CULEBRA O VÍBORA, cómo saberlo
En verano, culebras y víboras son más activas, y todas están protegidas
La cabeza de la víbora es triangular y la de la culebra más bien redondeada, pero culebras como la de agua –Natrix maura– son capaces de deformarse para confundir y dar miedo. Aquí tienes algunas pistas que te ayudarán a distinguir entre una serpiente y una víbora. La diferencia puede salvarte de un gran problema.
Cuando nos encontramos con una serpiente en el campo -para entendernos- deberíamos siempre limitarnos a observarla mientras nos lo permita y dejarla en paz. Porque estos reptiles son eficaces controladores de plagas como la de ratas y ratones.
La forma del ojo
Lo de la forma de la cabeza es una buena pista si el animal esta a una cierta distancia y no tenemos mejores elementos de juicio. Pero acertaremos mejor si somos capaces de ver la forma de la pupila. Eso quiere decir que nos tenemos que acercar más. La víbora tiene una pupila vertical hendida, como la del gato. La culebra, en cambio, tiene una pupila redonda.
Las escamas y la cola
Otra de las diferencias es la forma de escamas de la cabeza. Las culebras tienen grandes escamas sólidas, acorazando la parte plana de la cabeza, la que vemos mejor. En cambio, las víboras tienen escamas más endebles y pequeñas.
Por último, la culebra tiene la punta de la cola muy fina, mientras que la víbora termina antes, como si le hubiesen cortado el tramo final.
Los venenos
En España y Portugal, sur de Francia y otros países mediterráneos sólo la víbora tiene un veneno que deba preocuparnos. Para que una persona adulta muera por una picadura deberíamos de estar ante alguien con alguna enfermedad que le merma su fortaleza física.
Casi siempre una picadura de víbora se resuelve con una inyección que neutraliza el dolor y las consecuencias peores. Otra cosa es si la víbora pica a un niño. En ese caso la urgencia por llegar a un hospital será mayor.
Las inofensivas culebras de agua
En cambio la culebra de agua –Natrix maura– casi ni es capaz de morder. A mí, al coger alguna por el gusto de tenerla en las manos, han reaccionado primero abriendo la boca al ver que las voy a coger, y luego dando golpes con el morro, pero no un mordisco claro. Y si alguna ha dado un mordisco apenas he sentido presión.
Una curiosidad que a veces confunde es que la culebra de agua provoca una tensión en su cuello para emular a la cabeza triangular de la víbora, y por eso se llama también culebra viperina. Pero lo dicho, es inofensiva. Pupila redonda y escamas grandes en la cabeza.
Son animales silenciosos, solemos verlas cuando huyen de nuestro paso. Y sólo nos plantarán cara cuando las perseguimos o al verse tan cerca de nosotros que adoptan postura de defensa.
Culebras de agua y víboras en el agua
Mucha atención con asociar animales con paisajes. Una víbora no es «de agua», pero nada muy bien. En un campamento de verano del WWF España en Segovia en 1982 unos acampados llegaron gritando porque alguien había visto una víbora dando vueltas atrapada en un sifón de una acequia de riego. Yo estaba cosiéndome un pantalón y cometí el gravísimo error de decirles «es una culebra de agua, podéis cogerla con la mano». Afortunadamente otro monitor que oyó las voces sí se acercó al lugar y descubrió que era una víbora adulta, que liberaron sacándola del torbellino de agua con un palo. Mi compañero salvó al chaval de acabar en el hospital y a mí de terminar en un juicio por temeridad imprudente.
Las grandes culebras ibéricas
La de escalera –Rhinechis scalaris– tiene tramos intermitentes de escamas negras en el lomo y ceja negra cuando es joven, que se convierten en dos líneas completas y una ceja gris cuando es adulta. Es elegante y llega habitualmente al metro y medio. Su mordisco sólo nos producirá algo de dolor, y la zona de la picadura cambiará de color, sin más dramas.
La culebra bastarda –Malpolon monspessulanum– es la más grande y gruesa, y roza los 2,3 metros. Su diseño es más austero, en color entre los grisáceos, amarillentos y verdes. Es más agresiva que las demás culebras ibéricas, y ante el peligro suele erguirse, como las cobras, en posición amenazante.
Los reptiles huyen
Todos los reptiles huyen como primera reacción ante una amenaza mayor. Son pocos los casos en que culebras y víboras muerden a alguien mientras pasea por el campo, por ejemplo. En esos casos son ataques causados por el susto de verse de repente con una bota que casi las pisa, por ejemplo.
Son animales muy silenciosos, de modo que lo más normal es verlas cuando huyen de nuestro paso. Y sólo nos plantarán cara cuando las perseguimos o cuando se sienten tan cerca de nosotros que adoptan postura de defensa.
Todos los reptiles están protegidos
Recuerda que todos los reptiles del mundo son especies protegidas. Está prohibido y multado fuertemente matarlas, llevárselas a casa e incluso conservar un esqueleto de animal que encuentras muerto en cualquier lugar.
Hay que acabar con la idea infundada de que víboras y culebras son malas por ningún motivo. Son especies de una naturaleza en equilibrio, comen y son comidas. Nunca las mates, porque estarás dañando la armonía del ecosistema.
Lluis Alamany