PLÁSTICO VIVO: el material que podría salvar el planeta
Científicos de la Universidad de California en San Diego han creado un tipo de plástico “vivo” que es biodegradable y se descompone de manera eficiente, debido a la inclusión de bacterias especiales. Este material tiene el potencial de transformar los residuos plásticos, contribuyendo a la protección de nuestros océanos y ecosistemas marinos.
La contaminación por plásticos es uno de los desafíos ambientales más apremiantes de nuestro tiempo. Cada año, millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, dañando la vida marina y contaminando los ecosistemas. Este nuevo plástico no solo es biodegradable, sino que también tiene la capacidad de descomponerse de manera eficiente gracias a la inclusión de bacterias especiales.
En otros artículos ya os hemos hablado de plásticos compuestos de biomasa, bioplásticos de huesos de aceituna o incluso polímeros con base de pescado y algas, pero hoy os hablamos de un nuevo plástico que usa pequeñas bacterias como ingrediente principal.
El problema de la contaminación por plásticos
La producción mundial de plástico ha superado los 300 millones de toneladas anuales, y gran parte de estos plásticos acaba en vertederos o en el medio ambiente. Según informes recientes, si no se toman medidas significativas, se estima que para 2050 habrá más plástico que peces en los océanos en términos de peso. El uso extendido de plásticos de un solo uso, como bolsas, envases y botellas, contribuye a esta acumulación masiva. Muchos plásticos modernos están diseñados para ser duraderos y resistentes a la degradación, lo que los hace persistir en el ambiente durante siglos.
Los plásticos tradicionales, fabricados principalmente a partir de petróleo, son increíblemente duraderos, lo que los hace útiles para una variedad de aplicaciones, pero también extremadamente problemáticos para el medio ambiente. Estos plásticos pueden tardar cientos de años en descomponerse, liberando microplásticos y productos químicos nocivos en el proceso. Aunque los bioplásticos han surgido como una alternativa más ecológica, muchos de ellos aún presentan desafíos significativos en términos de biodegradabilidad y sostenibilidad.
¿Cómo es el plástico vivo?
El poliuretano termoplástico (TPU) desarrollado por estos investigadores es más respetuoso con el medio ambiente, y presenta mejoras en sus propiedades físicas, tiene una alta elasticidad y resistencia. Este nuevo material, contiene esporas de Bacillus subtilis que actúan como refuerzos dentro del plástico, lo que lo hace adecuado para una amplia gama de aplicaciones industriales, desde calzado hasta cojines y tapetes.
Estas esporas permanecen inactivas durante el uso normal del plástico, garantizando que el material mantenga sus propiedades físicas. Sin embargo, cuando se expone a condiciones ambientales específicas, como una cierta humedad o temperatura, las esporas se activan y comienzan a degradar el plástico a nivel molecular. Este proceso no requiere la presencia de otros microorganismos, lo que agiliza significativamente la biodegradación del material. Esto reduce significativamente la acumulación de residuos plásticos en el medio ambiente y ayuda a mitigar los efectos nocivos de la contaminación plástica. Al ser un proceso natural, no requiere la intervención de otros microbios ni condiciones extremas, lo que facilita su implementación a gran escala.
Optimización y escalabilidad del plástico vivo
Al ser biodegradable, este material puede reintegrarse al ciclo natural sin causar daños ambientales, contribuyendo a un uso más responsable y eficiente de los recursos. Además, la producción de este tipo de plásticos podría impulsar la innovación en otros sectores, creando nuevas oportunidades económicas y laborales en el campo de la biotecnología y la gestión de residuos.
Aunque los beneficios son prometedores, aún existen desafíos que deben superarse para que este plástico vivo pueda ser producido a escala industrial. Los investigadores necesitan comprender mejor los subproductos de la degradación para garantizar que no haya efectos adversos en el medio ambiente. También deben optimizar el proceso de producción para hacerlo más eficiente y económico.
Uno de los principales desafíos es la optimización del proceso de biodegradación. Aunque el plástico se descompone significativamente en condiciones de compostaje, los investigadores buscan mejorar la eficiencia y velocidad de este proceso. Además, es crucial desarrollar métodos de producción que permitan fabricar grandes cantidades de este plástico de manera rentable.
Expansión a otros tipos de plásticos
Otro aspecto importante es la posibilidad de aplicar esta tecnología a otros tipos de plásticos. Actualmente, el enfoque está en el TPU, pero si los investigadores logran adaptar el método a otros polímeros, el impacto ambiental podría ser aún mayor. Esto abriría la puerta a soluciones más amplias y efectivas para la gestión de residuos plásticos en diversas industrias.
¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Conocías este bioplástico? Si te gusta la tecnología y quieres estar al día de las soluciones más innovadoras que están ayudando al planeta no te pierdas nuestra sección betech y descubre los proyectos tecnológicos más respetuosos con el medio ambiente.