JESÚS BATALLA, el hombre del mar… limpio de plásticos
Pescador con 89 años y 21 hermanos, participa en la limpieza de playas
Jesús Batalla nació en 1934 y empezó a salir al mar a los dieciséis. Participó en las labores de limpieza del Prestige en Galicia porque le dolían las rocas negras. Y porque es un hombre del mar. Del mar limpio. A sus 89 sigue participando en convocatorias de limpieza de playas por Asturias, y allí lo hemos conocido.
La Cofradía de Pescadores de Llanes organizó una limpieza popular de su Playa del Toró. Fue en el marco del proyecto de ciencia ciudadana sobre basuras marinas Limpieza Internacional de Costas. Una iniciativa que reúne cada año en todo el mundo a más de un millón de personas de 100 países.
Recolectando y registrando las basuras marinas
Cordinada en España por la Asociación Ambiente Europeo y liderada globalmente por Ocean Conservancy tiene por objetivo recolectar, clasificar y registrar las basuras presentes en la playas, fondos marinos, ríos, ramblas, lagunas y acequias.
Para la Asociación Ambiente Europeo, la participación de Jesús marca también un dato en sus estadísticas, porque es el voluntario de más edad en sus registros. Y eso no es poco, porque ya son más de 700 las limpiezas que la organización ha llevado a cabo, con más de 26.000 voluntarios.
La limpieza de la playa de Toró la llevaron a cabo 101 voluntarios. Recogieron 1.363 residuos. De ellos 982 colillas de cigarrillo. 32 toallitas húmedas, 35 latas de bebidas, 51 botellas y tarros de vidrio…
Jesús Batalla, un hombre muy popular
Jesús Batalla es muy popular y querido en Llanes. Nació en la entonces villa en el seno de una familia más que numerosa, y es que sus padres, Ramón Batalla Bustillo y Esperanza Díaz Haces, tuvieron 22 hijos.
La periodista Maiche Perela nos cuenta de la vida de Jesús en la web de la Cofradía de Pescadores de Santa Ana.
Ya de muy crío, Jesús se curtió pateando los pueblos para vender pescado, sobre todo chicharro, que a veces eran trueque por productos del campo para su familia.
A los dieciséis años, como no podía ser de otra manera, empezó a salir a la mar, primero en la lancha “Fede” y luego en “Villa de Llanes”. También son 22 los años que Jesús pasó faenando en el mar.
De la mili a camarero
El servicio militar le tocó en el Ferrol, donde nuestro polifacético personaje descubrió, al presentarse voluntario, su habilidad para las labores de camarero. Y, así, se convirtió, junto a su hermano Guti y Pepín, “el Zapateru”, en un clásico e imprescindible de las bodas y comuniones en hoteles de Llanes y Ribadesella, y en grandes celebraciones familiares.
Una década en Stuttgart
En 1960, probó suerte con la emigración y estuvo casi una década en Stuttgart, con el paréntesis de su regreso a Llanes para contraer matrimonio en el año 1962 con Elena Llorente. La boda, de la que se hizo eco “El Oriente de Asturias” con un amplio reportaje, se celebró el 10 de septiembre en la ermita de la Virgen de Guía, y después los numerosos invitados fueron obsequiados con un espléndido banquete nupcial en el Hostal de la Costa Verde de Barro, pueblo de origen de la novia.
Su primer bote de pesca, el «22 Hermanos»
Al regresar definitivamente a Llanes, trabajó de camarero, también en la construcción. Y se hizo con un bote, que le construyó Santiago Fuentecilla, el último carpintero de ribera, al que bautizó “22 hermanos”. En él iba a pescar xuglas, calamares y al ocle.
Es padre de tres hijos, Elena -como su mujer-, Jesús y José María.
En la actualidad, Jesús Batalla y su hermano Samuel son dos de los pilares de la celebración de las entrañables Fiestas de Santa Ana.
Nuestra amiga Yolanda Siverio entrevista a Jesús en su casa de Llanes:
-¿Cómo supo de la convocatoria de la limpieza de la playa de Toró? ¿Ha sido la primera vez que ha participado en una limpieza de costas?
Ví un cartel en la lonja, y me pareció estupendo. No era la primera, antes ya estuve en la limpieza del Prestige en Galicia. Entonces no me avisó nadie, fui yo por voluntad propia. Varios días, porque todos los que vivimos de la mar somos iguales ante esos problemas. Y nadie me pagaba nada, acudí porque quise.
-¿A la playa de Toró acudió solo?
Sí, me cogí un rastrillo de hierro que tengo en casa y un bolsón para llenarlo.
-¿Le llamó la atención algún tipo de residuo?
Las colillas de cigarrillo, que había cientos. Y papeles y todo tipo de basura.
-¿Le llegaron comentarios sobre su participación?
Bueno, los amigos y familiares me decían que seguro que había ido para que me viese «todo Dios».
-¿Nota cambios en las basuras de las playas, ve que hay menos o más que antes?
Ahora está mucho peor que antes.
-¿Cree que hay conciencia medioambiental en la gente?
Pues casi diría que no. Ahora hay gente que tira basura en la costa adrede. Porque saben que no se debe.
-¿Tiene alguna relación actual con la mar?
Bueno, sobre todo con la Cofradía. Llevo ya 30 años presidiendo las fiestas de Sant Ana, que me cuesta dinero, pero lo hago con gusto, con amor a la mar y a Santa Ana.
-¿Cuál es su playa favorita?
Puerto Chico, al lado de mi casa. Tenía tres años cuando estaba bañándome y cayó una bomba. Mi hermana la mayor nos llevó a una cueva que está junto a la vía, y allí nos metió. Me acuerdo como si fuera hoy.
-Me han dicho que hay un refrán de Puerto Chico, ¿se lo sabe?
Y se arranca a cantar: «Parez mentira que seas de Llanes, y que te bañes en el Sablón, si te bañases en Puerto Chico…»
-¿Cómo se vivía siendo 22 hermanos?
Era terrible. Pasamos muchas necesidades. Yo con diez años iba con un plato por los puestos y iba cogiendo lo que me daba cada uno, una sardina, un chicharro… luego iba al colegio, descalzo. Todos nacimos en casa, y al día siguiente del parto allá iba mi madre a lavar la ropa al lavadero.
En Alemania fui peón de albañil ocho años. Hasta de comer me lo quitaba para enviar dinero. Y me compré el piso.
Luego, entre risas, Jesús nos muestra su rastrillo de limpiar playas. Y quedamos en vernos para la siguiente.
Entrevista de Yolanda Siverio para BE OnLoop y edición sobre texto de Maiche Perela Beaumont