NIDO PARA GOLONDRINAS y familiares
Los hirúndidos se comen más que su peso en insectos cada día
La espectacular caída de las poblaciones de golondrinas, vencejos y aviones en nuestras ciudades y en el campo necesita que facilitemos un poco la vida a las parejas que regresan a la Península Ibérica, en la que a menudo por la falta de lluvia les es difícil acumular el barro necesario para construir sus nidos. Te contamos cómo Juanmi hace nidos de golondrinas con material reciclado. Sé egoísta y quítate de encima a las moscas poniendo uno en tu casa.
Estas mismas propuestas que te hace el youtuber puedes instalarlas fijándolas en la parte alta de la pared, donde toca el techo, ya sea mirando hacia el exterior o hacia el interior en el caso de garajes o graneros, por ejemplo.
La cuestión es que golondrinas y familiares -los hirúndidos– son un insecticida natural, se comen mas que su peso al día en insectos de todo tipo. Incluídas las polillas que te agujerean los jerseys de lana. No tiene sentido -y es delito- quitar nidos de golondrinas, aviones y vencejos. Y si las cacas molestan al caer al suelo, simplemente pon una repisa bajo el nido, y la limpias cada invierno.
Más subvención si las fachadas respetan los nidos
Danny Caminal, de El Periódico de Catalunya, publica un curioso artículo sobre el plus del 5% de subvención a la rehabilitación de fachadas en Barcelona si las obras respetan los nidos de especies urbanas como los hirúndidos -golondrinas, aviones y vencejos- o los cernícalos. Y es que estas especies colaboran a mantener las ciudades limpias de mosquitos, moscas o incluso ratas en el caso de los cernícalos, capaces de cazarlas cuando son aún pequeñas.
Solución para mantener a cernícalos y vencejos
En ese artículo comenta el caso de unos vecinos de la calle de Amílcar, que al ir a rehabilitar la fachada trasera detectaron un problema inesperado. Unos cernícalos habían instalado su nido en el balcón de un piso desocupado. Y además, una colonia de vencejos ocupaba varios agujeros en las cámaras de ventilación de la azotea.
Ambas son especies protegidas -ojo, con multa de hasta 200.000 euros si a los de la obra se les ocurre eliminarlos-. Y la solución llegó gracias a un programa del Instituto Municipal de Paisaje Urbano de Barcelona, en colaboración con el Departament de Medi Ambient de la Generalitat. Porque otorga subvenciones para la rehabilitación de fachadas y paredes medianeras si se preserva la fauna.
Para los cernícalos instalaron un nido artificial en un punto más elevado que no molestara a los vecinos. Y los agujeros de la azotea se redujeron de tamaño para que siguieran entrando los vencejos, pero impidiendo el paso a las molestas palomas que tanto molestan con sus excrementos. Y esas simples soluciones aumentaron la subvención del 20% al 25%.
Gracias por echar una mano a estas especies que nos libran de mosquitos y moscas y ponen alegría en el ambiente de nuestras ciudades y pueblos.
Edición BE OnLoop