lo hizo nuestro impacto. Los agricultores empezaron a ver mejoras en sus rendimientos. La calidad nutricional y las propiedades organolépticas de sus cosechas también mejoraron. Se mejoró también la calidad del suelo, lo que les dio más confianza en las prácticas agroecológicas -concluye.
El trabajo de Humberto Ríos con el PIAL consiguió demostrar que las soluciones sostenibles deben surgir de los retos que emergen de los sistemas alimentarios locales. Esto en la práctica, constituye la guía para organizar la colaboración de agricultores y científicos.
Humberto Ríos Labrada Premio Goldman 2010
La idea de considerar las voces de los agricultores en el desarrollo de la ciencia agropecuaria en Cuba fue clave para el éxito del proyecto y gracias a ello, fue galardonado con el Premio Ambiental Goldman en 2010. Este prestigioso reconocimiento internacional, considerado por muchos como el Nobel del medio ambiente, supuso para Humberto Ríos un gran impulso a su trayectoria.
– Ganar el Premio Goldman nos permitió conectarnos con una red internacional de activistas ambientales y científicos. Fue fundamental para expandir nuestras ideas y proyectos más allá de Cuba. El premio, no solo validó nuestros esfuerzos, también proporcionó una plataforma para amplificar nuestro mensaje sobre la sostenibilidad y la importancia de la participación de los agricultores en la investigación y el desarrollo agrícola.
El proyecto de Humberto fuera de Cuba
Tras el proyecto en Cuba, Humberto Ríos exportó su idea fuera de las fronteras de su país natal. Comenzó a colaborar en proyectos internacionales en México, Bolivia, Birmania y España, entre otros países. Estas experiencias se han centrado en la adaptación de sus enfoques agroecológicos a las diversas condiciones locales de cada zona. Mas que difundir la mejor semilla y prácticas agronómicas en grandes áreas, Humberto fortaleció la capacidad de los agricultores, consumidores y científicos en impulsar la extensión de nuevas prácticas agroecológicas acordes a la realidad de cada localidad.
El proyecto en México se centra en conservar la variedad de maíz local para mejorar la seguridad alimentaria y preservar la cultura
En México, Humberto Ríos Labrada ha trabajado con comunidades indígenas para recuperar y conservar variedades locales de maíz, preservando la cultura y el conocimiento tradicional al mismo tiempo que se mejoraban los ingresos de las familias de estas comunidades.
-Uno de los aspectos más gratificantes de nuestro trabajo es ver cómo el conocimiento de los agricultores locales en sintonía con nuestras ideas y prácticas, puede adaptarse a diferentes contextos. Recuerdo, que en México trabajamos con una comunidad que tenía un gran conocimiento sobre cómo seleccionar y preservar las mejores semillas de maíz. Fue impresionante ver cómo sus técnicas tradiciones podían complementarse con las científicas.
En Bolivia trabajan para adaptar los cultivos a la escasez de agua y al cambio climático
El cambio climático y el uso de agroquímicos preocupa a todos los niveles en Bolivia. Por eso, el trabajo de Humberto Ríos Labrada se enfocó en en aumentar la resistencia de los cultivos a partir de un mayor uso de la diversidad de cultivos nativos que eran marginados por la ciencia convencional.
-La agroecología en Bolivia es vital. Trabajamos directamente con los agricultores para desarrollar prácticas que aumenten la agrodiversidad, preservando el suelo y los recursos hídricos -explica.
España y la agroecología en Europa con Agrodiverso
En España Humberto Ríos colabora con Agrodiverso, un innovador proyecto de agricultura sostenible que busca fomentar la participación de los agricultores en integrar en los sistemas productivos aquellos tomates, pimientos, berenjenas y calabazas con mayor adaptación a las condiciones orgánicas de cultivo y a los gustos de los consumidores.
-Aquí estamos desarrollando proyectos piloto en varias localidades de la región de Murcia, para demostrar la viabilidad de la agroecología en el contexto europeo. Es un desafío emocionante porque cada localidad tiene sus propias particularidades, pero los principios de la agroecología son universales. Mi experiencia en los diferentes países en los que hemos trabajado me ha enseñado que cada comunidad tiene su propia riqueza de conocimientos, y que ponerla en valor contribuye a un sistema agrícola más sostenible.
-Una de las cosas que más me sorprendió en España fue la diversidad de variedades de tomate que existen en la Región de Murcia, y cómo cada una se adapta a diferentes condiciones climáticas, de suelo y gusto de los consumidores.
Humberto Ríos Labrada y la música
Desde su niñez en Cuba, Humberto Ríos desarrolló una profunda conexión con la tierra y la música folclórica cubana, que es rica en narrativas sobre la tierra y la vida rural. La música para él es una herramienta de progreso y un vehículo de sensibilización.
-Durante los años de crisis -recuerda- me di cuenta de que necesitaba una forma de apoyar económicamente a mi familia y financiar mi doctorado. La música, que siempre había sido una pasión para mí, se convirtió en una solución inesperada. Organicé una banda y cantamos en bares para turistas. La música no solo me ayudó a financiar mi familia y mi doctorado, sino también a comunicar la importancia de la agroecología. Las canciones sobre la biodiversidad y la sostenibilidad tienen un impacto emocional que las palabras por sí solas no pueden alcanzar. Logramos crear conciencia, fue una forma efectiva de conectar con la gente y llevar nuestro mensaje a un público más amplio.
Una mirada hacia delante
Los planes futuros de Humberto Ríos Labrada continúan centrados en la expansión y consolidación de las prácticas de agricultura sostenible. Su visión mantiene el foco en las redes entre agricultores e investigadores, y busca nuevas colaboraciones en otros países.
Además, se propone continuar con su labor educativa a través de la enseñanza y la participación en conferencias y eventos en donde divulga sobre su trabajo y descubrimientos.
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