YACOUBA SAWADOGO, el campesino que frenó el desierto del Sahel

Su sistema de arado temprano y abono es un éxito en cuatro países

¿Puede una técnica agrícola ancestral combatir la sequía profunda? Cuando la hambruna provocó el éxodo de los campesinos de Burkina Faso hacia las ciudades en 1980 Yacouba Sawadogo regresó a su pueblo natal. Y comenzó a plantar semillas de árboles reinventando un sistema de siembra tradicional, el Zaï, basado en la preparación temprana del suelo antes de la estación de las lluvias.

Hoy 6.000 kilómetros cuadrados de tierra de su país han recuperado la fertilidad y tres países vecinos han seguido su fórmula.

Vídeo sobre la historia de Yakouba Sawadogo y su sistema de riego ancestral / RIGHT LIVELIHOOD

Burkina Faso, el antiguo Alto Volta, era el país más mencionado por las campañas de Unicef en los años setenta. En aquella época un joven Yacouba Sawadogo se había instalado en la ciudad de Gourma -en Burkina- para trabajar como vendedor en el mercado. Cuando la agricultura y la hambruna invadi​eron el país en 1980 se produjo un éxodo desde las zonas rurales hacia las ciudades. Sawadogo fue rompedor y eligió la dirección inversa: volvió de la ciudad a su pueblo.

La decisión de Sawadogo fue aprovechar la tierra estéril para plantar árboles y arbustos de diversas especies para retener la humedad y la sombra y hacerla fértil de nuevo. A aplicando variaciones sobre las técnicas tradicionales de la agricultura Zaï con el apoyo del presidente Thomas Sankara. Y los años demostraron que tenía razón: desde entonces ha levantado en su pueblo un bosque de 40 hectáreas que cuatro décadas atrás eran tierra yerma.

Yacouba Sawadogo, en un terreno a tratar / ILUSTRACION BE ONLOOP

Cuenta con una cincuentena de especies de árboles y arbustos, ha recuperado su fauna y flora de otro tiempo. Y es posiblemente el bosque más diverso creado y mantenido por un agricultor en la región del Sahel. Hoy Chad, Ghana y Kenia aplican el sistema Zaï con éxito.

La agricultura Zaï

En Burkina existía la costumbre de no empezar a preparar la tierra para el cultivo hasta que no llegaban las lluvias. El sistema agrícola Zaï -que significa “empezar temprano” en lengua mossi- es una práctica que adelanta mucho en el calendario esa preparación del terreno.

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El resultado es que pueblos que tenían graves problemas de agua potable durante dos tercios del año, ahora tienen agua en sus pozos de forma sostenida.

En esa evolución de las técnicas agrícolas tradicionales de la región, Sawadogo ha desarrollado una táctica de cuidado de la tierra que ha hecho posible el milagro que es cuidar de los árboles desde que son semilla para regenerar un ecosistema. Ello pasa por

Sawadogo introdujo variaciones, y mientras el sistema Zaï hace pequeños agujeros para plantar, la nueva propuesta supone agujeros más grandes y profundos, cooperación de las termitas para esponjar el suelo con galerías y retención del agua de lluvia y las escorrentías con barreras de piedras, evitando la evaporación y ayudando a recuperar las aguas subterráneas y los pozos.

Sawadogo introdujo variaciones al sistema Zaï / ILUSTRACION BE ONLOOP

Rellenar los agujeros Zaï en líneas paralelas con abono orgánico o compost casero, garantizando la germinación y un primer desarrollo de la planta.

La lluvia, pájaros, estiércol y abejas, actores principales del ecosistema

A la vez que arbustos y árboles primerizos van empezando a dar sombra y a humidificar el terreno se construyen muretes de argamasa para crear balsas desde las que dosificar el agua sobrante. Y entonces se empieza a colocar recipientes de agua en los árboles para atraer a los pájaros. Y abrevaderos en el suelo para los animales y pequeñas colmenas. Los pájaros traen semillas de otros lugares, los animales depositan estiércol completando la cadena. Y las abejas además de producir miel polinizan el conjunto.

En la región de Yacouba sólo hay un hospital, y buena parte de la farmacopea procede de las plantas del bosque autóctono. Por eso que la labor de Sawadogo está teniendo efectos que van más allá de lo inicialmente imaginado. Y en la práctica, el 95% de los agricultores del país sigue actualmente las pautas de la técnica Zaï.

Un banco de semillas para el futuro

Sawadogo fue más allá y en 1984 comenzó a promover reuniones de agricultores Zaï después de la cosecha. Y pidió aportar semillas a su banco de semillas, y antes de la temporada de lluvias facilitaba a los agricultores combinar las variantes más adecuadas en función de sus condiciones de cultivo. Y eso mejoró también la resistencia de las plantas por cruce genético.

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La transformación social protagonizada por Yacouba Sawadogo fue llevada al cine documental con el premiado “El hombre que frenó el desierto” en 2011 y ha recibido galardones como el de Campeones de la Tierra del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en 2020 o el de la organización Right Livelihood.

Hoy su empeño es lograr que las nuevas generaciones de agricultores del Sahel sean capaces de afrontar con éxito la presión real que el cambio climático ejerce sobre las cosechas. Ahora y en el futuro.

Redacción BE OnLoop

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