PARIS 2100, según Chris Morin-Eitner
La Naturaleza recupera los espacios urbanos, ley de Vida
Hace poco que veíamos caminar por nuestras calles a familias de jabalíes, ciervos, osos… La naturaleza recupera sus espacios en cuanto los humanos nos escondemos. ¿Qué aspecto tendrían nuestras ciudades sin la presencia y la presión humanas? Chris Morin-Eitner ya ha creado sus propias postales de París en 2100.
La colección de este artista francés se titula “Érase una vez el mañana”, y muestra una serie de collages distópicos para que vayamos imaginando un futuro en el que la Naturaleza, siempre sabia, hereda y coloniza nuestras grandes ciudades y sus monumentos.
París tropical
París es entonces un paisaje en el que la temperatura ha acercado las floras y faunas del sur. Hace ya cincuenta años que la producción de Champagne se hacía con viñas compradas entre 1990 y 2030 en terrenos del Reino Unido e Irlanda porque el azúcar de la uva se había disparado con el calor. Estas postales no son de hoy para mañana, son el resultado final de décadas de discursos sobre el grado y medio.
Versalles y Angkor, hermanados
En este paisaje fascinante que nos evoca a Angkor que a su vez evocó a Kipling para su Libro de la Selva, es fácil encontrar al Arco de Triunfo, pero ni Ieo Ming Pei sabría encontrar la Pirámide del Louvre, enterrada en palmeras del viajero y trepadoras. El Grand Palais sólo se reconoce por dentro, porque por fuera ha seguido la misma suerte, enterrado en mundo vegetal. También se salva el Sacre Coeur, en su altura de Montmartre, más alto que la Torre Eiffel, que es otro de los hitos del paisaje de este París del futuro.
El futuro está en el campo
Los niños de Rodríguez de la Fuente, que nos aprendimos bien la lección, hace tiempo que murmuramos “el futuro está en el campo”, así que nos emocionamos al ver estas postales de París en 2100 que otros interpretarán apocalípticas. La faena es que 2100 nos cogerá mayores. Paradisíacas o apocalípticas… ¡no me negarás que pagarías por un viaje para conocer este Paris del futuro!
Descubre este paraíso y otros en la Gallerie W Landau, de París, antes de que se la coma la selva.
Ramón Ortega