LIONEL FRANC, el clavadista de Les Calanques

Plusmarquista mundial de salto clavado -36 metros-, Lionel Franc es un deportista extraordinario que vive en armonía con la naturaleza. Se entrena en Les Calanques de Cassis, donde explora los recovecos de cada acantilado. Lionel es consciente del peligro que representa su especialidad, y se entrena de forma responsable para seguir viviendo su pasión hasta que el cuerpo aguante.

Lionel Franc no se conforma con practicar su deporte de forma convencional. Además cultiva una filosofía de vida en armonía con la naturaleza, entrenándose en los acantilados de Cassis. Procurando no molestar a pescadores ni buceadores y teniendo cuidado de no perturbar el entorno.

Un enamorado de la naturaleza

Dice Lionel: «Vivir en armonía con la naturaleza, es la verdadera filosofía de mi vida. Ya en mi deporte, estoy en conexión directa con naturaleza». Insiste en entrenar respetando el medio ambiente «es en la naturaleza donde hago todo mi entrenamiento de salto, en estas calas tengo todas las alturas para elegir y toda la seguridad para hacerlo con aguas profundas».

Además, Lionel Franc defiende una práctica deportiva respetuosa con su propio cuerpo, limitando los traumatismos mediante entrenamientos regulares y cuidando su salud física y mental: «Mi proyecto es poder saltar lo máximo posible hasta el final de mi vida, cuidando mi cuerpo para limitar los traumatismos y seguir soñando».

Las Calanques, un lugar privilegiado

La costa de Les Calanques está situada al sureste de Francia, es una auténtica joya de la naturaleza. Acantilados escarpados, calas escondidas y aguas turquesas son un paraíso para los amantes de la naturaleza. Lionel Franc, aficionado desde siempre a la naturaleza y al senderismo, se sintió muy atraído por esta costa salvaje. «Pasear por Les Calanques es reconectar con uno mismo y con la naturaleza, encontrar una sensación de paz y serenidad», comenta.

Las técnicas de clavado de Lionel Franc

Lionel Franc, también conocido como «Loulou», es un clavadista extremo. Se entrena regularmente en los acantilados del parque nacional, donde tiene altura y seguridad. Con su récord actual de 36 metros, -el equivalente a 12 pisos- Lionel es una de las pocas personas que realizan saltos entrando en el agua de cabeza. A pesar del respeto inherente a esta práctica, Lionel la domina a la perfección, al tiempo que nos recuerda que sigue siendo peligrosa.

Antes de cada salto, Lionel lanza tres piedras para calcular su trayectoria, y Lisette, su mujer, salta desde su barca al agua con neopreno, lista a intervenir si él perdiese el conocimiento tras el impacto con el agua.

Para sus 50 años… 40 metros

Para su 50º cumpleaños, la ambición de Lionel es superar su récord mundial llegando a 40 metros, una marca que se considera una locura. Si lo consigue habrá demostrado que es posible superarse a edades inesperadas, y que el salto clavado es un deporte exigente pero apasionante.

A pesar de lo llamativo de su especialidad, no quiere que se le vea como un exaltado. El es un amante del gran azul que simplemente ha hecho de su pasión por el salto una forma de vida.

Edición BE OnLoop