VENDIMIAS Y COSECHAS cambian de calendario
El viñedo se adapta a la cosecha temprana trabajando suelo y fertilizantes
La nueva distribución de los periodos de calor durante el año tiene ya efectos evidentes en las cosechas en 2022 y 2023 con valores máximos históricos desde junio. La vendimia se ha adelantado en tres semanas respecto de los años ochenta. Los cereales se han recogido en julio en la Península Ibérica e Italia. Adaptarse al cambio de calendario de las cosechas en este periodo de calor global es el reto.
Aceitunas en noviembre
El caso es que en este 2023 vamos a recoger las aceitunas un mes antes, las setas un mes después porque no ha llovido. La uva de vendimia se recogió a primeros de septiembre e incluso antes en el sur. Incluso manzanas: las cosechas en este 2022 exprimido entre la sequía y el calor abrasador empiezan pronto.
Adaptar la industria al nuevo calendario natural
Rita Viola, del diario La Repubblica, ha escrito recientemente sobre los desafíos del nuevo calendario climático. Que requieren soluciones a veces ingeniosas para la agricultura y la industria.
Ya se ha confirmado que el de 2022 fue el verano más caluroso de la historia europea. También lo ha sido porque “los pasados invierno y primavera faltó el 70% de la nieve recogida un año antes”, comenta Viola. Lo que en España, Portugal e Italia supuso ver embalses a un cuarto de su capacidad como media.
Y a empresas eléctricas desembalsando la escasa agua disponible para aumentar beneficios en días de tarifas disparadas -asombran los beneficios de las eléctricas españolas-. Impresiona pensar que la gestión del agua por las eléctricas agudice la sequía por merma de agua embalsada buscando más suministro eléctrico a precio pico. Porque hablamos del peor momento hídrico en medio siglo.
Menos vino y más calidad
Es habitual que las vendimias se adelanten para adaptarse al momento de maduración del fruto y evitar una excesiva concentración de azúcares que disparen el grado alcohólico. La producción de vino baja, pero será de calidad, como en las últimas añadas.
Las cosechadoras no dan abasto
Otro efecto del golpe de calor simultáneo de este verano de 2023 es que las cosechadoras de alquiler que comienzan a trabajar en el sur de Andalucía y van subiendo en el mapa hasta Galicia, País Vasco y el prepirineo, han llegado más tarde a algunas zonas porque la demanda ha sido casi simultánea.
La maduración de la planta no ha sido tan gradual como lo es de forma histórica, de sur a norte, sino que hemos registrado calores extremos ya desde la segunda semana se junio y en todo el territorio. Con más 40 grados incluso en el cuadrante norte -44 en Bilbao-, a la vez que en el sur, el alquiler de estas máquinas ha tenido un calendario y distribución anómalos.
Francia a niveles ibéricos
Incluso Francia ha tenido un problema similar, con una canícula histórica, incendios forestales nunca vistos y cosechas pírricas, por ejemplo en el cereal y el girasol. Todo el sur francés ha visto los girasoles raquíticos y ennegrecidos, incapaces de terminar el crecimiento de la pipa. Y sólo el maíz de regadío ha salido adelante.
Italia corrige con ingenio el revés climático
Giacomo Talignani relataba la situación de 2022 en La Stampa. Y comenta que el Centro de Investigación de Viticultura y Enología CREA también ha analizado la tendencia de la vendimia atípica de este año. Talignani recoge declaraciones del director de Viticultura y Enología del CREA, Riccardo Velasco. “A pesar de las altas temperaturas y la falta de agua, el viñedo italiano ha demostrado ser en parte resistente al cambio climático”, comenta. A ver los datos de este verano 2023, que ha tenido picos más altos.
En 2022 recogimos las aceitunas un mes antes, las setas un mes después donde no llovió, la uva de vendimia se recogió a a finales de agosto e incluso antes en el sur
Si los viñedos han resistido, se debe en gran medida a la extraordinaria labor de nuestros viticultores, que han gestionado hábilmente los caprichos de este clima inusual, aprovechando las innovaciones de la investigación y adaptando la fertilización, el riego y los tratamientos en consecuencia”.
En España todas las grandes marcas del vino han trabajado en medidas similares, y la cosecha, como en casi todos los años de calor, será muy buena aunque más escasa.
Migraciones e hibernaciones
Siempre que desde hace veinte años se constatan inviernos más suaves, otoños que no terminan de empezar, pienso en los osos del norte peninsular. Cada año hibernan menos y se exponen a sucesos como el asesinato de El Rubio. No digo muerte porque fueron cinco tiros, principalmente por la espalda, y el autor declaraba defensa propia, le visité en su casa de Brañosera.
Hablando de calores y no-inviernos, El Rubio era un precioso macho de oso pardo que seguía por radio-tracking un equipo de la Universidad de Cleveland a finales de los ochenta. Al carajo el estudio. Pancho Purroy, reputado catedrático de zoología de la Universidad de León, lloró al ver el cuerpo desollado en el vertedero del pueblo, junto a la carretera. La mayor exposición de los osos en otoño e invierno facilita los conflictos con humanos y el declive de la especie.
No sólo el oso pardo debe adaptarse al nuevo calendario sin hibernación de tres meses, que le obliga a deambular por bosques que no contaban con él en ese periodo. También las aves están modificando sus mudanzas estacionales.
Probablemente las aves son más sensibles a detectar el cambio del ciclo solar. Y aunque a finales de agosto aún ha hecho un calor espantoso, el acortamiento del día solar las llama a emigrar al sur. Con excepciones como la cigüeña blanca, que desde hace décadas decidió que los inviernos ibéricos ya no eran lo que fueron y la mitad de su población se queda aquí todo el año, sin bajar hasta el Africa subsahariana.
Manzanas, arroz, setas
El calor ha afectado a la manzana y al arrozal. La manzana, tanto en Portugal como en España e Italia, ha tenido más calor y menos agua. Se ha adelantado la cosecha y en el caso italiano la piel de la Royal Gala, por ejemplo, ha sido más pálida. Una coloración que hasta ahora se había considerado “no ideal para el mercado”, comenta Talignani.
Las setas se van a salvar mejor. Y con la serie de episodios de lluvia y calor que estamos registrando hasta este final de octubre veremos varias rachas de afloramiento de hongos también en noviembre. Pero en esto, a fecha de última semana de octubre, le ha ido mejor a Cataluña que al País Vasco y el norte de Castilla, que han tenido mucha menos lluvia en septiembre y prevén sólo un tercio de la recogida habitual.
Adaptarse al mercado
En definitiva, la evolución del clima a lo largo del año nos obliga a adaptar procesos industriales. A investigar en rendimientos del suelo agrícola, reajustar campañas publicitarias y hasta a jubilar algunos refranes.
En todo este marasmo de meteoros y cosechas no puedo dejar de admirar el esfuerzo del Calendario Zaragozano por acercarse a la realidad con su clarividencia, antes de que comience cada año, desde 1840.
Pablo Ramón