KANGINA, envase en adobe para las uvas

¿Alguien conoce un sistema de conservación más sostenible que éste?

La kangina es una sorprendente técnica de conservación de la uva en el Afganistán más prehistórico. Como grandes píldoras hechas con dos cáscaras en adobe, en su interior se guardan las uvas de cada cosecha del verano. Así se mantienen frescas durante seis meses.

Inviernos duros y sin fruta

Casi todo Afganistán es, desde que hay conocimiento, un territorio duro para la agricultura. Conservar las cosechas el mayor tiempo posible siempre ha sido fundamental en una región de clima tórrido en verano y helador en invierno.

Reportaje sobre la kangina en la cadena VOA Dari

Viñas antiguas y de muchas variedades

La uva es un elemento básico de la alimentación afgana desde antes del 2.000 antes de Cristo, y por ello se considera una de las cunas de la uva en el planeta.

Cualquiera diría que en Afganistán hay tantas variedades de uva como en España de aceituna y sus aliños. Entre otras la Gholafan, Raucha, Kata, Kandahari, Kesmeshi blanca y la negra, Lal…

Casi toda la fruta de Afganistán se vende en mercados de barrio y en carreteras / iSTOCK

Cosecha de junio a octubre

La primera uva se recoge en junio y la última en octubre, y desde la antigüedad había que aprovechar la cosecha para mantenerla comestible el mayor tiempo posible. El sistema que nos ha llegado hasta hoy es el de la kangina, que por fuera parece una hogaza de pan, pero que en realidad es de adobe -barro y paja- y hueca en su interior, que se llena de uvas y se comerán semanas y meses después, cuando en el campo no hay otra fruta que uva y granada hasta la primavera. La uva más tardía es la Taifi, y por ello es la preferida, para poder ser consumida más tarde.

Una píldora hueca, uva fresca 6 meses

La kangina, una vez secada al sol sus dos cáscaras, se llenan de uvas y se sellan por los bordes con el mismo barro para que no entre aire. Luego se guarda en un sótano o lugar fresco -incluso se puede enterrar- para que no tenga cambios de temperatura. La kangina guarda algo menos de un kilo de fruta, y las familias con parcela propia, que producen muchas, las venden por la calle, en carros tirados por burros. Es una imagen muy típica de las ciudades afganas.

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Edición BE OnLoop, con varias fuentes

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