SECO DE LOS OLIVOS: tecnología para rescatar arrecifes profundos

Un equipo de investigación español está restaurando arrecifes de profundidad en el Mar de Alborán mediante robots submarinos, sensores autónomos y estructuras artificiales. Esta innovadora operación tecnológica busca revertir décadas de impacto humano y recuperar uno de los ecosistemas más valiosos y desconocidos del Mediterráneo.

¿Cómo se restauran los arrecifes profundos del Alborán?

En las aguas del Mar de Alborán, una montaña submarina conocida como el Seco de los Olivos se ha convertido en el escenario de una intervención sin precedentes. Allí se desarrolla una operación liderada por el proyecto europeo LIFE-DREAM, que combina ciencia marina, tecnología avanzada y conocimiento local para restaurar arrecifes de profundidad gravemente dañados.

Durante la campaña oceanográfica, se desplegaron vehículos submarinos, sistemas de monitorización autónoma y se instalaron estructuras artificiales bioinspiradas que replican la forma de los arrecifes naturales. Todo ello con un objetivo claro: crear las condiciones óptimas para que los corales y organismos marinos puedan volver a habitar estas zonas.

¿Qué tecnologías marinas hacen posible esta misión?

Restaurar ecosistemas a cientos de metros de profundidad no es tarea fácil. Las condiciones extremas —oscuridad total, presión elevada y baja visibilidad— exigen herramientas altamente especializadas. Para ello, el equipo utiliza ROVs (vehículos operados remotamente) y AUVs (vehículos autónomos), capaces de realizar tareas precisas en entornos hostiles.

También se han instalado cámaras inteligentes que capturan imágenes cada 20 minutos y que operarán de forma continua durante varios años. Estas permitirán evaluar en tiempo real el éxito de las intervenciones.

Las estructuras artificiales diseñadas para esta restauración están inspiradas en la morfología de los corales de profundidad, organismos extremadamente sensibles, de crecimiento lento y gran valor ecológico.

Por qué los arrecifes profundos son clave para el Mediterráneo

Aunque invisibles para la mayoría, los arrecifes de profundidad desempeñan un papel vital en la salud del mar. Son refugio de biodiversidad, zonas de cría para numerosas especies de peces y barreras naturales que ayudan a mitigar los efectos del cambio climático.

Uno de los referentes actuales en el Mediterráneo es el arrecife de Cabliers, situado entre 300 y 400 metros de profundidad. Su estado prístino ha permitido que sea protegido oficialmente y se utilice como modelo comparativo para evaluar otras zonas en proceso de restauración.

El Seco de los Olivos y otras montañas submarinas cercanas albergan formaciones coralinas milenarias, montículos de hasta 140 metros de altura y especies únicas que aún se están estudiando.

Resultados esperados: regeneración ecológica y control de daños

Las acciones del proyecto LIFE-DREAM tienen un doble propósito: detener el avance del deterioro y activar procesos de regeneración ecológica. Para ello, se han retirado residuos sólidos del fondo marino, como redes de pesca abandonadas y basura diversa.

Estas limpiezas van acompañadas de técnicas que fomentan la recolonización natural por parte de especies filtradoras y corales.

Gracias al sistema de monitoreo autónomo, el equipo podrá evaluar el impacto real de estas intervenciones a medio y largo plazo. Si los resultados son positivos, el modelo podrá ser replicado en otras áreas del Mediterráneo que enfrentan problemas similares.

Ciencia y comunidad: unidos por la salud de los océanos

Uno de los pilares del proyecto es la colaboración multidisciplinar. Participan científicos del CSIC, universidades españolas, ONG ambientales e incluso pescadores locales, que conocen de primera mano las dinámicas del entorno.

Además, el proyecto incorpora una dimensión divulgativa: los ejemplares recolectados durante la campaña serán expuestos en el Pabellón de Historia Natural de la Universidad de Almería, permitiendo al público conocer de cerca estos ecosistemas ocultos.

Esta alianza entre tecnología, ciencia y sociedad demuestra que es posible abordar los retos ambientales desde una perspectiva innovadora, generando beneficios tanto ecológicos como sociales y económicos.

Hoy, la robótica, la ingeniería y la ciencia aplicada trabajan juntas para proteger los fondos marinos.
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