ZOUBIDA CHARROUF, «Madame Argan»

Profesora de química en la Universidad de Rabat e impulsora de la industria del argán

El aceite de argán está de moda en todo el mundo desde hace años gracias a la iniciativa de una profesora de química de la universidad de Rabat que decidió poner en valor las propiedades del aceite más antiguo de África y dar independencia laboral, económica y moral a las mujeres de la costa atlántica al sur del Atlas. Zoubida Charrouf creó una primera cooperativa de mujeres y comenzó la revolución de un cultivo ancestral y entonces residual, el de los arganes y su semilla, que daba un aceite que hacía a las ancianas tener cutis juveniles.

Zoubida Charrouf quiso saber más del aceite que usaban las mujeres del Atlas occidental, ése que daba tersura a las caras de las ancianas, fuerza a su pelo y uñas, que mantenía a raya al colesterol y las enfermedades coronarias alejadas de esta población. Porque el aceite de argán se usaba para cocinar, para cuidar el pelo y para la piel.

Dromedarios y cabras comen el fruto del argán y ayudan a diseminar las semillas por el paisaje / PABLO RAMON

Zoubida Charrouf detectó en 1965 el desastre ecológico que sufrían los campos de arganes, perdiendo 600 hectáreas de extensión cada año. Y necesitaba argumentos para frenar la situación. Empezó por analizar el producto para dar una base científica a unas propiedades bien conocidas por la tradición bereber pero sin explicación científica.

Charrouf ilustró que el aceite de argán es el que más concentración de vitamina E tiene entre todos los del mundo y posee el triple de omega 6 que el de oliva. “Es por ello que industria cosmética lo adoptó con entusiasmo”, nos contaba en la Jornada Marroquí del Turismo Responsable, en Rabat. Habíamos estado con ella veinte años antes, en plena explosión de la creación de cooperativas entre Essaouira y Agadir.

Y en 1966 decidió que la cooperativa era una salida para un trabajo que podían llevar a cabo cientos de mujeres con problemas. Especialmente las jóvenes separadas, mujeres maltratadas o madres que son cabeza de familia por emigración de sus maridos, que conseguían así autonomía económica a través del argán, un producto cargado de virtudes que sólo esperaba a ser descubierto por el gran público fuera de Marruecos.

Viudas, madres solteras o solas por emigración del marido tienen ingresos gracias a la cooperativa / PABLO RAMON

Con apoyo del Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (Canadá), de la embajada británica en Rabat y de un grupo de empresas y ONG, Zoubida Charrouf creó Amal, la primera cooperativa de mujeres para la explotación de los productos del argán, que ahora exporta a todo el mundo.

Se me acusó de haber sacado a las mujeres de sus casas. Pero son muchos más los que me pidieron un puesto de trabajo para sus hijas, madres o esposas

La historia es que desde hacía cientos de años son las mujeres quienes se ocupan de recolectar el fruto del argán y su semilla, de abrirlo, machacarlo y prensarlo para la obtención del aceite. “Pero la cooperativa cambiaba drásticamente la organización del trabajo y la cultura familiar del sur marroquí, de modo que la tarea de la mujer, que hasta ahora buscaba alimento y elementos para el trueque como alguna artesanía, se convertía de repente en generadora de dinero”.

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De golpe era el trabajo de las mujeres y no sólo el de los hombres de la casa el que producía ingresos. “Yo sabía que molestaba –dice Zoubida Charrouf – pero nunca pensé que molestaba tanto. Se me ha acusó de haber sacado a las mujeres de sus casas. Pero por otro lado son muchos más los que me pidieron un puesto de trabajo para sus hijas, madres o esposas” en las más de cincuenta cooperativas que hoy existen en esta región de 800.000 hectáreas con más de veinte millones de árboles aceiteros. De un aceite que se paga a más de 40 euros el litro.

La creación de cooperativas está protegiendo a los arganes, mejoran su rentabilidad y aumentan la producción de aceite. Y fijan en el terreno a la población de la comarca, las mujeres del campo con sus hijos, “generalmente limitadas a las tareas domésticas, y analfabetas”, nos dice Zoubida.

“La extracción del aceite se hace desde hace siglos, pero hay características de la nuez de argán que complican la labor. Por ejemplo, es 16 veces más dura que la avellana, y por eso se necesita maquinaria para aumentar la producción y el rendimiento».

Hemos creado un marchamo de calidad de origen al estilo del Turrón de Alicante o los quesos de Francia, para evitar el fraude

Muchas ONG apoyan a estas cooperativas femeninas con la compra de maquinaria para reducir el tiempo y el esfuerzo de la molienda manual de la semilla de argán. Y el movimiento Slow Food premió, entre 560 aspirantes profesionales del ámbito de la biodiversidad, a las dos cooperativas pioneras bajo la coordinación de Zoubida Charrouf, por su compromiso social y la solidez de su trayectoria.

¿Qué futuro tendrá el argán? ¿La demanda internacional se consolidará y eso permitirá a las cooperativas aumentar la producción?

Sí, esa es la tendencia, pero sobre todo lo que eso generará es la entrada de más mujeres en las actuales cooperativas o la creación de otras nuevas. La demanda de aceite de argán provocará además un efecto sobre el bosque, la plantación de nuevos arganes, que es la culminación de nuestro proyecto, ver que la población dedica esfuerzos a la regeneración de un bosque más denso, que además de ser capaz de fijar a la gente del campo en sus aldeas con capacidad de genear riqueza será un freno más sólido contra la desertización.

La cáscara del argán es 16 veces más dura que la de la avellana y la maquinaria facilita la tarea / PABLO RAMON


¿Han detectado adulteraciones en el aceite de argán a manos de productores incontrolados?

Sí, como en todas partes también en Marruecos y los países compradores encontramos gente sin escrúpulos que adulteran el aceite de argán. Los investigadores tenemos mecanismos de control para identificar fraudes desde el 5% de mezcla con cualquier otro aceite.

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¿Se trabaja de cara a conseguir una especie de Denominación de Origen del aceite de argán?

Hemos establecido un marchamo de calidad en origen al estilo del Turrón de Alicante, el Jamón de Teruel o los quesos más conocidos de Francia… Por eso estamos en la red de producciones calificadas OriGIn, una red que va a más y en la que tenemos puestas muchas esperanzas.

¿El Estado marroquí ayuda a las cooperativas?

Sí, y también lo hacen muchas ONG que están financiando la compra de maquinaria para hacer más rentable el procesado de la nuez de argán.

¿Qué le llamó la atención del argán para focalizar su trabajo en la Universidad hasta llegar a la fundación de la primera cooperativa?

Sentía que tenía que resolver un enigma. Muchos investigadores han trabajado sobre el aceite de argán antes que yo. Ya en el XIX un autor francés estudió la semilla del argán y afirmó que tenía “un principio activo”. Y yo quería saber de qué se trataba. Y poco a poco, al tiempo que iba sabiendo más, sobre nuevas sustancias moleculares únicas del argán, iba descubriendo las posibilidades ecológicas y sociales de un proyecto que arrancó con el nacimiento de mi cooperativa Amal.

TEMPLOS DEL MASAJE

Una aplicación ancestral del aceite de argán es el masaje. Los mejores hammam de Marruecos trabajan este elemento desde hace décadas.

Masaje con aceite de argán en el hammam del Palais Rhoul, en Marrakech / PABLO RAMON

En Agadir, Diar Argán propone 2 horas de masaje total con agua de naranja, aceites esenciales y aceite de argán por sólo 50 euros. En planta baja una gran tienda con todos los productos derivados del árbol, y en la primera planta un local de luces tenues y aromas. 5, Rue Soulaimane Roudani, Les Amicales.
Tel : +212 (0) 28 23 97 96, Fax +212 (0) 28 23 97 96
www.diarargan.com

En Essaouira, el clásico de los riads con encanto, Villa Maroc, propone masaje relajante de 45 minutos, también con aceite de argán, por 50 euros. Merece la pena hacerlo antes de cenar, cuando el hotel se transforma a la luz de las velas.

En Marrakech, el no va más del lujo está en el hammam del hotel Palais Rhoul & Spa, en el Palmeral. Tienes habitación doble desde 300 euros, y en su hammam, uno de los más bonitos de Marruecos, enérgico masaje tradicional sufí y luego relajante masaje con aceite de argán, por unos 100 euros.

En Ouarzazate, te recomendamos Dar Daïf, un hotel huella de carbono cero con un hammam recoleto y aplicación de aceite de argán puro.

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