LAS HORMIGAS fueron agricultoras antes que nosotros
Cultivan hongos y defienden el huerto alojando a una hormiga agresiva
Hace millones de años, en una selva tropical de Sudamérica, unas hormigas con un cerebro del tamaño de la punta de un alfiler inventaron la agricultura. Empezaron a cultivar hongos para alimentarse. Y hasta dejaron que sus enemigas comieran, para que las defendieran de otras enemigas peores.
Esta historia de supervivencia pudo comenzar «no mucho después de que el impacto del meteorito de Chicxulub provocara la extinción masiva de hasta tres cuartas partes de las plantas y animales de la Tierra», comenta Joanna Klein en un artículo para el New York Times.
Hoy son unas 250 las especies de hormigas de bosques tropicales, desiertos y casi cualquier paisaje de todo el continente americano las que siguen con el oficio.
Crean auténticos huertos de hongos en sus galerías subterráneas de condiciones climáticas bastante permanentes en humedad y temperatura. «Los desherban. Los riegan. Algunas incluso utilizan antibióticos o productos químicos para mantener a las bacterias dañinas alejadas de sus cultivos» dice Klein.
Cultivando desde hace 60 millones de años
La revista Proceedings of the Royal Society B, publica un artículo sobre los científicos que han trazado la historia evolutiva estas hormigas agricultoras de hongos a lo largo de millones de años.
Ted Schultz es entomólogo del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural y autor principal del estudio que refiere ese artículo. «Si tuvieramos visión de rayos X y pudieramos mirar en un bosque tropical húmedo del nuevo mundo, veríamos todo el subsuelo salpicado de cámaras de cultivo», explica.
Unas hormigas agricultoras al norte y otras en el sur
El Dr. Schultz y sus colegas revelaron patrones curiosos al comparar los genomas de 78 especies de cultivadoras de hongos -en las que incluyeron a las cortadoras de hojas-, con 41 especies que no cultivan hongos.
Descubrieron que las cultivadoras probablemente procedían todas del mismo ancestro de las selvas tropicales de Sudamérica hace unos 60 millones de años. Pero 30 millones de años después, unas se quedaron en el sur, en la selva, y otras se fueron al norte, árido.
Hongos en tierra seca, dependen del hormiguero
Una contenía hormigas agricultoras más complejas, que probablemente transportaron sus hongos a climas secos como desiertos o sabanas. Allí lo cuidaban en sus jardines subterráneos, coevolucionando hasta que el hongo se hizo totalmente dependiente de su agricultora porque fuera morían por falta de humedad.
La segunda sociedad estaba formada por agricultoras menos complejas, asentadas en bosques tropicales, y cultivaban hongos capaces de salir de su huerto y vivir de forma independiente al aire libre.
En opinión del Dr. Schultz el huerto de hongos es un monocultivo, pero las hormigas pueden mantenerlo durante unos 15 o 20 años. Para conseguirlo, las hormigas eliminan otros hongos que intentan comerse lo que han cultivado, o las sustancias químicas producidas por el hongo cultivado lo matan.
Deja comer al enemigo para defenderte de otro mayor
Las hormigas del género Sericomyrmex que cultivan hongos en América Central y del Sur han descubierto un truco: dejan entrar a su colonia a hormigas venenosas que son sus enemigas y les dan acceso a la comida de su huerto de hongos a cambio de protección frente a asaltos de otras especies hostiles.
Rachelle Adams, del Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague, explica el proceso en un estudio que resume para Science Nordic el periodista Kristian Sjøgren.
Las hormigas parasitarias cuidan de la colonia y del huerto para asegurarse la comida, y al final son un ejército de defensa personal de las cultivadoras de hongos.
Cuando la colonia es invadida por hormigas parásitas, la reina de los hongos no puede defenderse. Y cuando llega la reina parásita es aceptada y protege el huerto y la colonia de atacantes. Dos reinas en una colaboración inédita.
Un ejemplo de esas batallas se producen entre parasitarias del género Megalomyrmex y las agrodepredadoras asaltantes del género Gnamptogenys.
Las especies de hormigas coexisten en armonía
Cuando la colonia es atacada, por ejemplo, por hormigas depredadoras como las Gnamptogenys, las agricultoras de hongos escapan hacia el fondo de la colonia, donde se esconden, mientras que las parasitarias suben a la superficie para defender a la colonia.
Rachelle Adams es la autora principal del nuevo estudio sobre estas hormigas granjeras publicado en la revista PNAS. Demuestra que, en lugar de luchar por la comida, las hormigas cultivadoras de hongos y las hormigas parasitarias entablan una colaboración única que beneficia a ambas partes.
Las dos reinas se asocian para dirigir la colonia
La cooperación entre las dos especies de hormigas comienza en la fase inicial, cuando la colonia de hormigas cultivadoras de hongos está formada únicamente por una hormiga reina y su huerto de hongos.
Cuando la colonia es invadida por una hormiga parásita, la reina de los hongos no puede defenderse de la picadura venenosa de la hormiga parásita. Y cuando llega la reina parásita es aceptada a permanece allí mientras cuida el huerto y la colonia, y éste es el comienzo de una colaboración única.
«Así es como dos reinas ponen en marcha juntas una colonia. Pueden coexistir durante años y cada especie cría su propia descendencia», explica Rachelle Adams.
Las granjeras también pueden atacar
En el estudio hay anotaciones curiosas como la relación de fuerzas. 2 hormigas parásitas se bastan para matar a una hormiga enemiga. Y si las hormigas granjeras advierten que no hay bastantes hormigas parásitas para defender la colonia salen también a luchar, pero en ese caso 8 hormigas granjeras consiguen matar a una hormiga atacante.
Edición BE OnLoop sobre artículos de Joanna Klein, Ted Schultz, Kristian Sjøgren y Rachelle Adams