LOS TROLLS reciclados de Thomas Dambo
El artista danés sólo trabaja con retales desechados de madera
«Cuando era pequeño pensaba que los trolls eran como demonios buenos y grandes, como la naturaleza», dice nuestro hombre. Y hoy, Thomas Dambo crea sus esculturas gigantes de trolls para que los niños -y los menos niños- vuelvan a la Naturaleza, para descubrirla a la vez que van al encuentro de sus trolls, hechos de retales de madera. Palets, muebles de oficina, traviesas de tren… todo recobra vida en los bosques a los que llega este activista del reciclaje.
Copenhague, Puerto Rico, Seúl, Florida… desde 2014 Thomas Dambo recoge maderas de donde puede y escoge un lugar indicado para empezar a montar su monumental troll, que medirá entre 4 y 14 metros de altura.
Esculturas hechas in situ, para evitar transporte
Cuando la instalación es en un lugar lejano, primero crea la cabeza, de uno a dos metros de altura casi siempre, viaja al lugar elegido con su cabeza terminada, y comienza a acumular maderas de desecho en la zona. Tras unas semanas su nuevo troll estará listo, y se convierte en un icono del lugar.
Sólo la cabeza se diseña en el taller. El resto del cuerpo se forma con retales de madera llevados al enclave del montaje desde puntos limpios, recogiendo palets viejos y cualquier tabla disponible.
Como los trolls son genios gamberros y generalmente simpáticos, las posturas y los gestos son de paz, de querer dar susto, de interrumpir un camino con un gordo trasero, sentado en plena pasarela… Los hay dispuestos a comerse a los niños, o a destrozar coches lanzando rocas enormes. Todo es un mundo forestal, infantil y divertido.
Es difícil encontrar trolls en el bosque
«Buscar trolls en el bosque es como una búsqueda del tesoro, un regalo para las familias que quizá estén tristes por no poder ir de vacaciones en verano», los trolls están en todas partes por Escandinavia, «pero nunca ves ninguno», dice Thomas Dambo, empeñado en que sus esculturas, cada una con su carácter, ayude a los que hoy son padres o profesores a retomar la magia de los cuentos fantásticos, las leyendas populares. Cuentos y leyendas que casi siempre tuvieron el campo como escenario, aldeas, montañas y bosques.
De alguna manera, los trolls, los gnomos y todos esos personajes de la fantasía medieval eran a la vez una fuente de miedo y curiosidad, así que animamos a todos los niños y a todos los grandes que no han perdido la curiosidad, a descubrir estos parques por los que Thomas Dambo ha ido repartiendo a sus personajes.
El ser humano ante la naturaleza
En las esculturas de Dambo hay detalles que van más allá de lo que vemos a simple vista. En Wynwood Walls, en Miami, un troll descansa sobre un coche, como sentado en un cojín. Y otro acaba de aplastar otro flamante coche al lanzarle una enorme roca. Son desprecios del escultor por el consumo de gasolina y similares.
Adiós al miedo
Otros trolls tienen huecos en distintas partes de su cuerpo, como las orejas, para que los pájaros puedan anidar. O tienen grandes bocas abiertas, por las que los niños se meten, disfrutando mucho más que de sólo contemplar las esculturas. Adiós al miedo por estos gigantes, que se comen a los niños sí, pero que luego los dejan salir.
Un mensaje por la reutilización
Para el escultor es importante que demos nuevos usos a las cosas que caducan en nuestra sociedad de consumo. «Sólo así conservaremos estos bosques que disfruta tanta gente, y mantendremos buena relación con la naturaleza».
Lluis Alamany
