ZORRO ÁRTICO, el pequeño rey de la nieve
La población se reduce por el avance del zorro rojo en la tundra
El zorro ártico –Vulpes lagopus– es un animal menudo, listo y simpático que es el único mamífero autóctono de Islandia. Aunque ocupa toda la región ártica, la americana, la europea y la asíatica. Su supervivencia cada año va ligada a la abundancia de lemmings y a que su primo mayor, el zorro rojo, no le complique la vida.
Estuvieron al borde de la extinción cuando en el periodo de entreguerras eran cazados por cientos para hacer abrigos de piel. Pero hoy la UICN considera que la salud de la especie es buena -lo llaman “preocupación menor”-. Aunque en Noruega la especie sigue estando muy en la cuerda floja.
Vivió en Francia y Bélgica con el león de las cavernas
Ahora, la distribución del zorro ártico es eso, ártica. Pero tiempo atrás no fue así, porque a la vista de los huesos encontrados por paleontólogos en Europa, llegó a estar en los campos de la actual Bélgica o de Francia, conviviendo en los milenios posteriores a la Gran Glaciación con el león de las cavernas e incluso las hienas. Cuesta imaginarlo.
A la actual Islandia llegó al final de la última glaciación caminando sobre el mar helado, y allí quedó establecida una población autóctona.
Como los zorros se reproducen muy rápidamente y suelen morir sin haber vivido una larga vida adulta, hoy no están muy afectados por la caza. Pero han sido exterminados en varias zonas y en ellas no se han recuperado.
El zorro de las nieves desplazado por el zorro rojo
Esas regresiones en el territorio no son sólo debidas a la presión humana directa, sino también a que han sido desplazados por el zorro rojo, de mayor tamaño. Antes a su vez era el lobo gris quien mantenía a raya a la población de zorros rojos. Pero el exterminio del lobo gris en muchas zonas ha provocado un aumento de población de zorros rojos, que sin ser los reyes de cadena trófica han ocupado el espacio de los grandes depredadores. Para corregir esa situación, que condena a los zorros árticos, varias regiones europeas están autorizando la caza del zorro rojo como descaste biológico.
Una especie ingeniera con efectos en el paisaje
El animal que cualquiera tiene en mente si hablamos de “especies ingenieras” es el castor, que modifica el paisaje cuando crea barreras naturales que elevan el nivel del agua en los ríos en que construyen su madriguera. Se ha demostrado que el entorno natural es mucho más productivo alrededor de los diques de los castores. Muchas de las zonas pantanosas de la tundra y bosques del extremo norte ártico no existirían sin el trabajo sorprendente de estos castores, que embalsan agua para el verano.
Pues el zorro de las nieves también crea sus “oasis naturales”. A vista de dron, cada madriguera de zorro está rodeada por una mancha de vegetación más poblada que la zona circundante. De hecho en verano llegan a tener casi 3 veces más de masa vegetal que los alrededores (2,8 veces más biomasa vegetal en agosto). Esto se debe probablemente a que los lemmings y los topillos están mejor regulados por la depredación. Como los lemmings tienen un ciclo de reproducción bianual, los zorros árticos consumen más gansos y huevos en verano en años con bajas densidades de lemmings, así como crías de foca y cadáveres de focas o salmones muertos por osos que les facilitan algo de comida extra durante el invierno.
Islas verdes en torno a la madriguera
Al no limitarse a zamparse un lemming por el campo, sino a traer animales muertos a la madriguera, el suelo recibe más heces y orina ricas en nutrientes. Y la descomposición de los restos de esas presas también aportan nutrientes al entorno de la madriguera.
Así, los zorros -como los castores- prestan un servicio al ecosistema y podemos considerarla también una “especie ingeniera”. Las manchas verdes generadas así en el paisaje influyen en la distribución de otras especies y en todo el ecosistema de la tundra.
Un zorro pequeño que caza bajo la nieve
Más pequeño que su primo el zorro rojo, mide entre cincuenta centímetros y un metro y pesa unos cinco kilos. Sus orejas son más pequeñas que las del zorro rojo y su hocico es más corto.
Su estrategia de caza cuando hay nieve es única. Detecta el sonido de su presa con su finísimo oído, y una vez seguro da un salto en el aire para caer con el hocico sobre la nieve, y atravesarla hasta morder a la presa.
Animal monógamo de por vida
Su esperanza de vida en estado salvaje es de diez a quince años. No hibernan, así que en invierno procuran permanecer en la madriguera todo el tiempo posible, acumulando reservas de grasa en su cuerpo que llegan a ser de la mitad de su peso.
La época de cría va de septiembre a de mayo, y son parejas monógamas toda la vida. Tienen de seis a siete cachorros y el macho y la hembra comparten el cuidado de los pequeños en la madriguera. Las hijas hembras abandonan la familia para formar sus propios grupos, mientras que los machos permanecen con la familia formando clan.
Zorro dibujo
Edición BE OnLoop