POSIGREEN, el sustrato genial a base de posidonia

La posidonia es una planta de hoja caduca que oxigena y protege la playa

La Posidonia oceánica es una planta marina que una vez expulsada por el mar y seca tras meses a la intemperie, tiene propiedades fulgurantes para su uso en la agricultura. Un emprendedor alicantino las ha identificado tras años de investigación industrial y ha dado a luz un revolucionario sustrato ecológico para plantas. Este sustrato recibe el nombre de PosiGreen.

La posidonia seca de las playas acaba acumulada por los ayuntamientos en vertederos de todo tipo. Pero estamos ante un residuo de planta marina de hoja caduca que mejora el rendimiento agrícola, es apto para cosechas de consumo humano y es un sustituto para las turbas, que no tienen reposición y desfiguran el paisaje allí donde son extraídas.

La posidonia seca se acumula en San Pedro del Pinatar (Murcia) / AYUNTAMIENTO SAN PEDRO DEL PINATAR

Un sustrato 100×100 natural

Ahora, con esos colchones de posidonia seca se procesa PosiGreen, un sustrato premium de biomasa marina, 100×100 biólógico y más que sostenible porque procede de residuos vegetales de plantas y algas marinas –Posidonia oceánica, Cymodocea nodosa y otras en menor medida- que el mar expulsa recurrentemente.

Biotecnia Project es el nombre de la empresa, nacida con vocación de innovar en el campo de la agricultura del futuro.

«Soy de Santa Pola, un lugar en el que uno convive con las algas desde niño. Las mal llamadas algas, porque la posidonia es una planta marina. Nunca la vimos como algo exótico ni novedoso, simplemente era nuestro entorno marino». Esto nos lo cuenta José Luis Espinosa, fundador de Posigreen, un regenerador natural de suelos. Es abogado de formación y se especializó en biotecnología, a la que se dedicó varios años en Alemania.

Cuéntanos de la posidonia

-La posidonia no es un alga como solemos decir, sino una planta de hoja caduca, y en otoño pierde las hojas viejas, que junto con los rizomas llegan con el oleaje a la playa. Los ayuntamientos, cuando llega el verano, retiran la posidonia muerta, por ese concepto que es el canon de limpieza playero. Y tienen el problema de cómo quitarla. Se lleva a vertederos legalizados en el mejor de los casos. Y en el peor, acumulando donde se puede para ver qué se hará con él en un futuro.

-¿Cómo aprovecháis este residuo natural?

-Hace años me interesé por la posidonia. Me motivaba saber qué aprovechamiento podría tener este tipo de algas que se trata como un residuo. ¿Qué se hace con ese residuo? Los ayuntamientos tienen un problema costoso que es retirar las algas de las playas. Porque el bañista tiene la percepción de que es un residuo que ensucia.

Pradera joven de posidonia / WENDY MAYO – PEXELS

La Posidonia oceanica es uno de los seres vivos más longevos de la tierra, puede medir kilómetros y es un bioindicador de la salud de las aguas. Allí donde hay posidonia hay aguas limpias. Y nosotros vivimos en un entorno privilegiado con la Reserva Marina de Tabarca y el Cabo de Santa Pola, donde tenemos grandes praderas de posidonia cerca de las playas.

-¿Estudios científicos en vuestro desarrollo?

-En estos últimos años ha habido varias tesis doctorales sobre la posidonia como componente para bioconstrucción, como sustrato, como compost, incluso como fuente de plásticos biológicos con el tratamiento de su celulosa… Sabiendo todo eso comencé a hacer indagaciones. En 2016 volví de Alemania, y en marzo, abril y mayo paseaba con mi hija por las playas, llenas de posidonia muerta. Y descubrí que no había en marcha ningún estudio de aprovechamiento a nivel industrial.

José Luis Espinosa posa ante un saco de sustrato de cultivo, en la planta de Santa Pola / BIOTECNIA PROJECT

José Luis empezó a indagar y encontró un proyecto de generación de plásticos a partir de la celulosa de la Posidonia oceanica, «pero estimé que era poco viable por el coste de desarrollo, requería de mucho material y el proceso era complejo para llegar a un bioplástico», comenta.

Biotecnología vegetal

«Todos los fabricantes de sustrato están buscando alternativas a este tipo de materiales. Y se me ocurre que por la apariencia física de la posidonia y de residuos de otras plantas fanerógamas marinas como la Cimodocea nodosa y la Caulerpa prolifera -ésta es alga- estamos ante esa alternativa a los sustratos históricos», dice Espinosa.

La fibra que forma el sustrato de posidonia tiene propiedades fúngicas y antibacterianas, retiene el agua, es porosa y esponjosa, lo que aporta ventilación y oxigenación a las raíces

Pronto empecé como CEO en una empresa de biotecnología vegetal. Allí conocí a ingenieros agrícolas, biotecnólogos… y empecé a tener constancia de lo que es un sustrato de cultivo. Que es un material distinto al suelo, compuesto por materiales orgánicos que son los que dan soporte a una planta para que pueda crecer.

Hoy los sustratos están compuestos mayormente de turbas, rubia y negra, son materiales orgánicos de sedimientos en zonas frías y húmedas como los países al norte de Alemania, que son materiales fósiles. Las turberas se usan también para calentar y producir electricidad, pero una parte de esa turba es rubia, que con maquinaria pesada se va extrayendo. Son musgos, líquenes fosilizados. Esos paisajes ya quedan destrozados, no tienen repuesto.

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¿Posigreen se asemeja a la fibra de coco?

-La fibra de coco es otro material estrella como sustrato, viene de Sri Lanka y la India, pero el transporte hasta Europa tiene una enorme huella de carbono, y el precio ha subido un cincuenta por ciento con las crisis de distribución.

-Hablabas de la sobreexplotación de la turba natural

-Me di cuenta del problema que presentan los sustratos con base de turba, porque se acaban, no son renovables y cada vez hay más conciencia de preservación del medio y la sostenibilidad. Muchas instituciones piden que se acabe con esa extracción de las turberas naturales. Hay que buscar productos sustitutivos.

Luego hay una cuestión económica. Usamos mucho sustrato y tenía conocimiento de otros materiales como corcho sintético, lana de roca, arcilla expandida, fibra de coco como base hidropónica…

Sorpresa con nogales in vitro en Murcia

Durante dos años he llevado a cabo pruebas a manos de ingenieros agrónomos, con primeros ensayos en plantas con flor, especies forestales y plantaciones de frutos secos.

Pistacheros creciendo con potencia en sustrato de cultivo Posigreen / BIOTECNIA PROJECT

Lo primero que hicimos fue probar una base de un sustrato a partir de la Posidonia aplicada a nogales in vitro que cultivamos en Murcia. Era un mal candidato porque es un árbol que no tolera la salinidad y necesita pH neutro, de suelos en los que ha llovido bastante. Y nosotros llegamos con un componente salino que suele ser alcalino, de pH altos. Pero el primer ensayo fue un éxito rotundo. Vimos que había una evolución enorme de las raíces. Y decidimos hacer un escalado de pruebas y ver cómo lo podíamos procesar.

De posidonia seca a sustrato vegetal

La posidonia hay que hacerla apta, aplicarle una serie de procesos industriales. Descubrí que ya había experiencias previas en Italia, Grecia, Túnez… o sea que había experiencia de esto, pero siempre en los laboratorios y las tesis doctorales, no en la industria. Hay que corregir salinidad, pH y crear un buen sustrato.

He trabajado con expertos externos, resolviendo dudas. Al final hemos llegado a una fase en la que encontramos la planta prototípica para procesar, la posidonia, sabiendo que había que corregir varias cosas además de la sal, la conductividad eléctrica y el pH, como la granulometría. Y eliminar plásticos, arenas, toallitas húmedas… porque desgraciadamente la planta seca que extraemos está envuelta en desechos presentes en la arena. Y la arena silícea no nos sirve para el proceso, la recuperamos limpia y se la devolvemos al ayuntamiento.

-¿Cómo limpiáis la posidonia muerta?

-Para ese procesado diseñamos maquinaria nueva. La planta llega muy sucia, como melenas de arribazones, con hojas y raíces. Y el proceso tenía que ser poco complicado para ser rentable, y teníamos que conseguir un buen sustrato. Además, eliminábamos las basuras de la arena en el triaje, y retornábamos la arena limpia tras el proceso, de modo que el conjunto resultaba estupendamente ecológico.

Con nuestro sustrato puedes cultivar plantas que te vas a comer tal cual, una lechuga. Otros sustratos con metales pueden usarse para que comas luego no la planta entera sino el fruto de esa planta. Te comes la pera, no el peral.

Lo que nos queda son fibras orgánicas, materia orgánica muy estable, lignocelulosas -lignina y celulosa con la que también se prodría hacer papel-. Este material está dando muy buenos resultados desde el punto de vista agronómico. Es un gran sustrato, tiene una apariencia exótica porque es muy fibroso, como la fibra de coco. Hay que saber manejarlo, así que no es aconsejable para quien pone sus primeras macetas, sino más bien para gente que ya tiene mano con las plantas. Es un sustrato muy poroso, con mucha aireación que le permite eliminar la aparición de hongos y bacterias patógenas.

Descubriendo nuevas propiedades de la posidonia

Ahora estamos haciendo estudios porque aparecen nuevos estimulantes naturales, nos ha aparecido en análisis de laboratorio ácido algínico, que es beneficioso para el crecimiento de las raíces, es un bioprotector y bioestimulante. Hay mucho calcio en el sustrato, que es el elemento que ayuda a reforzar las paredes de los tallos, un lignificante.

El enraizamiento es visiblemente fuerte, en este caso con Aloe vera / BIOTECNIA PROJECT

Sabíamos que teníamos unas carencias en nutrientes, porque un sustrato no es un fertilizante. Y para ello estamos aditivando, con un fertilizante férrico, y con humus de lombriz como fertilizante ecológico. El resultado es un sustrato eco-premium con la idea de que termine como un sustrato universal en manos de un público general y para profesionales, como alternativa al uso insostenible de turba y fibra de coco.

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Aportamos un producto que valoriza los residuos y crea economía circular, insumos. Y tenemos que seguir aprendiendo más de este sustrato con más I+D.

Categoría fitosanitaria A

En el capítulo del control sanitario, no tenemos Escherichia coli, ni listeria ni salmonella. Los niveles de metales pesados respetan el Real Decreto y tenemos categoría A, la mejor, «Apto para cultivos hortícolas comestibles». Puedes tratar con nuestro sustrato plantas que te vas a comer tal cual, una lechuga. Porque otros sustratos pueden usarse para que te comas luego no la planta entera sino el fruto de esa planta. Un frutal por ejemplo. Te comes la pera, no el peral. Y eso es cuestión de cómo las plantas absorben los metales como mercurio, cadmio, zinc… Cobre o hierro en exceso son muy malos, pero en baja cantidad son muy beneficiosos. Y nosotros estamos por debajo del nivel más exigente, el A. Te puedes comer la lechuga».

Al principio estábamos muy enfocados al vivero profesional, y ya estamos trabajando para el cliente final, con envases individuales.

-¿Sois economía circular?

Intentamos valorizar los residuos y resolver un problema. Somos sustitutivos de turbas que no se pueden renovar y aportamos un insumo renovable porque utilizamos hojas muertas de una pradera que sigue existiendo en el mar y que tenemos que preservar. Eso es super compatible con el medio, y a nuestra empresa siempre le va a interesar, por concienciación social y ambiental, tener siempre las praderas de posidonia el mar. Nosotros sólo usamos las algas muertas después de estar un año acumuladas por los ayuntamientos, no vamos a las playas.

Además, la solución que aportamos para eliminar la posidonia seca es mejor que las demás. Si acumulan los arribazones, las hojas muertas emiten gases, sueltan sal en el terreno, la eliminación por compactación es muy difícil porque hace un efecto colchón, tiene mucho aire. El precio de llevar las «algas muertas» a vertedero legalizado es muy caro. Y muchos ayuntamientos están desbordados por el enorme volumen de arribazones que recogen cada verano.

-Y ¿qué hay de la tendencia creciente de dejar en la orilla los arribazones de posidonia muerta para proteger a la arena del oleaje de tormentas? ¿En qué os afecta?

-Hay un decreto de la Generalitat Valenciana en ese sentido, también Baleares trabaja en ello, pero se propugna no retirar el acúmulo de algas y plantas marinas muertas durante el invierno, fuera de la época estival. Para proteger el litoral. Pero ten en cuenta que aquí se da una contradicción casi moral, porque el sello Bandera Azul de las mejores playas de la UE tiene como uno de los baremos principales la limpieza de la arena y la ausencia de algas muertas. Dejando los colchones de posidonia en las orillas perderían el sello.

Y convencer a la gente de bañarse en una playa con arribazones que huelen a descomposición vegetal y que están llenos de pequeños insectos es imposible. El público en una encuesta dirá que hay que dejar las algas muertas porque es la naturaleza, pero a la hora de ir a bañarse nadie quiere bañarse en agua marrón.

En cualquier caso, las algas y plantas marinas juegan un gran papel en la preservación de la línea de litoral durante el invierno, y cuando resulta apropiada su retirada allí estamos nosotros para valorizar estos residuos y aprovecharlos para la gestión sostenible de la agricultura del siglo XXI.

En general se limpian más las playas urbanas. Y las periurbanas se tienen menos limpiezas durante la mitad fría del año… pero al llegar el turismo también se limpian.

Economía circular perfecta

«El Decreto de la Generalitat establece que los residuos solo se podrán retirar si son aprovechados en el contexto de una economía circular, por lo que existe un equilibrio perfecto entre la preservación del medio natural y el proceso industrial que hemos desarrollado», comenta José Luis. 

Posigreen es un proyecto «de libro» de Economía Circular. José Luis Espinosa está cumpliendo cuatro funciones: libera a las playas de la posidonia acumulada en tierra, crea puestos de trabajo, evita la sobreexplotación de las turbas naturales y devuelve al ciclo natural un material biológico valioso que hasta ahora acababa en el vertedero.

-¿Vuestro siguiente paso?

-Seguir con la I+D y envasar para el público general, porque hasta ahora hemos estado enfocados en los viveros, que requieren sacos de 70 litros. A la vista de los resultados tenemos claro que será un éxito llegar al consumidor final, con envases pequeños. Y vamos a desarrollar también una línea de producto didáctico, perfecto incluso para regalo a los niños, para que sepan cuidar a las plantas y a su entorno natural futuro.

Pablo Ramón

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