JANE GOODALL, primero actuar en local
La etóloga propone dejar de ver el planeta como negocio
Podríamos hacer un retrato de Jane Goodall pero vamos a centrarnos en declaraciones recientes de la mayor científica en chimpancés, que tras sesenta años de activismo es más que eso, una ambientalista que va mucho más allá del futuro de una especie, para hablarnos del futuro de nosotros mismos, que compartimos el barco que es la Biosfera.
En un reciente evento Ecosperity Conversations la especialista en chimpancés afirmaba “Se nos dice siempre piensa en global, actúa en local, pero debería ser al revés. Si piensas antes en lo global, te deprimirás. Pero si piensas primero en todo lo que puedes hacer a nivel local, especialmente si actúas con amigos y ves avances, eso te dará esperanza y te invitará a actuar aún más”.
La esperanza de los jóvenes
Hablaba en el panel titulado “Reconectando con la naturaleza”, y advirtió de que sin esperanza la gente se vuelve apática, deja de actuar. “Hablo con muchos jóvenes que parecen haber perdido la esperanza. Están enfadados, deprimidos o simplemente apáticos. Si los jóvenes pierden la esperanza, será el fin de nuestra especie”, afirmó.
Siempre sus chimpancés
Goodall escogió el comportamiento social de los chimpancés en el Parque Nacional de Gombe Stream, en Tanzania, como argumento de estudio y trabajo cuando tenía 26 años. Desde hace mucho está considerada la mayor experta del mundo en la especie. Fundó el Jane Goodall Institute y más recientemente el programa Roots & Shoots, que se ha ido expandiendo hasta 65 países.
La loca idea del PIB siempre creciente
La humanidad de estos tiempos raros que vivimos se enfrenta a una triple crisis: las pandemias, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. “¿Cómo hemos llegado a este desastre? Se debe a nuestra falta de respeto hacia el mundo natural, y a la idea loca de que el crecimiento anual del producto interior bruto (PIB) es más importante que la protección del medio ambiente, que la economía rentable a corto plazo es más importantes que nuestro futuro”, dijo Goodall.
“Vivimos en este planeta que tiene recursos naturales finitos y una población humana que sigue creciendo: tenemos que cambiar, tenemos que mantener una relación distinta con el mundo rural y natural”, añadió.
“La naturaleza es increíblemente resistente. Lugares que hemos destruido por completo pueden volver a ser verdes y albergar vida. Los animales al borde de la extinción pueden tener otra oportunidad”
Las relaciones profundas de la biodiversidad
Sobre la relación entre pérdida de biodiversidad y cambio climático, Goodall afirmó convencida que ambos están enormemente relacionados y que tenemos que prestar mucha más atención a esa pérdida de biodiversidad. “Las especies que no sean capaces de adaptarse a los rápidos cambios de los ecosistemas se alejarán de ellos para adaptarse o se extinguirán”.
Para ella, la Humanidad depende del mundo natural para tener aire limpio, agua y alimentos, “pero de lo que dependemos es de tener ecosistemas sanos”, dijo. “Por eso la pérdida de biodiversidad es tan importante como el cambio climático”.
La vida, como nudos de una alfombra
“Los ecosistema mantienen interrelaciones complejas entre suelo, las plantas y los animales. Lo comparo con una alfombra en la que los nudos dan origen a la vida y son un secreto. Cada vez que nuestras acciones provocan la extinción de una especie de plantas o animales, es como si cortásemos y tirásemos de un hilo de esa alfombra. Si se tira de suficientes hilos, la alfombra quedará hecha jirones. El ecosistema se derrumbará”, añadió Goodall.
El papel de los jóvenes
En respuesta a compañeros de ponencia como Ernst Kwok -estudiante de Derecho y ecologista de Singapur- y Raha Islam -del club Roots & Shoots de la Universidad Cristiana Chang Jung de Taiwán- sobre la esperanza o pasividad de la gente joven, la que va a sufrir directamente los efectos de los excesos de la era industrial y postindustrial, Goodall dijo que no es demasiado tarde para revertir la pérdida de biodiversidad.
“La naturaleza es increíblemente resistente. Lugares que hemos destruido por completo pueden volver a ser verdes y albergar vida. Los animales al borde de la extinción pueden tener otra oportunidad. He escrito un libro entero sobre estas cosas. No es demasiado tarde. No podemos volver a lo que era originalmente. Pero podemos empezar a revertir las cosas. Y debemos hacerlo”, dijo.
Destruimos cosas antes de haberlas conocido
El último libro de Goodall, Reasons for Hope (El Libro de la esperanza, en versión castellana), se centra en el intelecto humano, la resistencia de la naturaleza, el poder de los jóvenes y el espíritu humano.
“Hablamos de salvar el mundo natural por los beneficios que nos da, pero deberíamos preservarlo por sí mismo. No estamos en la Tierra para destruir. No hemos creado las maravillas del mundo natural. Cada vez aprendemos más sobre él, sobre las cosas que hay en las copas de los bosques y en las profundidades del océano. No hemos terminado de aprender, pero estamos destruyendo cosas antes de haberlas conocido. Y hay que evitar que esta gente destruya el planeta”, dijo.
Consejos a la gente joven
“Cuando eres joven puedes saber a dónde quieres ir, pero no sabes cómo llegar. Cuando quise ir a África, tardé mucho tiempo en ahorrar porque no teníamos dinero. Pero haz algo, haz lo que sea, consigue un trabajo, gana algo de dinero y, con el tiempo, podrás seguir ayudando al medio ambiente, y tal vez hacerlo a tiempo completo”, añadió.
El Instituto Jane Goodall y el programa Roots & Shoots son algunos de los puntos de partida que los jóvenes pueden tener en cuenta a la hora de embarcarse en sus viajes de conservación.
Edición BE OnLoop con información de Ecosperity