VAQUITA MARINA, vigilancia para rescatar la especie
Promover la pesca sin redes ilegales en México salvará a esta marsopa
Un estudio de la UCLA con naturalistas de varios países revela que la población del mamífero marino más pequeño del mundo, la vaquita marina, un tipo de marsopa, todavía puede salvarse. Aunque sólo queda una docena ejemplares localizados. La pesca ilegal de la totoaba es el motivo del declive.
La vaquita marina (Phocoena sinus), es una marsopa rara de ojos oscuros y una boca con labios negros como si estuviese maquillada. Es el mamífero marino más pequeño y además su área de distribución es la menos extensa. Todas viven en el Golfo de California, en el norte de México, y todas, salvo error, son sólo doce.
Estudio internacional sobre la especie
Pero a pesar del obvio peligro de extinción en que viven, un estudio realizado por biólogos de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), con otros de otros países, ha descubierto que la especie está genéticamente sana, sin mermas por endogamia, y que podría recuperarse en unos años. No obstante, para ello hay que poner fin a la pesca ilegal con redes prohibidas.
Un cetáceo sin interés comercial
No hay ningún interés en pescar a este pequeño cetáceo, que no llega al metro y medio. No se vende en el mercado, no tiene poderes curativos de los que busca la fetichería y no tiene nada que interese al comercio ilegal. El problema está en que las vaquitas ocupan el mismo espacio natural que las totoabas (Totoaba macdonaldi).
Desde hace décadas las vaquitas se han visto atrapadas en las redes de enmalle con las que los pescadores furtivos en las aguas poco profundas del Golfo de California pescan la totoaba (Totoaba macdonaldi), un pez grande de la familia Sciaenidae que también está amenazado de extinción por la demanda de China, cuya medicina tradicional le atribuye presuntas propiedades afrodisíacas y antihemorrágicas.
Para proteger a la vaquita, México ha prohibido la pesca de la totoaba y ha declarado ilegal la pesca con redes de enmalle en todo el hábitat de las vaquitas. Pero esa prohibición no se respeta por los pescadores. Y el hecho es que el número de individuos de la población ha ido disminuyendo sin freno en los últimos 25 años. El primer estudio es de 1997 y confirmó un total de unas 570 vaquitas. Hoy casi podríamos decir que a cada vaquita viva le podríamos poner nombre propio.
Lo curioso de la especie es que su escasez, desde siempre, se ha convertido en un argumento de su fortaleza natural contra la endogamia, y a favor de su supervivencia.
Una especie sin daños por endogamia
La genética impone que una especie integrada por tan pocos individuos está condenada a la extinción, lo llaman depresión por endogamia. Es lo contrario de la diversidad genética. Las poblaciones grandes suelen tener muchas diferencias y son más resistentes a los cambios del ecosistema. Pero las poblaciones pequeñas tienen menos diferencias, y sus individuos son más iguales entre sí, por así decirlo. Y más vulnerables a los cambios porque el motivo que mata a un individuo es el mismo por el que mueren todos, simplificando la explicación.
Dicho mejor, una población que, por condiciones ambientales o antropogénicas, está formada por menos de 100 individuos en un hábitat pequeño, tendrá un alto índice de apareamiento entre familiares, genéticamente parecidos.
Esta similitud puede conducir a menudo a una mayor incidencia de mutaciones perjudiciales que ponen en peligro a la población, ya que es más probable que los individuos hereden el mismo gen mutado de ambos padres. El resultado inevitable que los hijos nacidos en endogamia pueden presentar más anomalías congénitas, enfermedades y malformaciones que acercan la especie a la extinción.
Sin mutaciones negativas
El secreto estaría en los números: la población de vaquitas siempre ha sido bastante reducida, confinada en una pequeña zona. Incluso hace 250.000 años, la especie no superaba los 5.000 ejemplares. Curiosamente esto podría jugar a su favor.
Jacqueline Robinson, una de las biólogas principales en el estudio de la UCLA, explica a la periodista italiana Giulia Assogna por qué la vaquita se ha librado de esa endogamia «La baja abundancia natural de la especie ha permitido eliminar con el tiempo variantes genéticas recesivas deletéreas, que podrían haber afectado negativamente a la salud de los animales en caso de endogamia».
O lo que es lo mismo, las escasas mutaciones negativas ha permitido que los individuos estuvieran preparados para sobrevivir a la depresión por endogamia, y eso es una enorme ayuda para la recuperación de la especie.
Crías detectadas en 2022
Los científicos marinos del estudio han avistado algunas crías este año. Eso confirma que las vaquitas supervivientes se están reproduciendo. Ahora queda eliminar las redes de enmalle por otras formas de pesca, que permitan a los pescadores locales mantener su trabajo sin añadir una especie a la terrible lista que empeora la salud de la biodiversidad de la que dependemos.
La ONG Vaquita CPR
El objetivo de Vaquita CPR era poner a las vaquitas marinas bajo cuidado humano temporal hasta que se prohibieran todas las redes de enmalle para camarones y peces de aleta y se retirasen todas de su hábitat.
Son especialmente dañinas son las redes ilegales para capturar la totoaba, que es descuartizada por su vejiga natatoria, exportada de contrabando a China y Hong Kong, y vendida por miles de dólares cada una. Lo que mueve un tráfico de delincuencia inimaginable en la región.
Junto con la totoaba y otras especies marinas, las vaquitas quedan atrapadas en las redes y mueren ahogadas. Mientras se iniciaba la actividad de Vaquita CPR para salvar a la especie, un equipo de magníficos biólogos y veterinarios de varios países se unieron a los esfuerzos de la ONG.
La Dra. Cynthia Smith, Directora Ejecutiva del NMMF, y el Dr. Lorenzo Rojas-Bracho, el principal científico del mundo especializado en la vaquita, aparecen juntos en el documental de National Geographic Sea of Shadows del inicio de este artículo con el equipo de Vaquita CPR.
Puedes saber más de la labor intensa de Vaquita CPR en su web.
Edición BE OnLoop con informaciones de Giulia Assogna y Save the Whales