
MANTA, el catamarán que devora el plástico oceánico
Recogerá 3 toneladas de residuos por hora y habrá prototipo en 2024
Yvan Bourgnon, un aventurero franco-suizo que ha pasado treinta años recorriendo los océanos, ya está construyendo con la ONG The Sea Cleaners un gran barco que puede recoger basura plástica flotante y que se impulsa con velas, placas solares y con los propios desechos plásticos, que convierte en combustible a bordo.
El proyecto se presentó en el Institut Français de Madrid y Bourgnon espera que esté terminado en 2023 y listo para exportar a otros países, cuando se divulgue su funcionamiento, en 2024.
Una vida viendo mar y plásticos
Yvan Bourgnon ha visto demasiadas alfombras de basuras en su vida deportiva, que en realidad comenzó a los tres años, cuando sus padres -con él y su hermano Laurent, también regatista de renombre- dieron la vuelta al mundo.
Y ha visto alarmado la evolución a peor de la situación de los mares. Combatir los plásticos en el mar ha sido su último empeño, y en esa batalla protagonista más visible es el Manta, un catamarán de 56 metros de eslora impulsado por una combinación de velas de alta tecnología con turbinas eólicas, placas solares y un plus muy interesante, y es que a medida que el barco navega, las cintas transportadoras recogen la basura flotante, la clasifican y la introducen en un quemador que impulsa una turbina cuya electricidad mueve los sistemas del barco.
Eso supone resolver el 75% de la energía que necesita el barco, en el que viajan nada menos que 30 personas.
El plástico desaparece en el barco
Recoger plásticos del mar no es una idea nueva. Pero el enfoque de Bourgnon sí lo es, dado que para empezar no tiene necesidad de tocar puertos para desembarcar basura. Porque la basura será quemada a bordo por pirólisis para tener energía de propulsión y evitar el almacenaje de esos plásticos.
Por tanto también el volumen de plástico eliminado va a ser muy superior. Tantas veces superior por viaje como tiempo sea capaz el equipo de trabajar sin tocar tierra.
“En estos años últimos he roto mi velero dos veces al chocar con basura flotante. Una de ellas nada menos que contra un contenedor vacío a la deriva. En 2014 volví a dar la vuelta al mundo en solitario, y me deprimió ver la cantidad enorme de plásticos flotando en lugares que cuando era niño conocí limpios. Además, el timón se atascaba a menudo con redes y grandes sábanas de plástico industrial. Lo del sudeste asiático es inimaginable”, comentó el velerista, que a la vuelta del viaje decidió fundar la ONG.
Tres toneladas por hora
Y el Manta es la respuesta, con una capacidad estimada de deglución de plásticos de entre 5.000 y 10.000 toneladas anuales. “Con 400 barcos trabajando por el mundo dejaríamos la contaminación global por plásticos en un tercio. El Manta puede recoger tres toneladas por hora”, declaró Bourgnon en la presentación.

Una segunda pata del proyecto Manta será científica y el barco llevará en sus viajes a científicos varios para obtener datos sobre el origen de los plásticos recogidos, el movimiento de las corrientes que los impulsan y el impacto ambiental que provocan. Y es que, como comenta Bourgnon “no sabemos tanto como creemos sobre los océanos y la basura que acumulan”.
Sensibilizar al público
La tercera pata del proyecto es sensibilizar al público. “El barco quiere ser un gran escaparate para concienciar al público, a las administraciones, a los niños, para que seamos conscientes de lo que a futuro supondría no reciclar”, afirma Bourgnon.
Un Manta cuesta más de 30 millones de euros, de los que buena parte ya ha sido recaudados desde empresas, donantes particulares y fondos públicos de la bolsa de Transición Ecológica en Francia y en Europa. Que lleguen ya.
Redacción BE OnLoop